¡¡Feliz cumple papi!!
Hola mi preciosa niña, mi princesita, heme aquí otro día más, un nuevo cumpleaños sin ti, el tercero ya, ¿Cuántos más habrán de pasar hasta que pueda reunirme contigo?, bonito eufemismo, para alguien que no cree en la vida eterna, una bella y retórica forma de implorar la llegada de la parca.
Hoy, 54 años después de mi llegada a este, antes bonito, mundo, vuelvo a quedar a solas en casa, conmigo, mis recuerdos, mis ansiedades, mis necesidades y mi fabulosa pena.
Un día mas de esos en que me pregunto por mi futuro, mientras añoro mi pasado, mientras lloro por tu ausencia, mientras intento hallar mi camino, un camino difícil de ver, construir o iniciar, cuando sigue sin haber ningún sitio al que ir, sin que cabeza y corazón se alineen todavía para trazar una ruta viable, una trayectoria posible y fijen un destino concreto.
Difícil encrucijada de múltiples vías, cuyas direcciones se hallan señalizadas con postes mudos y giratorios, que nada indican y a ningún lugar conducen.
Sí, esa es mi actual situación, anclado en un lugar perdido, a una profundidad insondable, a una distancia imposible de medir.
¿Qué haría si al menos no contase con el desahogo de la prosa maldita y la palabra escrita?
Que buen compañero el papel y que oyente espectacular, todo lo acepta, todo lo soporta, nada discute y siempre dispuesto, si mi pulso y ánimo son propicios.
Hoy necesito una mano amiga, un poco de contacto, un poco de cariño sincero y verdadero, hoy necesito un poco de ti.
Hoy tengo una necesidad que no puede ser satisfecha, un deseo que no puede ser atendido, una petición que nadie jamás oirá.
Quizás la solución fuera que alguien me sacudiese un poco, que me devolviese a la realidad, que intentara sacarme de este pozo con violencia y crueldad, o quizás la solución fuera que ese alguien se internase en mis tinieblas, que me buscase e iluminase con su luz, que me comprendiese y de nada intentara convencerme, solo cogerme de la mano y vagar conmigo por esta oscuridad.
¿Menudas opciones no princesita? Apalearme o compartir el fango, supongo que es más fácil bordearlo y no mirar hacia el lodazal por si salpica.
Ya estoy divagando, hoy solo me hubiese gustado escuchar un “feliz cumple papi” nada mas abrir los ojos en la cama, recibir un beso y un abrazo, saber que algún regalillo me esperaba en la cocina, hacer algunas cosas antes de ir a comer al pizzaiolo y regresar ahítos y somnolientos, para tumbarnos un rato en el sofá, tranquilos, felices y con una digna paz rondando nuestras sonrisas y corazones.
No era una petición tan ambiciosa…
Te quiero mami, mi niña, mi princesa, mi amor.
