Vivir una mentira.
Buenas noches amor mío, llega la hora oscura, donde no puedo negar la realidad.
Ahora, de nuevo en nuestra habitación fría y vacía, tu ausencia me golpea con la máxima dureza, no hay donde guarecerse, ni escudo para evitar el impacto, la realidad desnuda asume su espacio y su tiempo y el dolor vuelve con toda su intensidad.
Las lágrimas mojan mi rostro y se deslizan por mi cuello mientras te escribo estas líneas, la ficción del día nunca cruza la puerta de nuestro dormitorio, aquí ya solo me espera el llanto y la desesperación, apartados durante el día y dominantes durante la noche.
La noche lo cambia todo, o más bien lo desnuda, hace emerger lo oculto y da sombra a lo luminoso, despoja de sus ropas a la realidad. No se por qué escribirlo todo, ni se por qué agarrarme a este momento que tanto daño me causa, pero no puede ser malo si el cuerpo me lo pide, tumbado en la cama debo hablar contigo, por que siempre lo hacíamos, por que era el culmen perfecto para dar por finalizada la jornada, por que era el preludio de nuestro abrazo, por que empezábamos la noche como pasábamos el día, juntos y en contacto.
Que maravilloso desearte las buenas noches, encajar tu cuerpo en el mío y abrazarte, sentir la calidez de tu cuerpo, la suavidad de tu piel, descansar juntos, enamorados aun, a pesar de los 30 años juntos, todo amor, pasión y confianza.
He de revivirlo una y otra vez, para fijarlo en mi mente, establecer la rutina que permitirá inmortalizar nuestro amor y no dejará que te vayas definitivamente.
Duele mucho, pero es necesario, así lo siento, así lo creo, al menos por ahora, por que no sé si sera sostenible, a veces ante tanto dolor pienso que quizás debería dejarte marchar, pero es tan ruin y cruel, tan egoísta!!!.
No creo que te pueda dejar marchar en mucho tiempo, no imagino cuando podré estar preparado, ruego por que no llegue ese momento, significará el olvido o la degeneración, igual de horribles las dos circunstancias.
Si tengo algo claro es que no quiero perderte otra vez, esta será una lucha tan grande y vital como lo fue la lucha contra tu maldita enfermedad, la otra la perdimos, fue una lucha injusta y desigual, ahora sólo me da miedo mi mente, dispersa y disminuida, pero haré lo imposible para que no te vuelvas a marchar.
Te amo tanto mi niña!!!
Miro tus fotografías y enjuago mis lágrimas, me preparo para un sueño superficial y poco reparador, me rindo un día más a la mentira que es vivir sin ti, sucumbo de nuevo al terror de la noche y ansío que todo termine y a la vez espero que me dé tiempo a cumplir con todas mis obligaciones antes de que me llegue la paz y se produzca el reencuentro.
TE AMO MI NIÑA, MI PRINCESA, MI AMOR.
Descansa la noche eterna junto a tus padres, yo velaré por la vida de tus niños.
Buenas noches princesa, imaginaré que me sonríes e intentaré ser feliz con el recuerdo.

