Sábado 25 de diciembre de 2021

Belleza y locura

Hola mi niña bonita, toda una noche de lluvia, todo un día de nubes, de agua, de ambiente un tanto sombrío, quizás hasta umbrío, depende del momento, depende del pensamiento, depende que lo que pueda o no hacer con mi tiempo hoy.

Hoy es un día bello, oír el incesante golpeteo de la lluvia contra las ventanas, contra el tejado del patio, ver resbalar las gotas una y mil veces por los cristales, difuminado lo que hay fuera, distorsionando la realidad al mirar a través de sus surcos, mirar a la calle y no vislumbrar vida alguna, no percibir otro sonido que el de la naturaleza intentando limpiarse e hidratarse, no detectar más movimiento que el provocado por mi vaho en el cristal.

Un día tranquilo, que impele a la calma, al recogimiento, casi a la desidia, pero un día bello si el estado de ánimo es el adecuado, si fuera capaz de componer una bonita fotografía, yo ante una ventana con un tazón humeante de café en la mano, observando la calle a través del gris plomizo de la lluvia, observador, expectante, sosegado y estático.

Sí, ciertamente podría ser un bello día, pero nada más lejos de la realidad, hoy es un día triste, sensación que aumenta con la poca luz que entra por las ventanas, con la humedad que se posa por todos lados y acompaña mis paseos por las habitaciones, que crece por la falta de presencia y actividad en casa, una sensación que ni la música que expele la radio es capaz de cambiar o disminuir; hoy hay un peso en el ambiente que encorva la espalda, que abate los hombros, que tumba el ánimo y quita ímpetu a las acciones que forzosamente hay que acometer, incluso las reduce, hoy es difícil hacer algo, esta quietud contagia y sustituye la voluntad.

n día que desencadena la tristeza y la nostalgia, que me llevan irremisiblemente a esa locura que todo lo cubre y abraza, que estalla en mi interior y que envuelve todo avance, ahogándolo hasta que, una vez más, sea capaz de entablar la lucha con la que hacerla retroceder.

Tu ausencia es vacío, es oscuridad, es muerte.

Que inmensidad “ocupa” ese vacío, que vasto espacio queda despojado de luz y despoblado de toda vida, cuan inconmensurable es el volumen de sensaciones y emociones que caben o desaparecen en algo tan reducido como es mi mente.

Un día más en le paraíso princesita.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

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