A veces se filtra la luz entre los nubarrones

Buenas noches amor mío, tanto ayer como hoy,  he vivido momentos gratificantes,  llenos de ternura y cariño como solo los vivía estando tú cerca; durante algunos minutos la vida regresó a mí, como  algo natural y deseable,  efímero pero verdadero; han sido pequeños lapsos, que vistos ahora me asustan, por que me asusta aceptar vivir sin tí, por que me da miedo «ser o vivir como tu querrias que lo hiciese», como me decian hoy, por que eso significaría dejarte marchar de una forma que aún no estoy preparado para aceptar,  ni aún como posibilidad remota. Hay vida tras tu partida, pero ¿debo aceptarlo?.

Tu solo querrías mi felicidad, si me hubiese ido yo seguramente te habría dicho que te recuperases, que fueses feliz, lo mas feliz posible, disfrutando del recuerdo, pero también del presente y aceptando un nuevo futuro.  Te habría dicho que me gustaría que encontrases otro buen hombre, que  te quisiera y te amase como lo hice yo,  por que merecerías ser de nuevo feliz y sin embargo pensando que tu compartirías ese deseo, aunque no me lo  hayas dicho,  yo no puedo aceptarlo y aplicármelo, seria  una derrota, una traición.

Cierto es que lo pienso ya inmerso en tu ausencia y tras muchos centenares de horas de diálogo interior,  por que esto no creo que nadie lo piense en vida, con solo 50 años y sano. Son pensamientos nacidos de la locura,  surgidos de la fiebre nocturna de tu ausencia.

Pero si hay algo que hago ahora es bucear más y más profundamente dentro de mi, analizar y desmenuzar mis sentimientos, intentar encontrar sentido a una dimensión desconocida,  a un estado pavoroso de desolación y soledad, a una angustia hambrienta que me devora con gula. Pero no lo encuentro,  las explicaciones para  este estado no existen,  al menos no como nos gustarían,  que fuesen satisfactorias y que disminuyeran todos estos  síntomas.

Son explicaciones nacidas de la necesidad de hallar una respuesta,  falsas o no del todo ciertas, sin fundamento racional, explicaciones de andar por casa,  consejos de quien te desea lo mejor,  explicaciones que da quien no sabe que decir,  la vida es así, es ley de vida,  hay que aceptar lo que nos toca…

¿Debo aceptar lo que me ha tocado vivir?

¿es posible rechazarlo de alguna manera y tomar otro camino?

¿existe posibilidad de elección,  hay otro camino?

¿Por que tropiezo una y otra vez en la misma piedra?

Es caminar en círculo y aun así no puedo desviarme,  lo sé pero mis articulaciones están rígidas y no me permiten hacer el giro que me sacará  del círculo.

De nuevo divago, el dolor afecta a la calidad de la actividad cerebral, afecta a su eficiencia,  dispersa los recursos y permite que lo fantástico se mezcle con lo real.

¿Cuánto durará esta rigidez?

¿Seré yo quien se niega a flexionar las articulaciones o es real esta imposibilidad?

De nuevo más preguntas sin respuesta, ¿desvío mi atención planteando tan absurdas cuestiones o quizás me ayuden a aclararme tarde o temprano?.

En todo esto solo hay una verdad y una constante que se repite cada día, cada minuto,  cada segundo:

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

 

46 Visitas totales
31 Visitantes únicos
Total Page Visits: 135 - Today Page Visits: 1

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *