Lunes 12 de Agosto de 2019

Vuelta a casa

El agotamiento me ha permitido dormir toda la noche. Mi hijo David, viendo mi estado, ha dormido a mi lado, está demostrando una empatía encomiable, ha sido el único que ha estado a mi lado toda la tarde para que no esté «solo».

Acabo de levantarme y ya estoy llorando, mi corazón esta siendo oprimido por las manos de un gigante de piedra, el dolor se ha instalado ya permanentemente.

Creía haber encontrado alivio en hacer cosas, distrayendo la mente, pero todo lo que hago me recuerda a ti, ya que o bien eran tus labores o cosas que me pedías que hiciese, o labores que sabías que me gustaba realizar y me pertenecían, pero de todas formas siempre las realizaba contigo rondado siempre cerca.

He sacado el coche a la calle y he limpiado la cochera para limpiar las zapatillas, algo que hacías casi a diario. Me he puesto el disco que te regalé para tu último cumpleaños, la canción que tanto te gustaba «de pequeño…» es un recuerdo continuo de tí y parece que la letra se basa un poco en este hecho reciente, oírla me apuñala el pecho y sin embargo no puedo dejar de escucharla; he pasado casi 2 horas escuchándola, limpiando y llorando de forma continua.

Cuando he terminado y he recogido, me he sentado en la sillita de la cochera,  tu sillita y me he vuelto a desmoronar. En este momento han llegado David y Laura del centro de salud, David se ha agachado y me ha abrazado varios minutos en silencio, dejándome llorar, sin interferir mi dolor ni mi desconsuelo, yo le explicaba como necesito no estar solo, necesito compañía, pero no quiero a nadie cerca, una incoherencia, provocada por una nueva necesidad frente a mi forma de ser, las personas que pueden estar no me apetece tenerlos cerca y los que quisiera o bien están lejos o me asusta el daño que inflige mi estado.

Laura no sabe como comportarse, se queda a mi lado seria y quieta, por que no sabe como actuar en una situación tan nueva y extraña para ella, creo que aún no se ha dado cuenta del daño que acaba de sufrir su vida, temo el impacto que recibirá cuando la ausencia se manifieste. Hemos preparado la comida juntos y luego hemos visto una película, todo promovido por ella, actúa con naturalidad y normalidad, no parece notar la ausencia de su madre, tu ausencia, me da mucho miedo, pues cuando finalmente ocurra será demoledor y deberemos pasar de nuevo por este trance, aunque quizás sea mejor así, si así me da tiempo a recuperarme y prepararme para poder estar a su lado.

Ahora mismo estamos juntos todo el día, pero cuando yo empiece a trabajar o ellos el cole, estando fuera de casa varias horas a diario, no se como les afectará.

Esta noche ha dormido conmigo por deseo propio, David ha establecido turnos de acompañamiento y ha procurado que, cuando él no esté, alguno de sus hermanos permanezca cerca de mí.

 

42 Visitas totales
29 Visitantes únicos
Total Page Visits: 151 - Today Page Visits: 1

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *