Viernes 2 de octubre de 2020

Feliz 29 aniversario princesa!!!.

Felicidades amor mío, en esta misma fecha en 1992 nos comprometimos de forma definitiva y para siempre, a amarnos, respetarnos y compartir cada día que transcurriese desde entonces.

Me siento orgulloso de que hayamos cumplido nuestra promesa, mejorándola, ampliándola, dándole mayor sentido a ese compromiso, aderezándolo con matices inimaginables, no solo con cantidades imposibles de amor, sino de confianza, compañerismo, pasión, comprensión, esperanza, y todo lo bueno que el ser humano puede aportar a otra persona.

Tú tenias tan solo 23 años y yo 25, creo que nos casamos jóvenes, aun así tarde, porque lo habríamos hecho antes, si antes hubiésemos alcanzado la suficiente independencia económica.

Me alegra tanto que siendo tan jóvenes, con un deseo que afloraba a ras de piel, como si nos recorriese una corriente eléctrica,  hubiésemos emprendido el mas hermoso y ambicioso de los caminos, la convivencia, con la fortuna de haber conseguido acertar de pleno, de haber pavimentado ese camino poco a poco, a base de energía y juventud, con pasión, con convencimiento, con la absoluta certeza de que estábamos cumpliendo el mayor deseo de nuestras vidas, de que seguíamos nuestro objetivo  marcado casi 5 años antes con exactitud matemática.

Eras muy joven y eras absolutamente hermosa, aunque mejoraste con la edad, a tus 50años seguías teniendo un cabello esplendido y mantenías esa sonrisa, alegre, amable, picara y cómplice, no hiciste sino mejorar con la edad y la experiencia, aunque nunca te desprendiste de tus mayores virtudes: tu inocencia y tu generosidad.

Ese camino no siempre fue fácil, pero contigo siempre fue llevadero y nunca un obstáculo se interpuso demasiado tiempo en nuestro camino.

Hoy cumpliríamos 29 años casados, 34 años de mis 53 junto a ti, esperaba doblar esa cantidad de años, bien vividos y disfrutados contigo, pero te quedaste en el 27 aniversario, rozaste el 28, pero la cruenta lucha te venció antes de alcanzarlo.

Hoy intentaré recordarte con alegría, intentaré mantener un rostro suave, aun con el corazón maltrecho, será un día más sin ti, un día marcado en el calendario en rojo, pero sombreado de gris, un día aciago en el que mantener la compostura apoyándome en tu recuerdo, rememorando tu hermoso rostro, la tersura juvenil de esa maravillosa piel que siempre tuviste, recordando esa media sonrisa que luciste de continuo aquel maravilloso día, aunque también las mostraste todos los días precedentes y los posteriores, por que tu sonrisa y tu belleza fueron una constante en nuestras vidas, porque incluso durante la enfermedad y hasta la mañana que te fuiste, delgada y demacrada, fuiste el ser mas hermoso del universo, en belleza y en comportamiento.

Esperaste la muerte sin prisa, sin desesperanza, sin lagrimas, sin miedo,, la esperabas y solo te preocupaste de los que te rodeaban, solo eso hacia asomar una sombra de pena a tus ojos, a tu mirada, saber que tu tranquila partida dejaría vidas destrozadas y nada podrías hacer por remediarlo.

Te amo mi niña, mi princesa, mi amor, la mujer mas fuerte y hermosa concebida por madre alguna.

La belleza

Domingo 20 de septiembre de 2020.

El tiempo es eterno.

Hola princesa, han pasado mas de 13 meses desde que te marchaste, puede parecer mucho tiempo , pero no lo siento ni mucho menos como algo lejano.

Lo pienso y me bloqueo, 13 meses viviendo sin ti, sin verte cada día, trece meses de continuo desafío a la cordura, trece interminables meses.

Una vez más, solo y arruinado por el dolor, no sé qué hacer con mi malhadado tiempo: limpio, cocino, veo la tele, vuelvo a limpiar, vuelvo a cocinar, vuelvo a ver la tele, pero el día transcurre a cámara lenta, me hace falta tiempo para hacer todo lo que debo y sin embargo me sobra cada segundo que transcurre en soledad; me duele la garganta, me escuecen los ojos y no hay nada que consiga alejar mi pensamiento ni un instante de ti, no hay nada que mitigue esta angustia permanente; el tiempo se vuelve eterno e infinito, se ralentiza y alarga cada día, convirtiendo cada minuto en un agujero insondable imposible de escalar.

Cualquier domingo a esta hora (16.30h), estaríamos tumbados en el sofá, cómodamente enredados, yo seguramente sesteando y tu viendo alguna de tus series, algo anodino y sencillo, ahora un lujo al que nunca volveré a tener acceso.

Los días son interminables y tu ausencia inabarcable, inconmensurable y de ninguna manera soportable.

Me siento a escribir porque no veo alternativas, solo deseo tumbarme, dormir un rato y que el tiempo pase por encima de mi, sin tocarme, como una rápida nube que me sobrevuele sin verter una gota de lluvia, anónima y silenciosa, pero no puedo, lo único que deseo es lo único que no puedo hacer.

Un leve descanso ahora y la noche se volvería infinita; hay que agotar cada segundo de cada día, de forma consciente, de forma presencial, dejarme sucumbir al sueño durante el día sería entregarme indefenso a la noche infinita, la que no perdona, la que se regodea en el insomnio, la que retiene los segundos y retrasa el sueño, la noche es mi peor enemiga, la pesadilla de los débiles, es la hora en la que sucumbimos a aquello que a duras penas mantenemos a raya durante el día, aquello que asoma continuamente a mi consciencia apenas rozándola, como un movimiento subrepticio en el limite de mi campo de visión.

La noche solo me acompaña con su soledad, su silencio y sus duros pensamientos, la temo y la necesito, pero debo llegar rendido a su encuentro, llegar fuerte significa una larga, costosa e infructuosa batalla.

La noche siempre llega cargada de dolor, de culpa, de arrepentimiento, viene bien pertrechada, dispuesta a disolver la poca humanidad que voy reuniendo durante el día, presta a hurgar en las heridas, a retrasar el bálsamo del sueño, a concentrar y potenciar el oscuro veneno de la soledad.

La noche es invencible, es el enemigo imbatible.

La noche… la noche soy yo.

Se acaban las vacaciones de verano, por fin. No han sido días gratos, no han generado bonitos recuerdos, no han servido a su función ni han aportado nada valioso. Nuevo tiempo malgastado, tiempo dedicado a ver crecer la hierba, un periodo fútil e inútil.

Cuantas cosas habríamos hecho juntos, cuanto habríamos disfrutado de un tiempo exclusivo, para nosotros, nuestros hijos, nuestros amigos…

Estos días recluido en casa, casi he sentido que andabas por otras habitaciones, inmersa en tus/mis quehaceres, a punto de encontrarnos en el siguiente pasillo, a punto de oírte llamándome para echarte una mano en lo que anduvieras haciendo, que crueldad tan grande, sentirte a la vuelta de la puerta y a la vez saber que era imposible, que solo se trata de un nuevo juego maligno de mi cerebro, el picor en el miembro amputado, sabes que ya no está y aún así lo sientes tan real!!!!. Puto resto de vida.

Ya pasó la era de la división de las jornadas, los meses o las épocas, las horas se han vuelto lineales, planas, iguales las unas a las otras, sin divisiones, sin jalonar, sin diferenciar.

La vida se ha vuelto un continuo deambular sobre una línea recta pintada en un folio blanco infinito, sin paisaje, sin distracciones, sin nada… sin ti.

Como no, hoy un día mas en el paraíso.

Te amo mi niña, mi princesa, mi amor.

Lunes 14 de septiembre de 2020

Necesito

Hola amor mío, un nuevo lunes amanece ya, un nuevo y largo día, un largo día para echarte de menos, un largo día lleno de horas eternas en las que tu no estás y yo casi tampoco.

Hoy un nuevo día para necesitarte, sí, para necesitarte, pues tu ausencia genera miles de necesidades, necesidades que jamás se verán satisfechas, miles de necesidades que tu cubrías sin darnos cuenta, porque necesito que alguien me mire como lo hacías tú, necesito a mi esposa, mi compañera, mi amante, mi amiga, mi ama de casa, la alegría de mi vida, necesito la seguridad que tu me dabas, saber que siempre estabas ahí, me garantizaba un hogar a mi vuelta, una casa cálida, una compañia grata, el alimento siempre dispuesto para mi cuerpo y mi alma, sí, todo «mi» porque tu eras «mi» vida, el motivo de «mi» existencia, tu eras mía y yo era tuyo, no como una pertenencia o una propiedad, sino como un brazo o una pierna de nuestros cuerpos, éramos el uno del otro, como un miembro extra, formábamos parte del otro, simple y naturalmente formábamos una sola unidad, que ocupaba dos cuerpos, perfectamente sincronizados, locamente enamorados, dos cuerpos un solo destino.

Hoy, otro puto día en el paraíso, otro puto y largo día sin ti.

Te quiero amor mío, mi niña, mi princesa, mi amor.

La felicidad

Sábado 12 de septiembre de 2020

Otro puto día mas en el paraíso

Hola amor mío, hoy solo te cuento que esta soledad que queda tras tu partida es la mayor carga que se pueda soportar, de nuevo solo, con tu ausencia, sin ganas de continuar, pero sin posibilidad de renunciar.

Obligado a correr esta maratón infinita en que acaba convirtiéndose cada día, sin fuerzas, sin ganas, sin meta ni destino.

Un esfuerzo inútil y estéril, al que es imposible escapar.

Un día más intento huir a esta hecatombe, un día más la única salida es salir de casa e intentar agotar el día.

Un días suplicando que el sueño me alcance pronto y que el despertar al nuevo día sea lo mas tarde posible.

Te quiero mi princesita!!!

Martes 8 de septiembre de 2020

Hola amor mío, es sorprendente como se ha ido produciendo lentamente una gran transformación en mí. Tú mejor que nadie sabías lo impaciente que he sido siempre, aún cuando no había causa alguna para serlo. Ese persona va desapareciendo  poco a poco, la calma y la parsimonia se van apoderando de mis acciones, de mis pensamientos, de mis movimientos; la ira, la prisa y la desazón me abandonan, dejan en su lugar la apatía y el desinterés. provocando ese cambio.

Te echo tanto de menos!!!

Esta gran necesidad de ti, esta terrible e inmensa necesidad de ti, es la necesidad de tener un objetivo en la vida, un objetivo grande y real, algo que dé sentido a mi vida, a cada acción, a cada segundo, a cada inhalación. Mi objetivo era estar contigo, compartir contigo todo el tiempo posible, mantener tu presencia cada instante que fuese posible, alargarlo infinitamente.

Tú eras mucho más que una cara bonita, una sonrisa preciosa, un cuerpo deseable, una compañia infalible, una compañera infatigable, una amiga fiel, tu eras mi imagen en el espejo, mi sombra al caminar, el aire que entraba en mis pulmones, el alimento que me nutría, tú eras la existencia misma, el origen y el fin de todo mi universo.

Todo ha desaparecido contigo, no siento casi nada, nada ilusiona mas allá de unos minutos, nada es atractivo mas allá del primer impacto, nada atrae a mi corazón, nada fija un deseo de forma permanente, nada es capaz de sustituir ni un 1% de tu presencia.

Bonita forma de empezar un día festivo.

Pero como obviar, que si estuvieses aquí, nos habríamos levantado perezosamente, te habría preparado el desayuno, mientras tú ruidosamente vaciabas el lavavajillas, sin prisa y con placer hubiéramos disfrutado del desayuno, de nuestra compañia y hubiésemos hecho planes para el día, planes de limpieza por supuesto, pero estaríamos preparados para afrontar un día juntos, dedicándonos casi en exclusiva el uno para el otro.

Pero.. Hoy no ha ocurrido nada de esto, ni volverá a suceder, como pensar que es posible enfrentar una y otra vez cada mañana semejante verdad, no es posible y sin embargo, aquí estoy lamentando mi fortuna 13 meses después, un tiempo interminable, una época infernal y sin embargo este tiempo transcurrido no es nada frente a lo que queda por llegar.

El futuro nunca llega, el pasado ya no existe, el presente lo es todo, porque siempre estamos instalados en el segundo actual, y no es un presente halagüeño, vivir siempre este segundo no es el gran objetivo de mi vida, ni jamás podrá serlo en una vida sin ti.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Sábado 5 de septiembre de 2020

Vuelva a la casilla de salida

Hola amor mío, los días son largos y tristes, lo que me hace temer la próxima llegada de los meses fríos y oscuros. probablemente aportarán algo mas de oscuridad a mi padecer, a mi ya oscurecida alma.

De forma continua me viene a la mente lo poco que afecta al resto tu desaparición, tontamente pienso que yo no me comportaría así, pero luego reconozco que es mentira, que con total seguridad yo actuaría como ellos en caso de invertirse los papeles, es incomparable la posición en que queda el ser querido, el que más ha vivido con la persona ausente, el que más tiempo habría compartido con ella, el que tenía por delante un futuro, proyectos, deseos, una vida conjunta, a lo posición que adopta el amigo o el familiar lejano, no tiene nada que ver, no es posible equiparar absolutamente nada.

Sí, me miento cuando digo que yo actuaría de otra forma, por que yo sería uno mas del resto del planeta, igual que ellos lo son ahora, te extrañan, te añoran, sienten tu ausencia, pero su vida ha sido lacerada de refilón, la mía ha sido destruida por un ataque nuclear, con un impacto directo.

Me cuesta arrancar y venir a dedicar unos minutos a escribir estas sandeces. No porque no lo desee, sino porque últimamente pienso-escribo, es pensar como en tercera persona, pensar de forma literaria, recrear una conversación o la redacción de un texto de forma mental, sobre todo por las noches, pienso lo que me gustaría escribirte, pienso hacerlo al día siguiente, pero luego olvido esas maravillosas palabras, esos pensamientos íntimos y dolorosos, esas frases tan ilustrativas, cuajadas de ejemplos y metáforas. Creo que es un nuevo mecanismo de defensa que ha diseñado mi sabio subconsciente, que me parapeta detrás de estas nuevas rutinas, desvía mi atención con nuevos procesos, son simplemente distracciones para intentar externalizar de alguna manera lo que siento, de disfrazar mi sentir, sobre todo cuando llega el final del día, el momento de la soledad absoluta, la hora de enfrentarse a la verdad, el momento en que el vacío  toma forma y un peso aplastante, el momento en el que debo buscar el sueño y estoy totalmente indefenso.

Por la mañana siempre me encuentro de nuevo en la casilla de salida.

Sí, por la mañana he olvidado lo que pensé-escribí la noche anterior, aunque cada día el pensamiento es el mismo, con distintas palabras o expresiones, pero con el mismo fondo, esa tristeza que me envuelve y embota, que me devora, que oprime mi pecho y mi cabeza, ese vacío que ha quedado en mi corazón y en mi mente y que es tan visible, que impregna y destiñe todo cuanto me rodea u ocurre.

Ayer volví a revisar mi viejo móvil, intentando encontrar fotografías olvidadas, videos en los que aparezcas o hables para poder mantener vivo el recuerdo de tu dulce voz, encontré uno de 2014, pensé, lo que pienso tan a menudo, que debo dedicar tiempo a recopilar todos estos valiosos retazos de nuestra vida, todos estos recuerdos de incalculable valor que jalonaron nuestra existencia, pero es tan doloroso, que no soy aun capaz de afrontarlo, quiero hacerlo….

En estos meses no dejo de ver mis errores, mis carencias, las oportunidades que dejé pasar, las cosas que hice mal, las que no hice bien, la cantidad de tiempo que desperdicié, en el trabajo, con otras personas, en actividades que hacía sin ti, todo me parece ahora un gasto intolerable e inasumible, grito cada día por una segunda oportunidad, sufro por no poder tener un día mas contigo para compensar todo aquello que hice mal, para decirte todo lo que nunca te dije o te repetí pocas veces, me ahoga saber que jamás tendré esa oportunidad, que tendré que contentarme con pensar que hubo días en los que conseguí hacerte feliz, en que hubo momentos insustituibles.

Debo y deseo pensar que tu sabías cuanto te amaba, aunque no te lo dijese cada hora de cada día. Debo y deseo pensar que nunca te arrepentiste de la decisión, que tomaste 35 años atrás, de amarme solo a mí y de compartir tu vida conmigo, que no te equivocaste en la decisión más importante de tu vida, que valió la pena y que fue acertada.

Solo pensar esto me ayuda a sobrevivir cada día que paso sin ti, a afrontar cada vuelta a empezar.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor

Sábado 22 de agosto de 2020

La ridícula idea de no volver a verte

Hola amor mío, sigo aquí, aunque apenas te escriba, aunque apenas respire, aunque casi ni viva; sigo aquí con la continua sensación de que pronto despertaré de este amargo sueño.

Sé que te gustaría saber que hace unas semanas recibí/mos un bonito regalo, de una persona hermosa, no podría asistir a la misa del primer aniversario de tu partida, así que decidió acompañarnos, escribiéndonos unas tiernas líneas, a tí a y a mí, acompañándolas de un libro «la ridícula idea de no volver a verte», que buena elección!!! Una concentración de sentimientos brutal en un titulo tan mundano y un contenido que, si supiese escribir, lo habría podido escribir yo mismo.

«La ridícula idea de no volver a verte»: con que facilidad expresa esta sensación continua de irrealidad, de incredulidad, de mareo, de vaivén emocional imposible de conciliar con la vida.

Sí, un título simple para un contenido complejo. Una tarea difícil, completar una obra cuando el título ya es algo maestro.

No me quito la frase de la cabeza, permanece clavada en mi cerebro, se ha convertido en mi bandera, en mi grito de guerra, en mi lamento, expresa una profundidad… encierra un conocimiento que, probablemente, solo los que estamos sumidos en el doloroso trance del duelo por la pérdida de un gran amor, alcanzamos a vislumbrar.

Lo leí en dos días, me identifiqué rápidamente con lo que contaba la autora, con casi todo lo que expresaba con una sencillez y brillantez increíble. Es curioso, me consoló leer a alguien que comparte unos sentimientos casi iguales a los míos, parecía estar inmerso en un dialogo, en lugar de realizar una lectura, pensar que lo que leía había sido escrito para mí, que alguien hablaba directamente a mi mente y me contaba mi propio sufrir.

Me sentía como si ella (la autora) y yo fuésemos dos deportistas de elite, compartiendo las sensaciones de un duro entrenamiento, unidos por un sentir común, hablando el mismo idioma universal del dolor.

Hubo una empatía total, pensé incluso escribirle, para darle las gracias, por lo que había hecho por todos nosotros, los que no somos capaces de poner una letra junto a otra, una palabra tras otra, crear frases, expresar y plasmar, con la sencillez con que ella lo hace, el sentir de estos abandonados e incomprendidos que somos las parejas supervivientes.

Ha sido mágico aunque efímero, no obstante mi memoria me permitirá leerlo en unas semanas y volver a sentir que alguien me comprende, que a alguien no le parece un tema tabú, algo de lo que se puede hablar y no necesariamente con un profesional, aunque sea una ficción, un camino de una sola dirección, pues no hay diálogo real con la otra persona

Pero yo, a diferencia de la autora, no puedo separarme de todo aquello de lo que tú te rodeabas, aún tengo toda tu ropa en tus perchas y cajones, sigo usando esa vajilla y esa cubertería incompletas y gastadas, porque soy incapaz de desprenderme de algo que compartimos tantos años, jamás podré abandonar nuestra casa, salvo cuando me dirija a mi última morada.

Los fines de semana siguen siendo terribles, las noches, todas, son insoportables, nada sirve, nada ayuda, tengo que ocupar el tiempo como sea, con lo que sea, salir a hacer cosas a la calle, aunque sea una hora, tu presencia es tan fuerte en nuestra casa, en las obligaciones que ahora recaen en mí… este vacío, esta ausencia en la que te has convertido, ese trozo que falta de mí, parece crecer, tiene un hambre infinita, se alimenta solo, puede que de mi desfallecimiento, de mi apatía, de mi no sentir, es un enemigo imbatible.

Te echo tanto de menos!!!.

Sabes que todas las noches tengo que recitar los cariñosos nombres con que te llamaba, como una oración de cabecera. Debo dedicarte mi último pensamiento antes de cerrar los ojos cada final de cada día, hay veces que me arranca sollozos, otras veces tan solo amargura y las menos una sensación de soledad absoluta, la sensación de ser el ultimo hombre vivo.

Aunque nada de esto importa, solo somos dos motas de polvo en el universo, a ti te arrastró un cometa lejos de mí y yo seguiré vagando por esta fría oscuridad, hasta que ese mismo cometa pase de nuevo y cierre el ciclo arrastrándome también a mí.

Te quiero amor mío, mi niña, mi princesa, mi amor.

Lunes 10 de agosto de 2020

Hola amor mío, hoy es un día extraño, la noche ha sido especialmente larga e infructuosa, apenas he pegado ojo, aunque no ha sido por la fecha, o al menos no conscientemente.

Me he levantado con el recuerdo de que te quedaban dos horas de vida, que más tarde en la oficina, cuando estuviese haciendo mi trabajo tu fallecerías otra vez y de nuevo te marcharías para siempre, un nuevo día de mierda en una ya vida de mierda.

Hoy no es un día especial, no se distingue gran cosa de los otros 364 que le precedieron, salvo por la aceptación, la asunción y la certeza de que es verdad, es verdad ya no estás aquí conmigo, ya no me darás nunca mas tu mano para salir a pasear, no, ciertamente ya no harás más las miles de cosas que hacíamos juntos, hoy escucharé la última risa que me enviaste por WhatsApp y disfrutaré de ella como tantas veces lo he hecho este último año.

NO, hoy no es un día especial, no es una conmemoración agradable, tan solo es otro día sin ti en una vida sin ti. Un día para deslizarse por él, deseando que llegue la noche y el sueño por fin me encuentre.

El cuerpo se adapta, la mente aprende e inventa, el mundo gira y gira sin parar, pero el corazón, ay amor mío, el corazón no deja nunca de sangrar, no sabe curarse, no sabe olvidar, es incapaz de perdonar tu ausencia, es incapaz de mirar a otro lado que no sea ese inmenso vacío que es tu ausencia. El corazón es fiel a si mismo y a su amor, no cambia, ni evoluciona, pero tampoco deja traslucir su daño, de eso ya se encarga cuerpo y mente.

Un año y 8 horas, un tiempo interminable, una tragedia impensable e inabarcable y sin embargo 365 días y 8 horas después el mundo sigue su camino, sin haberse desviado un mm de su trayectoria, de sus funciones, de sus quehaceres, tu paso por la vida es muy difícil de medir, de cuantificar, no hay medida para algo tan básico y tan esencial, hasta la fuerza tiene una medida, pero tu paso por mi vida no se puede expresar nada mas que en felicidad, pero no es cuantificable.

Aun así, 30 años juntos, 30 años de felicidad, inmersa en la cotidianeidad de unas vidas simples y sin ambiciones o grandes logros, bien merecen 1000 años de tormento, incluso cuando no he sabido disfrutar de toda esa felicidad como debería haberlo hecho. Pagaré el precio, sin dudarlo.

Hoy, mi primer año sin ti, tu primer año de no existencia, nuestro primer año de separación, la peor experiencia que se puede vivir ¿y sabes qué?, no pasa nada, nada ha cambiado, porcentualmente el cambio que se ha producido es despreciable a efectos estadísticos, tu ausencia no ha causado apenas bajas, el entorno no se ha visto afectado, el PIB no se ha tambaleado, ni siquiera yo he dejado de producir, el daño ha sido una pequeña explosión de corto alcance, una pequeña onda en un inmenso océano.

Es tan triste pensar que así termina la vida de las personas, buenas y malas, con o sin familia, un pequeño paréntesis, un ruido ensordecedor pero efímero y ya está, hay que continuar ¿no?

No hay tiempo ni para maldecir la puta mala suerte, el destino de mierda o la asquerosa Parca, no, es una parada breve, y aunque te bajes en cuanto parpadeas ya estas de nuevo en marcha.

Es tan difícil sacar toda esta oscuridad, todo este veneno corrosivo, no hay máquinas de diálisis para esto, o si, aunque no sean mecánicas, pero quien es capaz de conectarse a ellas para permitir que te limpien, quien sabe cómo se debe uno conectar, o simplemente donde está el maldito botón de start.

No, hoy hace un año y no hay nada que conmemorar, la vida se vuelve muy difícil, la pendiente aumenta y es mas costoso el camino, pero hay algo que te dopa y te permite afrontar cada dificultad que se suma, ¿otro tropiezo? Pues otro chute, ¿estas cansado?, no te preocupes en breve llega la noche, ¿no quieres levantarte a la mañana siguiente? No hay problema aquí tienes tu plan de trabajo, apretado, para que no pienses.

Hay algo que provee, que se anticipa a tus movimientos o que está sumamente alerta, dispuesto a actuar, el espectáculo debe continuar y no hay nada que impida que continúe, solo la muerte prevalece sobre la vida ¿no?

Hoy, ahora, deberíamos estar camino de la piscina, agradecidos de esquivar el coronavirus, alegres de estar juntos, de superar con buena nota la hazaña de la existencia, pero no, hoy, ahora, solo intento vaciar este recipiente de la amargura que lo desborda, porque hoy hace un año que partiste, sola, a un lugar sin retorno y hoy, cuando nos reunamos todos, habrá que rememorarlo, revitalizarlo, regarlo y abonarlo, hoy será un día catártico, o quizás no, quizás solo sea un día triste y gris, de caras largas y corazones compungidos, reunidos todos en un mismo lugar, recordándote con o sin alegría, pero rindiendo un tributo a lo mas hermoso de la vida: las personas que amamos y que ya partieron.

Bueno amor mío, me gustaría pensar que me oyes, que te sientes orgullosa de mí, que al menos no te decepciono y con este intento de credulidad me despido hoy de ti.

 

Te amo mi niña. Mi princesa, mi amor.

 

 

 

Domingo 2 de agosto de 2020

 

Hoy habría sido un nuevo día de celebración familiar.

Hola amor mío, como cualquier otro día memorable, hoy hubiésemos ido a comer al Foster o al Pizzaiolo, tus lugares favoritos para celebraciones, porque hoy habríamos disfrutado de la celebración de tu santo, igual que, aun consumida por la enfermedad, celebramos tu santo el año pasado, sin saber que estábamos a 8 días de tu último adiós.

Sí, hoy habría sido una bonita celebración de amor y felicidad, estoy seguro de ello, completamente.

Pero hoy, sólo he podido ir a visitarte, hacerlo bajo un calor insufrible, acercarme allí para ver la lápida que cubre y protege tus restos, pensar unos minutos en ti, en mí, en nosotros, lo que fuimos y lo que vivimos, intentar recordar cosas bonitas, visualizar tu rostro y tu sonrisa, mientras mi corazón volvía a descarnarse otra vez.

No comprendo aún esa atracción hacia este lugar. Pues tu no estas allí, tú ya moras para siempre en mí, tu santuario soy yo, lo que queda de ti esta casi todo en éste que fue el hombre más feliz que pudiera existir.

Aun así, no puedo resistirme, me siento llamado a tu lado, las fechas importantes me conminan a peregrinar a tu sepultura, rendir un tributo innecesario pero obligatorio, un mandato imposible de desobedecer, doloroso pero necesario.

El tiempo transcurre lento pero inexorable, las obligaciones crecen y las sensaciones desaparecen, muy poco a poco todo se diluye, se difumina y pierde forma, color y esencia.

Es insoportable, seguir en todo esto para nada, es como intentar vaciar el mar echando el agua a la arena de la orilla, una labor tan titánica como inútil, esto es mi presente, mis pies enterrados en la orilla, inclinado con un cubo en la mano, intentando completar semejante labor.

¡¡¡Es tan inútil mi existencia!!!

El otro día miraba la postal que te envié, antes de toda esta odisea, en la que había incluido varias fotos tuyas con cada uno de nosotros, con un texto tan cierto como premonitorio

“tú eres el elemento que unes todas las figuras de estas fotografías”

A pesar de mi ceguera ante tantos miles de cosas, lo tenía claro, solo tú tenías la capacidad de mantener unida esta familia, tú eras el ingrediente secreto de esta receta. Sin ti ya no queda nada.

 

Te quiero mi princesa, mi niña, mi amor

 

Postal