Hola vida mía, seis años cuentan tu partida, 6 años que multiplicados por las 4 vidas supervivientes suman 24 años de ausencia, vacío, soledad, aislamiento, dolor, necesidades imposibles de satisfacer, profunda nostalgia, desazón continuada, desorientación…
6 años relatan un viaje no deseado, doloroso, incómodo, cargado de carencias, cargado de penas, ensombrecido por la falta de un futuro cierto.
Son tantos años de daños, de sufrimiento…
El tiempo todo lo cura, cierto, aunque incompleto, pues solo cura al final, cuando todo acaba, cuando el tiempo toca su fin, cuando se agota, cuando la vida abandona la carne, el ser se desvanece y la existencia y la vivencia acumulada se entierran o se incineran, desaparecen para siempre, momento en el que se inicia otro ciclo, un bucle que pasa a la siguiente generación, que pasará el testigo a la que venga después, la vida y la muerte generación tras generación, alegría y pesar, amor e ira, carne y cenizas, polvo al polvo.
6 años, 6 años…
Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor
