Domingo 27 de diciembre de 2020

Sólo me quedas tú??.

Hola amor mío, vuelvo otra vez a ti, una vez más, a causa de la desesperación.

Todo me recuerda a ti, todo rezuma tu esencia, todo aumenta tu ausencia. El dolor va pasando, pero lo que deja al descubierto es aun peor, la tristeza y la apatía que ocupan su lugar son imposibles de vaciar; el dolor remitía con el agotamiento, se podía controlar con el llanto, pero lo que ahora surge se alimenta del cansancio, se fortalece en el desánimo, se vuelve más virulento con la desesperanza.

Esta sensación que no cesa, que no deja espacio para otras cosas, es muy fuerte, es demoledora, acaba con cualquier deseo de acción, toma el control, me domina y abate, ya ni tan siquiera quiero ayuda, solo deseo estar solo y vivir mi pena a mi ritmo, sin intromisiones, sin compañía, sin aliento.

Se que todo es una ficción, un juego envenenado de mi cabeza, pero no puedo sustraerme, me secuestra y se superpone a todo lo demás.

Aunque tampoco importa, estoy muerto y no se puede reanimar un corazón muerto y seco.

Esta tristeza tan profunda me corroe, este futuro tan cierto como inevitable, pinta de negro todo deseo y anula cualquier ímpetu.

Continuar este negro camino es lo único que queda, no importa el precio, no importa el tiempo que consuma, no importa absolutamente nada, es como la noche esta ahí, todos la ven, todos la sienten, todos los días aparece, casi nadie la desea, pero es necesaria y nadie puede cambiar su ritmo, ni despojarse de su influjo.

Siempre eres un bálsamo para mi maltrecha mente, pero cada vez te necesito más y esta pantomima no sé durante cuánto tiempo seguirá siéndome útil, a veces pienso que todo es inútil, una ficción, sé que no me escuchas, sé que no me ves, sé que no me sientes… por el momento puedo hacer como si no fuese cierto, pero temo el día que deseche esta última salida.

Siento como me voy cerrando, como me encapsulo y me vuelvo cada vez más hermético, no sé si es lo que deseo o simplemente es una etapa más del camino, ajena a mi voluntad o algo inconsciente, pero me encuentro mucho mejor y mucho peor cuando estoy solo, cuando estoy imbuido en mis procesos mentales, supongo que no es demasiado sano, pero ¿acaso lo es perder lo que más amas y necesitas?

Muchas veces me doy cuenta de mi comportamiento egoísta e infantil, cuando pienso que nadie ha amado a otra persona como yo te he amado, en el fondo se que es incierto, pero me siento un bicho raro e incomprendido, ver que todo sigue y que tu ya no formas parte de nada, ni de nadie, es tan injusto y antinatural…

Hoy no me estas siendo de mucha ayuda, voy a seguir haciendo cosas, tus cosas, en casa, tu casa, quizás la música alta me ayude a olvidar este pesar un ratito o quizás no…

Te quiero princesita.

Domingo 20 de diciembre de 2020

La Navidad eres tú.

 

Hola preciosa, han pasado demasiados días sin pasar a hablar contigo, aunque no es del todo cierto, pues hablo contigo a diario, esas conversaciones mentales en las que seguimos hablando cada día y cada noche, pero no me centro igual, si no lo escribo, la conversación termina pronto, pues siempre hay interferencias que secuestran mi mente, ya sabes lo que me cuesta concentrarme, así pues, la escritura consigue focalizar esa atención huidiza, que con facilidad se escurre a través de mi sumidero mental.

Preciosa, que bonita forma de llamarte, una palabra que ya es agradable al oído y hermosa en la mente por las imágenes que asocia, tu sonrisa, tus ojos, tu rostro luminoso.

Sí, preciosa te definía muy bien, pues todo era bonito y hermoso en ti, lo que se podía ver y lo que se podía intuir o apreciar estando contigo.

Estar contigo, una definición sencilla de la felicidad, con que simpleza podría haberte explicado el significado del objetivo de todos, pero que realmente pocos persiguen conscientemente, o mejor dicho que pocos aceptan abiertamente, porque es más fácil perseguir cosas materiales, adquiribles con papel o algo de metal, mucho más fácil que trabajar denodadamente para alcanzar un estado de gracia, que implica poner mucho empeño y demasiada energía, sobre todo sin con unos simples sucedáneos (posesiones) podemos emular dicho estado.

La vida no es simple a pesar de parecerlo, pero si nos limitamos a navegar por la superficie, o cerca del borde, podemos eliminar muchas complejidades y vislumbrar la felicidad, lo que puede ser suficiente para muchos, o lo único a lo que aspirar para otros.

Pero cuando la pierdes… ah, eso si es jodido, aunque depende de lo que realmente hayas perdido, que posibilidad o capacidad de recuperarlo o restaurarlo tengas, porque si es la muerte quien te la arrebata, ay princesa, ahí has perdido, ahí no quedan opciones, porque cuando es la muerte la que te arranca tu felicidad, ese muñón es imposible de restañar, esa herida ya jamás curará, esa brecha jamás cerrará, esa nueva oscuridad que te envuelve ya jamás se desprenderá.

Mi preciosa niña, te echo tanto de menos…

El tiempo sigue pasando, las fechas pasan ante mí, sin impregnarme, al contrario, parecen ir gastando y mermando mis emociones, inmerso en una muerte emocional, que solo deja espacio para respirar, para moverme, para hacer todo lo que sea necesario, para convertirme en un autómata perfectamente programado, un cascaron insuflado de una pseudovida artificial, basada en el desempeño y ejecución de funciones.

Este estado lamentable del ser me posee cada día y me pasea indolente ante tus fotografías y tus recuerdos, me permite fijarme en ti con una extraña añoranza, mas dolorosa por lo impersonal que se va volviendo que por el daño infligido, se convierte en una herida de labios retraídos y cauterizados que no cierra, pero aun rezuma hiel.

Prefería mil veces el dolor y la conciencia descarnados, antes que esta sensación de vacío, de atemporalidad, de desapego que me permite continuar con un simple encogimiento del alma.

El alma, que palabra mas bella y que poco significa, que es el alma sino la suma de todos esos criterios que conforman nuestra conducta, que hacen lícitos nuestros deseos y aspiraciones, todo ese pensamiento secreto que rige nuestras decisiones y nuestros actos, que no siempre tiene el control, pero que cuando lo hace o se lo permitimos, nos suele convertir en mejores personas, pero todo esto es mentira, no hay alma, no existe esa parte etérea e idealizada del ser humano, el ser humano es un animal más, muy sofisticado, muy complejo y muy extravagante, que permite que se añadan nuevos elementos a su instinto, creando el albedrío, convirtiendo la toma de decisiones en algo voluntario y razonado, no necesariamente para la satisfacción de una necesidad, sino para la consecución de un nuevo objetivo, el deseo, algo antinatural que ha provocado la separación de nuestro camino del de la naturaleza animal, regido por el instinto.

De nuevo desvarío, los fines de semana son demasiado largos, los días sin ti son infinitos y mis capacidades son demasiado limitadas para un horizonte tan vasto, divagar ayuda a recortar y parcelar ese horizonte, o quizás no, quizás simplemente mi mente es la que es, la que aparenta ser, la que ejecuta lo que es capaz de ejecutar, la mente enferma de un cuerpo enfermo, Porque ¿Qué es una persona sin deseos? Un animal vestido de persona, algo que no encaja en la sociedad, un animal sin especie, un humano sin tribu, un ser solitario e inútil.

El caso es que hoy no quería hablarte de esto, solo quería encontrarme un ratito contigo, sentirme triste y llorar un rato, pasear de tu mano, sumido en los recuerdos, recobrar algo de aquellos sentimientos que me hicieron humano, mirando tus imágenes, sintiendo la angustia de la soledad, pero ni de eso soy capaz.

¿será la navidad? ¿será la mutación del dolor? ¿quizás la aceptación?, quizás sea todo o quizás no sea nada, esta puta manía de buscar explicaciones a todo me agota y desespera, la búsqueda de respuestas crea más pregunta que las que responde, pero aquí sigo, tropezando una y otra vez con el mismo obstáculo, la vida.

La navidad está encima, esa época en la que te esmerabas en cambiar la casa, en impregnarla de ese “sentimiento navideño”, que te generaba dosis extras de energía, que te aceleraba, que ensanchaba tu sonrisa y aumentaba tu paciencia, que sumaba horas de trabajo sin que afectase a tu alegría.

La navidad, ¡¡te esforzabas tanto en algo que nadie apreciaba!!, le dedicabas tanto esfuerzo, esperando que ayudase a crear ese ambiente hogareño, de amabilidad, de paciencia, de generosidad, de entrega, para tras

tanto trabajo nadie lo valorase adecuadamente…

Buscar el mejor lugar para montar el árbol de navidad, hacerle un hueco, adornarlo con esmero, iluminarlo, añadir cada año algo nuevo que lo dotase de una identidad distinta, luego desembalar el nacimiento, crear una escena real y bella, con sentimiento y credibilidad, ¿para qué? ¿para quién?

Siempre lo hacías por la familia, traías la navidad a casa, sin saber que la navidad eras tú, que tanto esfuerzo realmente solo te desnudaba y nos dejaba ver tu interior, para que percibiésemos esa luz que siempre llevaste dentro, para que nos iluminases con tu bondad y tu alegría.

Lo siento amor mío, la navidad salió de casa contigo y no sé si volverá alguna vez, no lo creo, pero tampoco me importa, pues nada me importa una mierda, y la navidad, ciertamente, murió cuando lo hiciste tú.

Nos vemos pronto preciosa, nos veremos pronto.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor, mi estrella de navidad.

Martes 8 de diciembre de 2020

Hola vida mía, hoy te he echado mucho de menos, que novedad!! y eso que todavía es temprano, el día aun da para mucho.

Hoy no paro de preguntarme cuantas veces puede uno intentar levantarse, lo importante no es levantarte una y otra vez, lo que necesito saber es cuantas veces podré levantarme.

Cada vez que me levanto tras una caída (¿10,15, 20 veces al día?) enseguida llega el tren y me vuelve a atropellar, levanto un poco la cabeza e inmediatamente recibo un garrotazo que me postra una vez más, ¿Cuántas veces podré seguir intentándolo antes de tirar la toalla?, ¿durante cuanto tiempo aguantaré golpe tras golpe, sin tiempo para recuperarme?.

No intentaré engañarte, me da igual, solo era curiosidad. Solo me importa el momento en que pueda reunirme contigo.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

 

Lunes 7 de diciembre de 2020

Hola amor mío, vengo a ti, una vez más, cuando la soledad atenaza mi ser, otra vez, eres la única salida a esta perturbadora soledad, a este silencio, que grita en mi cabeza, que susurra a mis oídos, que no para de decirme que ¿Qué hago yo aun aquí?, este silencio ensordecedor que no hace sino poner de manifiesto la más absoluta soledad que significa vivir sin ti.

El dolor va perdiendo terreno, es la soledad quien se lo arrebata, la soledad arrastra todo lo que existe o podría, quizás, alguna vez existir.

La soledad minimiza todo, le quita color, sabor, emoción, deseo, fuerza, la soledad lo mina todo, lo reduce al fino polvo que pavimenta la garganta del sediento, realza lo malo y empequeñece lo demás, solo me permite un pensamiento.

¿Cómo afrontar un camino tan largo, con este vil compañero?, no es posible, y aun así hay que seguir andando, camina o revienta, o más bien revienta y camina, porque no importa lo que ocurra, el camino hay que transitarlo.

Una vez más lo siento, siento que la negrura de la soledad lo oscurezca todo, siento no ser capaz de aportar algo de luz que la haga retroceder, siento ser tan débil y sucumbir antes que luchar, siento haber sobrevivido, siento cada segundo que ha pasado desde que te fuiste.

Te quiero mi princesita, mi niña, mi amor.

Viernes 4 de diciembre de 2020

Revelaciones y proyecto de enmienda.

 

Hola princesita, miro tu sonrisa en una fotografía de tu último cumpleaños mientras ordeno mis pensamientos, he tenido una revelación y quiero plasmarla para intentar no olvidarla, dándome la oportunidad de leerla más adelante, pero también al escribirla le doy forma y permito que penetre y arraigue profundamente en mí,

Ha ocurrido hoy, estando ocioso, sentado en el sofá, dejando transcurrir la tarde, sin ganas de hacer nada y con la mente a la deriva, ha sido después de llegar tu hijo Pablo junto con Alba, llegaban de Sevilla, yo estaba en la cochera conectando el cargador de batería a tu coche y Pablo me ha preguntado algo sobre lo que estaba haciendo, como siempre, he respondido literalmente a su pregunta, mecánicamente sin pensar, a pesar de conocer la profundidad de su pregunta me he limitado a responder a lo que preguntaba, dando una respuesta certera y fiel a sus palabras pero que no respondía al completo a lo no expresado, pero patente en la intención de la pregunta, he dejado que me hiciese más preguntas hasta averiguar realmente lo que quería. Ha sido un rato después, cuando me senté, con la mente libre de todo pensamiento consciente, el momento en que ha llegado la revelación, de verdad  y por primera vez he visto, como en un viaje astral, desde fuera, mi comportamiento,  he percibido con claridad mi forma de ver las cosas y a los demás, que tonto he sido y soy!!,yo antes no me comportaba así, he provocado cambios en mí, solo para intentar que cambien los demás y se ajusten a mi modo de ver las cosas y afrontar la vida, lo sencillo habría sido, seguir siendo yo mismo y permitir que los demás sean quienes quieran ser, les irá mejor o no, pero así son ellos  y se encuentran a gusto, ¿Quién soy yo para pretender que cambien, asumiendo que lo que deseo para ellos es mejor que lo que ellos han decidido ser?, y yo quejándome de que todo el mundo me diga como debo llevar mi carga y cual debe ser mi forma de afrontar la vida.

Esta reflexión tardía y espontánea me ha abierto los ojos, sin pretender ni buscar nada, hallo una respuesta a muchas preguntas que siempre pululan por mi cabeza, la solución a muchas dificultades cotidianas que no deberían presentarse con tanta frecuencia.

A partir de hoy, intentaré deshacer esos cambios que se han ido produciendo (o he ido provocando) a lo largo de los últimos años, son cambios que algunas veces perjudicaron nuestra relación, situaciones que en ocasiones nos enervaban y provocaban enfados, todo ello porque yo soy tan listo… listillo más bien.

Bendita suerte que alguna vez dispongamos de la oportunidad de enmendar conductas, aunque sea a futuro, disponer de una opción real de corregir desviaciones indeseadas de nuestras vidas, quizás esta oportunidad provoque otros cambios que puedan ser beneficiosos, o al menos evitar comportamientos dañinos.

De nuevo, me apena saber que no estarás conmigo para apoyarme y ayudarme en esta tarea, a la par que me apena no poder decirte cuantas veces fui un necio, causante de esos enfados, que tan fácilmente se podrían haber evitado, no poder pedirte perdón por ello, no poder agradecerte tu infinita paciencia y bondad.

Mientras escribo, sigo mirando de vez en cuando esa preciosa fotografía de tu último cumpleaños, un recuerdo sensacional de lo que fue y jamás volverá a ser, una fotografía de una pareja enamorada y feliz, el retrato de dos personas nacidas para estar siempre juntos, una fotografía que ha fijado para siempre uno de tus últimos días felices, un día compartido con los amigos y la familia, una fotografía que recoge la esperanza de un futuro incierto, pero todavía posible, la fotografía de nuestras vidas…

Los días se siguen amontonando a mi espalda, no hay nada que mirar en el horizonte, el pasado pesa y el futuro no existe.

¡¡¡¡Te echo tanto de menos!!!!

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

 

Domingo 29 de noviembre de 2020

Resentimiento y resignación.

Hola amor mío, como se podría esperar, esta siendo un fin de semana de mierda, pero este además está cargado de resentimiento y resignación, con todo y con todos.

No comprendo como podemos querer ser ciegos, no entiendo por qué deseamos no ver las cosas, no hay más motivo que egoísmo puro, nos mentimos una y otra vez, para alcanzar la tranquilidad de consciencia, para justificar nuestros comportamientos dolosos, para autorizar nuestros actos dañinos para los demás y poder perpetuarnos en nuestros procederes egoístas.

Odio que podamos manipularnos nosotros mismos para perseguir objetivos mezquinos, para satisfacer necesidades inexistentes o innecesarias, simplemente para robar tiempo y desperdiciarlo en nosotros.

Cuan injusta es la vida, cuan injusta es la existencia, que cantidad de recursos mas desproporcionada dedicamos a cosas nimias y que nada aportan en nuestras vidas, cuan alejada queda la coherencia de nuestros comportamientos “humanos”, que poca sabiduría hay en nuestras decisiones.

Lucho una y otra vez contra tanta injusticia, pero el resultado una y otra vez es ninguno, poco sirve dedicar energías a intentar aportar luz a estos comportamientos, a estas actitudes… a estas personas.

La autoceguera es un estado de bienestar nada despreciable, no hay consciencia más tranquila que aquella que duerme, y nos hemos vuelto expertos en cantar nanas a nuestras consciencias, en contar cuentos que la inducen al sueño, cuanta dedicación e investigación, en hallar medios que concluyan con este resultado, que sintetiza este sabio refrán “ojos que no ven corazón que no siente”, cuanta verdad eran capaces de comprimir nuestros lerdos antepasados en unas palabras al alcance de cualquiera.

Sí, rodeado de egoísmo es muy duro atravesar una tempestad, cada cual protege lo suyo, se resguarda lo mejor posible, aunque eso implique no echar una mano en aras del bien común.

¿Por qué siempre caigo en estas crisis? ¿por qué no consigo resignarme? Llevo años comprobando que es axiomático en y para esta sociedad, ¿por qué ahora que estoy tan falto de recursos me afecta tanto? Debo resignarme y sin embargo no paro de sufrir crisis muy severas, incluso acompañadas de dolor físico, quizás esto también sea axiomático e inevitable para mí.

Lo pienso una y otra vez, reflexiono sobre ello cada noche, tras cada día de mierda y decenas de comportamientos desleales, llego a la conclusión verdadera e importante, resignación, nada puedo hacer por cambiar nada y/o a nadie, es algo que ha quedado evidenciado, tras miles de crisis, charlas, enfados, voces, sermones, peleas, gritos desaforados, es un fin inamovible, pero…

Lo siento cariño mío, tu tampoco te resignabas con facilidad, a veces te hundías igual que yo, había injusticias tan flagrantes e incorregibles que solo quedaba sufrirlas y resignarse, aunque a veces la rebeldía tomase el control y enardeciese nuestros actos, pero cuan poco duraba esa llama, siempre abocada a la extinción, nada más iniciarse la combustión.

Hoy estoy, como siempre, sumamente cansado, deseoso, como siempre, de que llegue la noche.

Hoy, de nuevo busco hallar la paz en la resignación y la sumisión, de nuevo me calmo cuando acepto la fragilidad de mi poder, de nuevo mi llama se apaga y el ardor desaparece. Asumo mi papel de vencido y derrotado continúo el camino.

Hoy me siento triste y tierno, necesitado, como siempre, de ti.

Espero que estas lagrimas que ya se vierten acaben de calmarme, que terminen de extinguir el fuego que, como siempre, me consume.

Hoy sería un buen día para estar abrazados sin decir palabra, tu rostro en mi pecho y mis brazos rodeando tus hombros.

Hoy vida mía, sería un magnifico día para que continuases viva o, para que yo estuviese muerto.

Hoy amor mío, un nuevo día transcurre en el paraíso.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Sábado 28 de noviembre de 2020

Hola vida mía, llevo días queriendo acercarme a ti un ratito, escribirte algo, pero no me salen las palabras, estoy espeso e ininteligible, he escrito un par de veces, pero era algo inconexo y sin sentido.

Me siento extraño, disociado, ajeno a mi mismo, no te digo al entorno.

Solo me siento vivo, cuando me enfrento al monitor, cuando te traigo a mi lado, solo se que esto es real, cuando me embarga el dolor y me asola la desesperación al escribirte, solo esto me da consciencia de la magnitud de mi situación, el resto del tiempo solo tristeza, pasividad, pesadez y decaimiento,

Lo siento princesita, hoy es solamente un día mas en el paraíso, uno de esos días para tumbarse y esperar que pase rápido.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Sábado 21 de noviembre de 2020

 

Una vida sin ti?

Hola princesita!, llevo todo el día rompiéndome a pedacitos, parar y desmoronarse es lo mismo, me haces tanta falta!!.

Necesito tus abrazos más que nada en el mundo, necesito sentir tu cuerpo menudo, acurrucarnos juntos en la cama y abrazarte, es tan difícil afrontar cada día sabiendo que siempre acaba en una noche infinita!!.

Este tormento diario es una vida sin ti amor mío.

Cuando llega la oscuridad caen todos los escudos, ocupan sus dominios el vacío y la soledad, mis compañeros inseparables.

No quiero seguir con esto, no puedo, te necesito a mi lado.

Te quiero mi niña, mi princesita, mi amor.

Domingo 15 de noviembre de 2020

 

15 meses después. Intento verte como fuiste.

Hola vida mía, han pasado ya quince meses desde que perdimos la gran batalla de nuestras vidas. Quince meses de continuo dolor, de angustia incesante, de soledad absoluta. Quince meses de profunda reflexión, quince meses para pensar en ti, como eras, para pensar como vivíamos, como fue nuestra relación.

Hoy, un día mas en el paraíso, es un buen día para hablar de ti, es un buen día para decirte lo que nunca te dije con palabras, aunque si con hechos y miradas, para contarte lo que vi en ti, lo que me enamoró de ti y encarceló mi corazón para siempre, lo que me convirtió en tu voluntario prisionero.

Hoy amor mío, recordaré todo lo hermoso que había en ti, pues no había nada malo, todo lo que te hizo especial, todo lo que convirtió la molestia de una adolescente persistente en el amor de mi vida, lo que me llevó a conocer el amor verdadero y alcanzar la felicidad, esa felicidad que todos buscamos, aun sin saberlo, y pocos hallan.

Sí, hoy es un buen día, para vencer una vez mas al dolor con dolor, la tristeza con alegría pasada, la soledad con el recuerdo, sí, hoy es el día de rememorar una vida feliz en tu compañía.

No tengo demasiados recuerdos, vistos como fotografías o escenas de película, pero las sensaciones cubren todo ese vacío que provocó mi enfermedad, 3 años han pasado ya; las sensaciones no han podido ser borradas o sobrescritas, quizás por su fuerza o quizás simplemente porque están en una zona alejada de la zona de la catástrofe, no lo sé, pero doy gracias por ello.

Espero no olvidar jamás aquella rubia menuda, de pelo cardado y voluminoso, de sonrisa permanente y risa estruendosa, de cuerpo bien formado y curvas generosas, una chiquilla hermosa, que deleitaba la vista y alegraba el espíritu. Sí, mi princesita, ¡¡¡eras tan hermosa que dolía mirarte!!!, lamento no habértelo dicho cada día que estuvimos juntos, porque tu sola presencia iluminaba cualquier estancia en la que estuvieras.

Durante mucho tiempo me perseguiste cargada con todas estas virtudes y más que fui descubriendo poco a poco, invisibles para mí, pero siempre presentes, mucho tiempo dedicaste a intentar cautivar a un adolescente canijo y tontorrón, que no veía más allá de las páginas de los libros, que consumía como si no hubiese nada más, ajeno al mundo maravilloso que se paseaba delante de sus narices, vestido con ropa ceñida y sonrisa deslumbrante.

Ahora 35 años después me viene a la mente, los atardeceres que paseábamos por el barrio, cogidos de la mano, solos, buscando la oscuridad y la intimidad, para entregarnos al deseo, a las caricias ansiosas, a besos voraces e interminables; recuerdo perfectamente la sensación de abrazar tu cuerpo pequeño y cargado de electricidad, sentir la piel tibia de tu espalda en la palma de mis manos, tu pecho contra mi pecho, tus labios presionando los míos casi con violencia, recuerdo ese ardor y esa impaciencia como algo doloroso y placentero, pues no podíamos culminar lo que nuestros cuerpos y nuestras mentes deseaban, pero maravilloso aun inconcluso, la unión en un solo ser atemporal y aislado del universo.

Fueron bonitos veranos, ojalá pudiese recuperar mas escenas de aquellos dias….

Todos pasamos en algún momento por este ansia que todo lo consume, que incendia el deseo y aviva los pasos; el verano era glorioso, te tenía cerca, pues pasabas mucho tiempo en el barrio, el invierno era mas duro, sin dinero ni para el autobús, había que dar largos paseos para ir a verte, interminables a la ida (con la necesidad acuciando y atosigando) y agotadores a la vuelta, lamentando el fin del tiempo de que disponíamos y agobiado por la lejanía de la próxima cita.

Aún así, aquello se convirtió en el motor de mi vida, la necesidad de verte y compartir nuestro tiempo me empujo brutal e inexorablemente a trabajar mucho, a ser buen empleado, a mejorar en mi puesto, a implicarme completamente, todo ello para alcanzar la independencia económica cuanto antes.

Cada vez más hermosa, la felicidad potenciaba ese brillo que siempre tuviste, ese esplendor que te rodeaba. Habías conseguido lo más difícil, que me fijase en tí, cautivarme ya fue tarea fácil.

Creo que conseguí hacerte muy feliz, sobre todo en aquellos tiempos, se percibía claramente en tus ojos, en tu sonrisa, en tus movimientos, cambió por completo tu forma de caminar, como hablabas, se percibía la potencia con que vivíamos nuestro amor, sin lugar a dudas estábamos hecho el uno para el otro.

Durante muchos años, antes, y también tras nuestro matrimonio, vivimos todo lo felices que se puede llegar a ser, con dificultades, con miedo algunas veces, sin apenas para comer, pero siempre juntos, apoyándonos el uno en el otro, alimentándonos de esa fuerza que aportaba el verdadero amor, se como suena, pero es como lo siento y no tengo dudas, jamás las tuve, habíamos nacido para vivir juntos. Tú me sacaste de mi burbuja y creo nunca te lo reconocí con palabras, aunque tu y yo sabemos que todo lo que hacíamos solo corroboraba una verdadera historia de amor, un cuento de hadas, en el que obviamente yo era el sapo que tuviste que besar, o fui la bestia que te esforzaste en comprender y amar, en despojar de ese aspecto desagradable y sacar l persona que se escondía dentro, tu también fuiste siempre el mismo personaje, el que se enamoraba del monstruo, tu eras la princesita..

Antes de casarnos vivíamos para reunirnos cada día, haciendo planes, pensando en el futuro, en la casa, en los niños, en los trabajos que íbamos a desempeñar, todo pensamientos acelerados, dotados de una energía bestial, nacida del amor, el ímpetu de la edad y el convencimiento absoluto que estamos ante nuestro amor verdadero, nunca tuvimos dudas de que nuestra relación era para toda la vida, lo teníamos tan claro que nunca lo dijimos en voz alta, la intensidad de nuestros encuentros y el tiempo compartido no dejaba lugar alguno para otra posibilidad, todo giraba alrededor de ese objetivo, estar juntos. no puedo dejar de repetirlo…

Estar separados era muy doloroso, no disponer de medios para comunicarnos en la distancia, alargaba los días y potenciaba el deseo, yo te escribía con frecuencia (he encontrado algunas de esas notas, atesoradas junto a tus mejores recuerdos y los regalos que te iba haciendo mientras avanzaba nuestra relación) tú, en cambio, te preparabas para cuando nos viésemos, te entregabas de una forma indescriptible, siempre alegre, los abrazos que me brindabas lo eran todo para mí, eran como una postal de enamorados abrazados de pie con un atardecer hermoso de fondo, así conseguías que fuesen todos los reencuentros, así hacías que separarme de ti fuese tan sumamente doloroso, tu contacto y tu presencia eras mas caros que el aire que respiraba, joder, no soy capaz de describir esa belleza que emanaba de ti, esas sensaciones que provocabas con una simple sonrisa, con una mirada, con un abrazo, eras tan dulce!!!

Fuiste lo mejor que ocurrió en mi vida, estar contigo es la influencia que ha hecho de mi lo que soy, a todos los niveles, humano, emocional, profesional.

Cuando éramos jóvenes conseguiste sacarme de mi vida de ermitaño, lograste que aprendiese a amar un simple paseo cogidos de la mano, a desear cada día que amanecía, a ansiar la vida, a esperar lo mejor y luchar por ello, a defender lo que merecía la pena. Fuiste el catalizador que convirtió una vida cualquiera en una vida de ensueño, una existencia gris y anodina en una vida plena, llena de color y esperanza, me diste una vida que debía ser vivida al máximo, al límite de sus posibilidades.

Siempre fuiste de ese tipo de personas tan especiales, máxime en tu juventud, que de forma permanentemente  estaba sonriente y alegre, como diría tu hijo David, “eras un ser de luz”, pero sobre todo eras tan hermosa, sin ser una mujer especialmente guapa, tu belleza era superior a todas las que había a tu alrededor, esa conjunción de alegría, con esa sonrisa maravillosa, unos ojos realmente preciosos y ese cabello tan bonito te hicieron irresistible para mí y consiguió que solo estar contigo me hiciese sentir plenamente vivo.

Pero no solo era tu aspecto y tu cuerpo, que durante más de 30 años me excitaron más que ningún otro estimulo, sino también tu actitud, tu forma de afrontar la vida, las situaciones adversas, los proyectos, tu relación con los demás, era todo lo relacionado con tu forma de vivir, tan humana, tan sensible, tan generosa, lo que me maravillaba día a día, siempre eras alguien a emular, a escuchar, a tener en cuenta, tu comportamiento siempre era el mas bonito, tu actitud siempre positiva, tu capacidad de trabajo, tu infatigable constancia y entrega, todo en ti era idílico, todos tus actos destilaban amor y compromiso.

Definitivamente eras un maravilloso ser de luz, no puedo tener dudas en este sentido, muchos años con el mismo comportamiento, solo indican y concluyen que eras alguien especial, a pesar de la elección de pareja que hiciste, algo que siempre me sorprendió, a lo que no me pude negar mucho tiempo, dejándome atrapar en tu luz, como la inevitable atracción  que obliga a la polilla a acercarse a un foco en medio de la noche mas oscura.

Tu sonrisa era sensacional, al igual que tu inocente forma de pensar, sin llegar a ser infantil, a todo le dabas un toque de ingenuidad, todo desinterés y generosidad. Con que facilidad has renunciado siempre a parte de tu comida, cuando percibías que alguno de tus hijos quería un poco más y ya no quedaba, con que naturalidad hacías ver que ya no tenias gana, para que aceptasen esa porción de pizza o ese filete tan codiciado, que fácil fue siempre para ti renunciar a algo en beneficio de los que amabas!!! Te salía sin pensar, sin dedicar un solo segundo a pensar en ti, ser la segunda en tus decisiones era una constante, una habilidad o una virtud, siempre había alguien por delante, tus hijos, yo, algún amigo, renunciar para ti nunca fue algo ocasional, lejano o difícil.

Ahora pienso a cuantas de tus anteriores pasiones renunciaste para posibilitar esa vida tan maravillosa que vivimos juntos. Te encantaba bailar, a mi no, nunca supuso un problema, yo jamás te llevé a bailar y tu nunca me lo reprochaste, asumiste esa nueva realidad como tuya de forma instantánea; también te gustaba mucho salir hasta tarde y divertirte sin limitaciones (sin necesidad de alcohol), a mi no tanto y siempre aceptaste mis horarios en sustitución de los tuyos, ahora veo con que facilidad sacrificaste tantas cosas que constituyeron tu anterior vida, asumiste todo sacrificio sin queja alguna, en aras de perpetuar nuestra relación, no recuerdo haber hecho yo concesiones de ningún tipo, fuiste tú la que se incorporó a mi vida en lugar de crear una nueva que pertenecieses por igual a los dos.

También recuerdo, con un cariño especial, como apoyaste mi decisión de crear nuestra primera empresa, como te implicaste en el proyecto al mismo nivel que yo, como lo hiciste tuyo inmediatamente. Cuanta ilusión volcaste en aprender todo lo necesario para asumir el puesto que te tocaba. Ahora veo lo brutal de tu implicación, aprendiste en apenas una semana todo lo necesario para llevar tu sola la oficina, ¡qué capacidad!,¡¡ todo ello cuando llevábamos apenas 2 meses casados y nuestra situación era todavía desconocida para los dos, conseguiste llevar tu nueva vida, un nuevo hogar, gestionar una nueva economía, un negocio por conocer en otra ciudad!!! ¿Cuál fue tu respuesta ante esta nueva y compleja situación? Sonreír y crecer, lo que hiciste siempre ante cualquier nuevo reto o cualquier nueva necesidad. Con 23 añitos te convertiste en una increíble empresaria, solo necesitaste dos semanas!!!.

Sí, cualquier recuerdo que sale a la luz, solo aporta una visión de una mujer excepcional, una esposa, una madre y una compañera, inigualable, con capacidades sobrehumanas, una persona sin limitaciones, sin fronteras, si pensase que hay un dios, sería como tú, el ser mas perfecto y amable de toda creación.

Está siendo más difícil de lo que esperaba, estas pocas líneas me han llevado casi dos horas, de una intensidad brutal, debo parar aquí y seguir en otro momento, quizás esta tarde, quizás el próximo fin de semana, no sé cuando, probablemente cunado de nuevo esté preparado.

No es nada fácil recordar lo más bello de una vida, cuando apenas he podido convencerme de que lo he perdido para siempre.

Volveré en cuanto pueda.

Te amo, mi niña, mi princesita, mi amor.