Un día más en el paraiso
Buenos días mi niña, «un día más en el paraíso», esto te repetía como una letanía casi todos los días, unos días en sentido literal y otros días irónicamente, cuando tenía que salir a trabajar.
Levantarme y ver que tu lado de la cama está sin deshacer, tu almohada sin una sola arruga y la habitación vacía y silenciosa.
Despertarme sólo y no poder girarme para ver como duermes aún.
Despertarme hoy domingo y añorar con dolor el poder abrazarte mientras duermes, suave y cálida, no poder acariciarte para que abras tus ojos y me sonrías nada más verme, no poder besar tus labios, ni poder acariciarnos saboreando el placer de estar juntos sin tener nada urgente que hacer.
Qué bonitos despertares de sábados y domingos, cuan dulces y tiernos, que forma más placentera de pasar del sueño a la realidad, que distinto de lo que me queda por vivir.
Hoy, un día mas en el paraíso, es un grito desesperado al amor, un ansia brutal de recuperar lo perdido, un lamento triste y profundo por la añoranza a la pérdida de todo lo que daba valor a mi existencia.
Hoy, un día mas en el paraíso solo quiere decir un día mas en el infierno.
Ahora amor mío sé que el paraíso eras tú.
MARI ANGELES TE AMO CON DESESPERACIÓN Y LO HAGO COMO NINGÚN SER ESTA DISEÑADO PARA HACERLO.
TE AMO MI NIÑA, MI PRINCESA, MI AMOR.

