Domingo 5 de diciembre de 2021

¿Para qué tanta prisa?

¡Hola vida mía!, ¡¡¡es tan aburrida e insulsa esta existencia que queda tras tu partida!!!, ahora voy entendiendo por qué me he ralentizado, por qué he perdido velocidad y urgencia en todo lo que hago, ahora comprendo perfectamente que ya no me agobien las prisas, ni me acucien las urgencias, ahora percibo con total nitidez por qué no hay premura alguna en cualquier acción que deba emprender, que poco importa un minuto, una hora, o un día más o menos en el devenir de las cosas.

Esta tranquilidad y este sosiego que me acompaña gran parte del día, precisamente se debe a eso, mi cuerpo antes que mi mente ha alcanzado la comprensión, mi subconsciente se encuentra a años luz de mi ser consciente, ha ido tomando decisiones al margen de mi voluntad, ha ido modificando mi conducta sin mi aprobación o conocimiento, me ha hecho evolucionar de nuevo sin que lo haya percibido, hasta hoy.

Es realmente increíble la complejidad humana, es maravilloso como algo cotidiano y sin importancia puede ser revelador en un momento dado, es realmente apasionante pensar que cada revelación acaba llegando en el segundo propicio, o tan solo puede ser la suma de circunstancias aleatorias lo que la produce en dicho momento.

Hoy, haciendo una vez más la cama, sólo, añorándote profundamente, he tomado consciencia de que algo que jamás me gustó, que, incluso a pesar de su nimiedad, me molestaba, ha dejado de ser algo molesto a pesar de lo esperado, por su repetición a lo largo de los años, curioso focalizar el pensamiento en algo tan trivial y que ayude a fijar certezas y comprensión de una forma clara y maravillosa.

Ahora veo que lo consideraba una pérdida de tiempo a pesar de su necesidad, que me robaba algo que realmente no sucedía, que detraía tiempo de cosa mas importantes, urgentes o placenteras, cuando realmente ni invertía mucho tiempo, ni lo que ocurría inmediatamente después revertía importancia alguna.

El hecho es que ya no tengo ninguna prisa por hacer nada en particular, puedo partirme la espalda o la cabeza en distintos quehaceres o puedo perder el tiempo tirado en el sofá, pensando solamente que estoy perdiendo el tiempo, pero ninguna circunstancia da valor a ese tiempo, da igual que sea productivo o no, no es relevante que aporte algo en algún sentido, al final solo es una gota mas en el océano, que su existencia o desaparición no afecta para nada al vasto ente que es.

No tengo prisa, pues no voy a ninguna parte, ¿qué importa a qué hora o día parta si no hay horario de llegada?, el cursor del GPS parpadea esperando un destino _ _ _, pero ese destino no parece fijarse, esa dirección parece no existir aún.

¿Es esto una revelación?, me gusta el término, lo uso con demasiada frecuencia, esto implica que estoy aprendiendo mucho, que alcanzo otros niveles de comprensión, o simplemente que antes era idiota y ahora lo soy algo menos.

Volviendo al tema, a esta hora debería estar ya preparando la cena, cumpliendo con mi estricto horario, siguiendo mis propias normas, unas pautas que durante un tiempo ayudaron a mitigar o controlar el dolor, pero ahora que este dolor esta adormecido parece que estas normas carecen de sentido, se vuelven obsoletas, sin violencia y casi sin darme cuenta me deshago de ellas, las flexibilizo o solo las olvido.

Estoy en calma, indiferente, no todo el tiempo, pero sí la mayor parte del día, a la vez voy notando como vuelve una parte de mi antiguo yo, una parte que te juré muerta e irrecuperable, ahora entiendo que el dolor nubla y oculta muchas cosas, cosas que no se pueden erradicar, pero si anular durante el tiempo que dicho dolor controla mis pensamientos y mis actos.

El dolor ya no es totalmente negro y opaco, se ha vuelto gris y en algunos momentos hay incluso claros, puedo a veces ya vislumbrar o ver a través de él, recuperar parte del ser anulado, de la persona arrinconada.

Esto sí me da miedo, no creo que pueda olvidarte jamás, pero siento que esto te da un aire de prescindibilidad, resta importancia a lo que siempre has sido para mí, quita valor a tu figura como persona, pareja y la perfecta acompañante que has sido durante 33 años, el tiempo todo lo cura, falso, aunque se aproxima a la realidad.

Me voy triste, esta nueva sensación de paz implica dejar atrás cosas que, al igual que tu presencia, pensé que jamás podría olvidar o restar algo del peso que siempre han tenido.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Viernes 12 de noviembre de 2021

Hola preciosa, he de esperar un poco antes de meterme en el gym, ya sabes, terminar la digestión para poder aguantar lo que venga.

He dejado el robot trabajando, así que puedo dedicar unos minutos a contarte como está siendo la semana, no porque haya ocurrido nada en especial, sino porque creo que estamos juntos poco tiempo, estoy dándole vueltas a ver como corregir esta situación.

He estado viendo cuadernos de tipo diario y libros en blanco y creo que ese será el camino, ahora mismo va en cabeza una agenda de restaurante que es discreta, elegante y tiene las paginas fechadas, dos paginas por día, la he visto un par de veces en El Corte Inglés, es un pelín cara, pero si se pone a tiro en las próximas semanas, será un canal genial para fortalecer nuestra relación.

El invierno, con los días tan cortos, será de recogimiento, así que pasando tantas horas en casa habrá que gestionarlas bien, para no volverme otra vez un viejo gruñón.

Dejaré las horas de luz para las labores de casa y el resto de la tarde lo dedicaré un rato a la escritura y otro al ejercicio, tampoco son tantas horas, pues la cocina lleva un buen rato, apenas 4,5 horas para distribuir entre las 3 ocupaciones, ama de casa, deportista y escritor enamorado.

La semana ha sido, como casi siempre, intensa pero tranquila, esta paz y calma que me invaden me mantienen en un constante trance de tolerancia y empatía, lo que me permite convivir en cierta armonía con los que me rodean.

Es curioso, pues es una sensación apenas apreciable, solo a veces lo percibo, mas bien como una ralentización del tiempo y las acciones, como si fuesen mas lentas y menos urgentes, se hace el mismo trabajo, pero sin sensaciones de agobio o premura, a pesar de que siempre lo hay, ya sabes como es este trabajo, exigente y urgente, pero a pesar de ello, incluso ahora mientras escribo, el tiempo carece de cuerpo, de valor, se ausenta y deja de afectarme, como si transcurriese en otro plano

Si no fuese por el hambre que paso a casi cada hora no sabría ni la hora en la que vivo.

De todas formas, es una sensación agradable, ayuda a continuar, estabiliza las emociones y redondea sus aristas, tiene una capacidad relajante o quien sabe, quizás sea al revés, he conseguido relajarme y la consecuencia directa haya sido alcanzar esta paz que intento describirte.

Jiji, mis paradojas y yo, ambos incomprensibles, ambos indefinibles.

Bueno, es viernes, estamos todos en casa, bueno todos en la ciudad, pero eso me consuela, saber que están cerca, aunque no los vea, también aporta una tranquilidad preciosa.

El día pronto terminará, un día más en el paraíso, un día más sin ti, te echo mucho de menos, noto mucho la falta de todo lo que tu me dabas, algunas cosas son necesarias para vivir o sobrevivir, pero otras son prescindibles, aunque hermosas si se tienen, pero cierto es que prácticamente lo he perdido todo, ahora que el dolor ha cambiado de estado, se dejan ver esas carencias, se dejan añorar y ocupan parte de mis pensamientos, quitándote presencia y reclamando atención.

La verdad no les hago apenas caso durante el día, pero cuando éste toca a su fin surgen como pájaros nocturnos, haciendo presa en mi y anidando en mi cabeza, son otro tipo de dolor que viene a compensar o sustituir el que se ha movido o cambiado.

Pero es un mal menor, es algo asumible y controlable, si puedes controlar el hambre y la ira, puedes llegar a controlar casi todo.

Este nuevo yo, tan distinto del visceral yo anterior, tolera mejor esta triste existencia que se ha establecido de forma permanente, vuelve a ser una sensación extraña, una sensación de vivir prestado, de gastar un tiempo que no me corresponde, por lo que haga lo que haga con él afecta en menor medida, es menos intenso, menos colorido, menos vívido.

Ya son las 18.00h, una buena hora para sudar un poco. Te dejo pues, con la firme promesa de volver mañana, espero no olvidarlo.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

 

Domingo 7 de noviembre de 2021

 

Hola vida mía, he estado pensando todo el día, en contarte “mi gran hazaña” de ayer, le doy vueltas tanto al hecho en sí, como a los motivos que me han llevado a realizarla.

Ayer me propuse correr 10 km, una distancia para mí impensable cuando tu vivías, en cambio hoy, tras solo 7 días de entrenamiento, lo he conseguido con bastante menos esfuerzo del esperado.

Cierto es que no es un hecho aislado, hay mas factores que han propiciado alcanzar dicho objetivo, seguramente si no hubiese perdido la 10-12 kg. que he adelgazo este año, no lo habría conseguido, de la misma manera que de no haber estado haciendo ejercicio con cierta frecuencia, tampoco hubiese tenido la fortaleza física y mental de soportarlo, por último, jamás habría tenido el tiempo necesario para dedicarlo a este “objetivo” y los mencionados preparativos, si tu aun vivieses.

En definitiva, ayer me sentía orgulloso de mi logro y triste en no menor medida, porque no pudiste contemplarlo ni compartirlo conmigo, porque realmente esto es otra consecuencia directa más de tu muerte.

Ha habido tantos cambios y mutaciones causadas por tu muerte… me resulta casi imposible encontrarme en mi yo actual, somos dos personas distintas, es más, cada vez hay mas diferencias entre el que fui y el que soy y/o llegaré a ser.

Últimamente me encuentro en paz, conmigo y con todos, la ira y el odio me han abandonado por completo, aunque eso no signifique que aquellos a los que no tolero ahora sean tolerados o desee su presencia, no, eso no ha cambiado, ese sentir permanece, pero ya no me molesta su simple existencia, simplemente los esquivo, igual que se esquiva un charco un día de lluvia o una caca de perro en un tranquilo paseo.

Pero ya no me molestan los comportamientos o acciones que veo alrededor y que antes habría entendido ofensivos y me hubiesen hecho pensar con violencia y diseñar actos revanchistas, no, eso ya no ocurre, no se desde cuándo, me di cuenta hace apenas unos días, podría decirte que me alegró concienciarme de ello, pero tampoco fue una de mis mayores revelaciones.

Supongo que posiblemente esa sea la fuente de mi nuevo estado de paz, o simplemente solo sea haber subido un par de grados mi nivel de apatía. Aunque también podría ser la sinceridad con la que me estoy tratando recientemente, creo que ya apenas me miento, noto cierto nivel elevado de crudeza cuando hablo conmigo, veo la desnuda realidad reflejada en esas conversaciones internas que mantengo  en mis muchas horas de soledad, he notado como ahora susurro mis pensamientos en mis oídos sin artificio ni floritura alguna, ya no adorno las ideas y pensamientos que me asaltan continuamente, mis necesidades y deseos han quedado expuestos a la luz  sol, tal y como son, sin subterfugios ni camuflados en bienes mayores.

Supongo que no puedo hallar una sola causa para esta paz, sosiego, parsimonia, apatía, tranquilidad o estado de equilibrio en el que me encuentro estos días, o quizás si, porque también siento con frecuencia que he aceptado el fin de nuestras vidas, he aceptado que todo terminó y este tiempo de descuento, a diferencia del futbol, no servirá para cambiar el resultado, no es un tiempo añadido para determinar la situación, para seleccionar el ganador, quizás sea eso, quizás la aceptación de lo inevitable tenga esa efecto pacificador, saber que la lucha terminó puede que sea lo que aporte descanso al espíritu, aunque quede mucho trabajo aun por delante, apagar, limpiar, despejar, restaurar, curar, entender, perdonar…

O quizás solo esté agotado, cansado y sin fuerzas para seguir odiando y luchando, renegando y despreciando, sin fuerzas ya para lamentar la suerte otorgada.

Sí, podría ser cualquiera de todas estas situaciones, o un poco de cada, o una combinación de algunas de ellas, poco importa, el resultado parece ser el final lógico de tanto sufrimiento y padecer, pues todo se agota, consume o acaba transformándose.

Te echo de menos y eso no cambia, te tengo presente todo el día, hago todo lo que tu hacías y no me importa, ahora lo aprecio, lo veo como algo hermoso en el fin que persigue, en el honorable acto de realizarlo, en la generosidad de su realización sin contraprestación abierta o apreciable, en lo altruista de no esperar nada (absolutamente nada) por hacerlo, sí, yo te he sustituido para los demás, una gran parte de lo que eras para todos nosotros ahora lo soy yo, pero para mí no tienes sustitución posible, yo he vaciado una parte de mí mismo para hacerte espacio y ocupes algo de mi cuerpo para los demás, pero sigo estando aquí y esa parte que aun queda de mí, la que no has podido sustituir es la mas débil, la que mas necesidades tiene, la que no sabe vivir sin ti, sin amor, sin contacto, sin compañía y afecto, esto hace que esa añoranza no pueda mermar, al contrario toda esta insatisfacción se hace mas patente y aumenta con cada día que pasa.

La paradoja de mi tiempo me doblega, los días son largos para vivirlos, pero cortos para cumplir con todos los cometidos que hay que cumplir, deseo pasar todo el día durmiendo, para que los días se deslicen ante mi en un suspiro, pero en cambio no puedo ni descansar tras la comida, debo seguir avanzando cosas y dedicando el tiempo necesario a todos, incluso a mí, ahora demando más tiempo que antes, ahora necesito hablar conmigo mucho mas tiempo, ahora me marco metas personales, ya no me basta con aguantar entero hasta caer en la cama, el día he de dividirlo en franjas de actividad y yo ya estoy incluido en una de ellas, con mis metas, para que esa franja sea necesaria, para que esa asignación este obligada a respetarla.

Sigo cansado, de todo y nada en particular, vivir agota y desgasta, pero vivir en contra de tu voluntad es desolador y aterrador. Me esfuerzo por parecer feliz, algunas veces incluso por serlo, me intento acercar a los demás, compartir mi tiempo con más personas, intento rechazar menos encuentros, pero es duro cargar aun con esta pesada máscara, mantener una actitud ficticia requiere concentración y esfuerzo, a mi me faltan ambas cosas pero sigo intentándolo, quizás a fuerza de provocar la situación pueda convertirla en real, creo que ahora no estoy cerrado a la felicidad tras tu muerte, pienso algunas veces que puedo alcanzar cierta “normalidad” sin ofender tu memoria, aunque no sea capaz de realizar acciones concretas en aras de conseguirlo, más allá de al menos no poner barreras para ello.

Estoy pensando en llevar un diario desde primero de año, puede que transcribiendo mis pensamientos al papel provoque cambios inesperados y positivos en mí, también por miedo a dejar de hablarte, ya que cada vez espacio más nuestros ratitos de charla, así me obligaré a hacerlo continuamente, me da miedo que pueda llegar algún día en el que no piense en ti o llegue alguna noche en que olvide decirte que te quiero, de alguna forma debo perpetuar tu existencia real, tu presencia, continuar nuestra relación.

Esta semana no he comprado lotería así que mañana lunes de nuevo a trabajar en la oficina. Saldré por la tarde con el objetivo de hacerlo y confiar en “mi buena fortuna”.

Ahora voy a vestir de invierno la cocina, voy a sacar y limpiar la tarima, poner una base y preparar el radiador, el invierno ya está aquí y los días ya son cortos y fríos, el inicio de una nueva etapa oscura y triste.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Lunes 25 de octubre de 2021

Hola vida mía, un nuevo y largo fin de semana superado, aunque no tiene ningún mérito, ese dolor vivo y lacerante que fue tu muerte se ha ido mitigando, se ha ido reduciendo, ya no está tan superficial y al alcance de lo cotidiano, cierto es que no hay minuto en el que no te añore, o tarea en la que no te vea, o lugar en el que no sienta tu presencia, sí, permaneces conmigo todo el día, pero ahora no es una ausencia asesina, no es un continuo apuñalamiento a mi corazón, ha mutado a una presencia tenue, a un acompañamiento cariñoso y suave a una desazón conocida, a un misterio resuelto, sí, ahora formas parte de mi ser a otro nivel, ahora eres una parte indivisible de mí, un miembro fantasma, presente pero no visible, perceptible a los sentidos aunque no a la vista.

Sí, en este largo fin de semana, de nuevo, ha habido revelaciones, este fin de semana he pensado en nosotros en pasado y en mi en presente y futuro, he consolidado el dolor permanente, he verificado tu presencia inalienable, he acordado que no te sacaré jamás de mi vida, obviamente porque no quiero, pero también porque deseo esa presencia cálida, dulce y preciosa que te representa en mi mente.

Este fin de semana, vuelvo a aceptar que te has marchado definitivamente, vuelvo a concienciarme de que así es y así será siempre, pero a la vez pienso en mi como algo vivo, con necesidades, con opciones aun sin definir, con objetivos aun sin buscar, con cualidades humanas que me hacen imperfecto y ansioso.

Sí, sigo siendo una persona viva, aunque sea solo un poco, pero esa parte viva ahora reclama atención, recuerda necesidades olvidadas o arrinconadas violentamente, esa parte viva que te siente y añora, también detecta que hay carencias que quizás haya que cubrir, quizás insinúa que hay deseos que deban ser mirados de frente y ser afrontados con valentía, esa parte viva reclama y reclama con fuerza.

Esa ha sido la revelación, ahora tengo que ver que hago con este nuevo conocimiento, como enfrento esta nueva etapa, como concilio una vez mas mente y corazón, como combino culpabilidad y necesidad, como compatibilizo vida y muerte.

Ahora, cuando he percibido esta nueva realidad, deberé adaptarme a ella como a las otras que han ido surgiendo tras las anteriores, debo buscarle un sentido y una forma de encajarla, darle forma si es posible o desecharla cuanto antes si no es viable.

He de enfrentarme a lo que más miedo me da, he de mirar a la vida a los ojos, quizás hablarle, quizás relacionarme con ella, quizás disfrutar de su compañía, no me parece que vaya a ser una tarea fácil o agradable, pero ya no quiero mentirme más, debo afrontar esta nueva realidad con honestidad, debo tratarme con honradez, debo entenderme y dominar mis demonios.

No sé cómo lo haré, aunque hay muchos aspectos que lo harán, probablemente, más fácil, mi dificultad y mi negativa a las relaciones con los demás ralentizarán el proceso, permitiéndome vivirlo despacio, sin agobios, sin ansiedad y posiblemente volviendo caducas y obsoletas algunas necesidades.

Me da mucho miedo decirte lo que esconde tanta palabrería casi vacía, casi sin sentido, pero aun sabiendo con total nitidez lo que siento, es una cruel garra que sujeta mi mano e impide transcribir lo que siento, me asusta decirlo en voz alta o escribirlo, siento pavor solo de pensarlo.

Te echo tanto de menos princesita…

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Martes 12 de octubre de 2021

Hola vida mía, tan solo son las 16.30h, el día se está haciendo largo, las tardes siguen siendo interminables, como hasta ahora me desinflo tras la comida, me cuesta hacer cualquier cosa que pueda abstraerme, supongo que le ocurre a todo el mundo.

Es curioso y contradictorio, pensar continuamente en la jubilación, en dejar de trabajar (algo que en definitiva me ayuda a sobrellevar la semana) para estar siempre en casa, sabiendo que cuando estoy en casa todo el día, las horas pasan con extrema lentitud y los días se hacen largos, si pudiésemos pasar a triple velocidad la tarde!!!.

Sigo amparándome en el cansancio, en el ejercicio físico para soportar los días, el agotamiento físico es lo que con mas eficacia impide cada día mi derrumbamiento, ese microclima, de cansancio y reto continuado, creo que me hace mas fuerte mentalmente a la vez que algo ayuda a mantenerme activo y no degenerar rápidamente.

Estoy cansado, muy cansado, todo esto es insoportable, tanta soledad me destroza, pero sé que no hay opciones, lo acepto, aunque saberlo y aceptarlo no merma lo más mínimo el daño que causa tanta maldita soledad.

Sentirme solo todo el día y añorarte es la misma cosa, no paro de tomar consciencia una y mi l veces al día de que mi vida ya terminó, de que no importa lo que haga o como logre terminar cada día, tan solo soy un ventilador girando sin parar, inagotable, invariable, dando vueltas millones de veces sobre el mismo eje, sin llegar a ningún sitio, sin moverse un mm del punto de partida, así me siento, un mecanismo, una herramienta que cumple sus funciones y que antes o después habrá terminado su vida útil, se habrá amortizado por completo y solo quedará el desecho, el destierro y la sustitución.

No, hoy no me siento especialmente constructivo, ni remotamente alegre o al menos neutro, hoy es un día de mierda, un día mas en el paraíso, otro día que superar, otro horizonte que alcanzar, otra cima que coronar, tan solo para encontrar otro igual al otro lado.

No, hoy no es un buen día para escribir, ni para vivir, hoy, un día más en el paraíso, es solo eso, otro día, del que podría haber prescindido, otro día desperdiciado, otro día que podría haber estado alimentando gusanos.

La vida sigue, como no para de decir todo el mundo, y no hay un escenario peor que ese en concreto.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Sábado 2 de octubre de 2021

Hola vida mía, hoy te he olvidado.

Hoy es nuestro aniversario.

Hoy me levanté más triste de lo habitual, pensé que simplemente sería un nuevo y largo fin de semana, un día o dos más en el paraíso.

Decidí luchar contra él, me propuse que no me machacase desde primera hora, así que empecé a trabajar temprano, me fui al gimnasio por la mañana, algo que no hago nunca, necesitaba engañarme para superar el día, agotando mi cuerpo, para que poca energía llegase al cerebro, dos horas de gimnasio, varias lavadoras, limpieza y comida.

Hoy se presentaba como un día triste, algo más que los anteriores, se me saltaban las lágrimas de vez en cuando, no entendía por qué, te recordaba en todo lo que hacía, en mis mensajes de hoy, en todo lo que veía en televisión, seguía sin entender por qué hoy podía estar hundido sin haber tenido tiempo para pensar en mi soledad, aún así, seguí luchando contra la desesperación y puse todo mi empeño en no hundirme. Tenia que vencer esa incomprensible añoranza que me estaba embargando continuamente.

Ahora a las 18.30h, me digo: hace tiempo que no te escribo, voy a ser fuerte, voy a contarte como me encuentro, mis sensaciones de hoy, mi última revelación, “mis progresos”

Así que reúno valor y voy pensando, mientras recorro el camino del salón al despacho, que contarte, le voy dando forma en mi mente, ya tengo algo sobre lo que escribirte hoy, porque, aunque no hay grandes cambios, hay pequeñas variaciones y hoy me sentía fuerte, hoy me sentía poderoso, hoy podría ser positivo, hoy tenia cosas alegres que contarte, hoy podría darle la vuelta a la tristeza que me amenazaba desde que me levanté, porque hoy me estaba esforzando en no sucumbir y parecía que lo estaba consiguiendo.

Hoy podría haber hecho algún avance.

Hoy había decidido ver solo lo hermoso que ha habido entre nosotros, recordar todo lo bueno que me diste…

Pero hoy, ahora, cuando me siento frente a la pantalla y por fin empiezo a escribir, cuando anoto la fecha veo que hoy es nuestro aniversario, me siento confuso, reviso la fecha, pues no creo que sea cierto, absolutamente incrédulo miro el libro de familia, tengo que verificarlo, lo que veo me hunde en la mas profunda tristeza, me parte el alma, desata mi angustia, no puedo creer que inmerso en tanta lucha, en tanto recuerdo, en tanto optimismo, me haya olvidado de ti, haya olvidado que hoy cumpliríamos 29 años casados, que hoy celebraríamos por duplicado nuestro aniversario, pues nos casamos no una sino dos veces, nos casamos dos años seguidos en la misma fecha, por lo que nuestra conmemoración es doble.

Sí, hoy es nuestro aniversario y yo, que tanto te amo y tanto sufro porque ya no estas conmigo, lo he olvidado, hoy cuando la lucha tenia razón de ser, vuelvo a hundirme, vuelvo a ver que soy una persona incompleta, una persona deshecha, otra persona, muy distinta a la que te enamoró.

Lo siento tanto amor mío, añoro tanto tu presencia, es tan grande y dolorosa tu ausencia…

No sé que haré ahora, seguramente saldré a la calle a vagabundear un rato, a ver pasar gente, a mirar parejas en sus momentos cotidianos e intranscendentales, a verte y recordarte en cada una de las mujeres con las que me cruce.

Sí haré eso, me voy a cambiar, iré a comprar algo para la comida de mañana, me deleitaré con las caras felices que pueda encontrar, envidiaré cada mano prendida con amor por la mano de su pareja, envidiaré todo aquel que vaya acompañado y me sentiré mal por haberlo tenido y no haberlo valorado, pensaré en mí, en lo que queda, en lo que sufro y pensaré en ti, que no verás crecer a tus hijos igual que yo apenas disfrutaré presenciándolo, me mortificaré reviviendo el dolor de saber que ya no te harás mayor a mi lado.

¡¡Feliz aniversario vida mía!!

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Sábado 11 de septiembre de 2021

Hola princesita, hace tiempo que no paso por aquí, ya sabes que no es porque me haya olvidado de ti, simplemente ya tengo poco que decirte, al margen de los largos pensamientos que a diario te dedico.

La vida se ha vuelto algo cotidiano, ¡¡¡como si pudiese ser de otra forma!!!, en el sentido de que todo es predecible, de que no hay aventura, riesgo, ni pasión, los días se suceden sin nada que los diferencie emocionalmente.

Todo en mi se sigue ralentizando, me he vuelto mas parsimonioso, tranquilo y paciente, no ha sido algo voluntario o consciente, simplemente ha ocurrido, supongo que, como consecuencia de lo anterior, para que correr si no voy a ningún sitio, no puede existir pasión si no hay nada que la desate, de la misma forma que no puede haber aventura en una vida sin expectativas, ni propósito.

Casi nada tiene importancia para mí, más allá de cumplir con un deber, una obligación, hacer cualquier cosa por ayudar, o simplemente por no molestar o perjudicar a nadie.

Es curioso, como muchas actividades que nunca me han gustado, ni he acometido jamás de buen talante, ahora las hago sin pesar o molestia alguna, todo se ha vuelto del mismo color y sabor, por lo que cualquier trabajo representa el mismo esfuerzo y requiere por mi parte la misma implicación y energía.

Los días ya se van acortando, pero ahora temo cuando esta luminosidad desaparezca, cuando esta luz que esconde las sombras de mi alma deje de mantenerlas a raya y éstas vuelvan a crecer y ocupar su doloroso lugar, me da miedo pensar en los días mas sombríos que se cernirán pronto sobre mí, espero que la transición sea lenta para que pueda prepararme.

Antes me gustaba el invierno, nos acercaba, nos volvía hogareños, nos ofrecía oportunidades de mayor contacto físico, el frío nos hacia abrazarnos con mucha frecuencia, nos obligaba a mantenernos pegados el uno al otro en un contacto plácido y prolongado

Recuerdo con tanta emoción como cada noche yo que me acostaba antes, lo hacía en tu lado de la cama, para que cuando llegases resoplando y tiritando encontrases unas sabanas cálidas y te arrimases a mi intentando robarme el calor que yo ya había acumulado esperándote.

Sí, era in ritual precioso, que siempre nos arrancaba una sonrisa y alguna caricia.

Pronto empezaré a añorarlo de nuevo, pronto empezaré a recordar con dolor esos momentos.

Esta vida sin objetivos me ofrece muy poco, sé que es una decisión mía, sé que soy yo quien levanta barreras a mi alrededor, sé de sobra que yo impido mi curación, sé igualmente que ya me he acostumbrado a ser un desdichado, pero lo que no sé es que pasaría si derribase todos esos muros, que ocurriría si comprobase que tras tu muerte hay vida, hay deseo, hay placer, hay buenos momentos, no sé que ocurría si lo hiciera y fuera consciente de todo ello, no sé como me sentiría, no sé cómo reaccionaría.

Muchas veces me sorprendo en un estado de ensoñación, durante el que pienso las cosas que haría ahora, con lo que he aprendido, con la de cosas que ahora reconozco haber hecho mal, con el profundo conocimiento que acumulo, ahora que comprendo cómo debería haberme comportado contigo estos más de 30 años juntos, me sorprendo pensando y planificando una nueva persona, más perfecta, más humana, más cercana y empática, un buen compañero.

Sí, sorprende que mi propia mente se atreva a secuéstrame para mostrarme todas estas opciones, todas estas alternativas, todas estas posibilidades que yo me niego a ver y reconocer y aparto de mi camino voluntariamente.

Es una lucha interna entre lo que necesito y lo que creo correcto, una lucha sin sentido pero que no cesa.

Tanto conocimiento y no puedo usarlo…

Me he convertido en una persona dividida, en dos personas distintas en un solo cuerpo, en continuo conflicto para imponer las directrices a seguir el resto de mi vida.

Una lucha en la que aún no sé quién o qué se está imponiendo.

Me sienta bien decirte todas estas cosas que merodean los confines de mi pensamiento, que no se pueden expresar en voz alta, que tanto esfuerzo requiere para retener en la periferia de mi día a día, escribir sana un poco esta llaga purulenta que es mi cabeza.

Necesito tantas cosas.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Lunes 16 de agosto de 2021

Juicio y conocimiento

Hola vida mía, mas días en el paraíso se acercan.

Ya hace dos años que tuviste que partir, dos años en los que solo ha habido vacío, soledad, dolor y una gran acumulación de conocimiento, conocimiento de gran valor, pero de poca utilidad.

Durante estos dos años, he sido obligado a aprender a vivir sin ti, a vivir inmerso en la soledad mas absoluta, me he visto obligado a aceptar que para todos eres un lejano y triste recuerdo, para sobrevivir he tenido que dividirme en dos, la persona útil que aparento en público y el cadáver que soy en la soledad de mi abandono, he tenido que convivir con mi desaliento y con la responsabilidad y obligaciones del trono que usurpé, he tenido que aprender a superar todo lo que me venía mal dado, esto más mal que bien, pero he tenido que esforzarme por no zozobrar y desesperar más allá de lo asumible, luchar a diario por no caer en la depresión más absoluta y esperable, ha sido una verdadera odisea de dolor y desesperanza.

Dos años viviendo desde fuera de mí, observando por encima de mi hombro, aprendiendo de todo lo que ocurría y lo que no ocurría, pero que provocaba intensos y grotescos ensayos interiores.

Dos años viviendo dos vidas la exterior y la interior, manteniendo intensos debates y enfrentamientos.

Dos años de revelaciones, de proyectos, todos fracasados, de intensa actividad interior, de profundas cavilaciones.

Dos años en los que me he convertido en mi mejor amigo, mi confidente, la única persona a la que susurrar cualquier pensamiento, cualquier deseo, cualquier convicción, contando siempre con comprensión y apoyo, pero también con un buen orador para rebatir argumentos poco sólidos; dos años también en los que me he mentido a diario, en los que me contaba historias totalmente falsas, dos años en los que creaba y recreaba películas de ficción, para luego aceptar como ciertas, sí, dos años de mentiras aceptadas, pero dos años en los que también era consciente de esas mentiras bienvenidas, esas mentiras piadosas que posibilitaban continuar, no por eso mas ciertas pero si más aceptables.

En dos años caben muchas mentiras, pero si en algo no me he podido engañar es que era consciente de cada una de ellas, al principio o con el paso del tiempo, las aceptaba y las dejaba pasar, porque yo era el único que sabía que todo era una farsa, nadie más podía detectarlo, nadie más podía poner en duda lo poco que contaba cuando había momentos de sinceridad, pocos y espaciados en el tiempo.

He sido en muchos casos un observador imparcial, he presenciado todas esas mentiras y no me he inmiscuido, he permitido que nacieran, crecieran y fructificaran, porque seguramente era beneficioso en ese momento, quizás no por lo que aportaba, pero sí por lo que apartaba de mi camino.

Dos años de engaños y subterfugios, por mi, para mi o contra mí, ¡qué locura!

Sí, dos años de locura, una locura que no merma, una locura alimentada por tanto dialogo interior, porque ser tu único amigo no puede ser razonable ni sano, no aporta una visión nueva, solo es un dialogo endogámico y pervertido, perturbador y fomentador de la soledad, porque crea una falsa sensación de acompañamiento, porque rellena ese vacío infinito que me rodea, porque llena esos cientos de minutos  diarios sin compañía, porque se convierte en una compañía que sustituye la verdadera y necesaria compañía real de otras personas, un sucedáneo para que esa locura no sea peligrosa, solo llevadera.

Sí, dos años de revelaciones y nuevos conocimientos, tanto tiempo libre da para pensar y analizar mucho y muchas cosas, pero un conocimiento que no procura valor alguno a mi vida, porque no soy capaz de usarlo, he hallado grandes verdades que no he sido capaz de usar, importantes descubrimientos que su uso debería haberme permitido una mejor recuperación, en cambio solo ha logrado el efecto contrario, aumentar el aislamiento y ensanchar la brecha que me separa de la realidad. Una realidad que ahora conozco bien, aunque aun no soy capaz de gestionarla e integrarme en ella.

Grandes conocimientos, grandes verdades y a pesar de todo inútiles, porque aun conociéndolas su uso es imposible, porque soy incapaz de concebir que solo yo vea esa comprensión, a pesar de saber que no comparto esos avances con los demás, a pesar de saber que nadie puede saber lo que pienso si no lo expreso, inútiles porque no puedo hacerlos extensivos al resto.

El esfuerzo de hacer comprender todo esto es inasumible, pues el resultado es más que cuestionable, es necesario un estado especial para apreciar la verdad de muchos de estos conocimientos, haber tenido vivencias concretas y soportadas situaciones indeseables para abrir la parte de la mente que asimila ese tipo de información.

Pero no importa vida mía, conozco mis mentiras, conozco mis fantásticas ilusiones.

Hoy ha caído una nueva mentira, he tardado mucho en detectarla, pero antes o después una nueva revelación pone en su lugar una historia sostenida durante tanto tiempo, he invertido mucho tiempo y esfuerzo en dotar nuestra casa de todo lo necesario para no tener que salir, lo he conseguido, solo necesito salir para hacer la compra y trabajar, ya tengo todo lo demás entre estas cuatro paredes, pero hoy me doy cuenta que he estado adornando y haciendo habitable mi jaula, mi cárcel, mi prisión, hoy he deseado y necesitado salir, cualquier excusa me hubiese servido, pero me he abastecido de tanto y tan bien, que no he podido hacerlo.

Una nueva necedad que da relieve a esta locura ficticia que me aqueja, ¿por qué soy incapaz de dejar que la vida fluya?

No hay más preguntas señoría.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

 

 

2 de agosto de 2021

 

Hola vida mía, hoy habría sido un día de celebración tranquila y doméstica.

Lo mas probable es que hoy, cuando llegase del trabajo, hubiésemos salido los cinco a cualquier sitio a comer, casi seguro una hamburguesa, para celebrar tu santo, como siempre yo tendría preparado un mal regalo, pues nunca he sabido que regalarte y pocas veces he acertado, pero eso sí llevaría varios días chinchándote preguntándote si lo querías antes o el día de hoy.

Después de una siestecita nos habríamos ido a la piscina, estar un rato al fresco y me habrías invitado a un helado, que predecibles y simples éramos!!

Aun con una celebración tan escandalosamente sencilla, el día habría sido espectacular.

Felicidades princesita!!!

Esta foto es del 31 de julio de 2019, aceptaste mi regalo, sin ganas y apenas fuerzas te lo probaste e incluso me sonreíste con dulzura, tu ya sabias que algo iba mal y que probablemente jamás llegarías a ponerte otra vez estas dos prendas.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Domingo 11 de julio de 2021

Una huida continuada.

¡Hola vida mía!

Que difícil se me va haciendo sentarme frente a ti, a pesar de ver todos los días tus fotografías, distribuidas por toda la casa, verte frente a mí, sonriendo y mirándome a los ojos mientras escribo, me perturba, me causa desazón y una extraña sensación difícil de identificar.

Tengo tantas cosas que contarte, pero se tarda tanto en hacerlo, en ordenar mis pensamientos, en buscar las palabras, en ser lo más fiel posible…

Sabes que siempre me gustó escribir, aunque jamás tuve talento para algo mas que una carta, un poema o una canción de amor desesperada; siempre he buscado enriquecer mi vocabulario, para mejorar mi expresión y no repetir las mismas palabras una y otra vez, pero describir lo que uno siente, eso es especialmente complicado, hay que tener una lucidez de la que yo carezco.

Ayer, no recuerdo exactamente que estaba haciendo, es curioso, me envié un mensaje para recordármelo, pero ya olvidé el contexto, pensé que me encuentro en una eterna huida, como un fugitivo, siempre agazapado, manteniendo el anonimato, permaneciendo al margen de todos y todo, sin crear o entrar en conflictos, hubo un momento que identifiqué perfectamente mi actitud actual, una actitud de huida, de escape, de poner la otra mejilla y seguir hacia delante.

Inmediatamente tomé mi primera decisión para cambiar eso, decidí, no se si para mucho tiempo, dejar de huir, pararme, girarme y plantar cara, tomé mi primera decisión y actué sin vacilación.

Después de contarte tantas veces que no mantengo mis decisiones, no hay muchas esperanzas de que pueda sostener el cambio de rumbo el tiempo suficiente para conseguir algún cambio notable, pero te lo cuento y así quizás sea capaz de adquirir firmemente el compromiso y mantenerlo, aunque no sea constante.

Quizás ahora permita más cambios, la rotundidad de tu marcha ya no admite discusión alguna, creo que mi mente ya lo va asimilando, lo vemos de una forma distinta, menos cruenta, aunque igual de triste, el filo del dolor se embota y golpea, pero no corta.

Este cambio parece que afloja la presión interna que siempre me embarga y sobrecoge, que me impide ver opciones o tomar decisiones, parece que este debilitamiento deja circular más la vida por mis venas, una vida gris y nublada, pero quién sabe en que puede desembocar, no por acción, pero tal vez sí por omisión.

Los días son demasiado largos y calurosos, esto impide mi intensa actividad diaria, pues me resta mucha energía y me obliga a permanecer protegido del calor que tanto he odiado siempre y que ahora añade un componente mental al desgaste físico.

Pienso mucho en la persona que soy ahora, ayer me reprendía, por cuasi sacar un lado positivo a tu muerte, es obvio y rotundo que no hay absolutamente nada bueno o positivo en tu muerte, el cambio que tu partida ha provocado en mí, no es algo bueno o malo, tan solo es una mutación más, una evolución, una adaptación, la necesidad agudiza el ingenio y tu ausencia me arroja al primer plano, hay que cubrir todo aquello que tú hacías y no hay más candidatos, así que me he adaptado y te he tomado el relevo.

Pero al margen de esto, también pensaba que si puedo ser esta persona ahora, también podría haberlo sido estando tu viva, de haberlo hecho antes, habríamos disfrutado mucho más, te habrías sentido muy orgullosa de mi y yo habría flipado con tus sonrisas y caras de asombro y satisfacción, ahora no aporta ningún tipo de satisfacción u orgullo, porque no ha sido un cambio pretendido, voluntario o altruista, ha sido una imposición y en muchos casos una egoísta elección, por el simple hecho de ocupar mi tiempo y alimentar mi victimización por la gran pérdida sufrida, algo más que sumar para desatar compasión en los demás.

Tengo tanta necesidad de hablar contigo, de estar juntos unos minutos, de pasear juntos, de cogernos de la mano y charlar de cosas intrascendentes, como cuando íbamos o volvíamos dal gimnasio, me gustaría tanto recuperar esos largos paseos…

Creí que hoy no lloraría, pero es irremediable, cada vez estoy más viejo y débil.

Te quiero mi niña, mi princesita, mi amor.