Un dia para no levantarse.
Buenas noches amor mío, hoy era de esperar que fuese un día duro, un dia para poder pasar en la cama dormido profundamente, un día que no debería existir, un día que de nada sirve ni a nada conduce.
Hoy me hubiese gustado que este día no existiese en el calendario, me he estado debatiendo continuamente entre ir a visitarte o no hacerlo, peregrinar a tu última morada o recordarte en la intimidad de tu casa, nuestra casa. Otra desazón que sumar a este vagar cotidiano.
Ya me inflige gran dolor, cuando al levantarme pensando en cientos de cosas no recuerdo mirar tu fotografía o saludarte, pensar que por no ir te estoy traicionando no hace sino aumentarlo, todo es tormento, haga lo que haga, a todo le sale un lado oscuro, lo busque o no lo busque, siempre está ahí, agazapado, acechando, esperando la oportunidad de poder tomar el control y poner en mi mente ideas negativas.
Últimamente todo está desdibujado, difuso, atenuado, como si te das un golpe en la cabeza teniéndola envuelta en un almohada, de nuevo una sensación de irrealidad, de sueño, un maldito sueño que se torna en pesadilla y del que no hay manera de despertar, me voy acostumbrando a tu ausencia, pero no hay mejoría en nada de lo que la envuelve, solo deseo el eufemismo del reencuentro, nada recobra color ni sabor, ni revierte atractivo alguno, esta mísera vida sigue siendo mísera como empezó a ser el día de tu partida, no hay cambios que arrojen luz a una existencia sin finalidad, no hay finalidad que arroje luz a una vida no deseada. Sólo queda una noche eterna en la que habrá que existir, como simplemente existen los granos de arena de una playa, dejándose mecer por las mareas, sin voluntad y sin opciones.
Mañana iré a verte amor mio, no, a verte no, a plantarme ante tus restos para llorar en la calle por la pérdida de lo mas valioso que jamás tuve, a añorarte mirando un trozo de granito que inmortaliza tu existencia, a pasar unos minutos junto a tu eterna morada, a estar desquiciado mientras cumplo con los formalismos que mi propia mente me obliga a cumplir.
Este no soy yo y aquella no eres tú y sin embargo allí estaremos ambos, dos amantes comportándose como extraños.
Te amo, amor mio, mi niña, mi princesa, mi amor.
