29 de noviembre de 2019

Black friday, bad year

Hola princesita, llevo días pensando que hacer con esto que se presentaba como un proyecto vital para mí, ya no lo tengo tan claro. Necesito, cada vez más, hablar contigo o contarte mis cosas, ofrecer mi versión del duelo a aquellos que les pueda servir, pero ya no sé si realmente hay utilidad alguna en ello, el dolor se aferra a mi pecho y no creo que expresarlo públicamente pueda servir de ayuda a nadie, ni tan siquiera a mi, ha cambiado mi comprensión de aquella bonita (o ridícula) idea.

Creo que volveré a mi cuaderno y quizás mas adelante encuentre fuerzas o un enfoque que sirva de algo y reanudaré mi público lamento o lo que se haya gestado.

He perdido la orientación y ya no sé si escribo para ti o para mí, si lo hago por mantenerte cerca o por provocar dolor, aunque quizás sea todo lo mismo, puede que no se pueda establecer una separación, o simplemente puede que yo esté tan confundido que nada tiene un lugar en el que acomodarse y adquirir significado.

Todos pensarán y me dirán «es pronto», pero ¿qué es pronto, cuando es suficiente, que plazo es el adecuado, cuanto ha de pasar para que haya cambios, acaso quiero cambios?.

No creo que pueda haber jamás «normalidad», por que cada acto, cada decisión, cada pensamiento esta ligado a ti, todo desemboca en ti, todo lo pienso desde tu teórico punto de vista, lo disfruto o lo siento desde tu perspectiva, he quedado anulado, subyugado y sometido eternamente a ti, y no es malo, no me importa, son cosas que te mantienen conmigo, duelen sí, pero perpetúan tu presencia, el dolor sustituye al recuerdo perdido, es un sucedáneo malo, pero eficaz.

Si solo soy esto, ¿que ayuda puedo prestar ahora mismo a nadie?, no creo que televisar en prime time el dolor de alguien sirva de nada, creo que debo trabajar más en la trastienda y si soy capaz de hacer algo verdaderamente útil o bonito entonces sacarlo a la luz, si no se produce algo interesante quedará entre tú y yo o entre mi cuaderno y yo.

Hoy por primera vez me planteo, algo que me recomendaban algunas personas, buscar ayuda externa, ayuda profesional, pero esto no hace sino aumentar mi desazón, por que, ¿quiero la ayuda de un desconocido? ¿soy capaz de contar de viva voz, lo que me atormenta y conmueve? ¿que ayuda es posible recibir para afrontar algo asÍ? ¿ quiero esa ayuda, cuando pienso que no hay ayuda posible? ¿que puede aportar un extraño, acaso va a conseguir algún milagro? ¿podrá devolverme las ganas de vivir? ¿acaso puedo desear vivir 5, 10 o 20 años sin mi niña? ¿hay alguna cura para esa necesidad de tenerla cerca?. no creo que ni tan siquiera sea capaz de plantarme solo ante alguien para una situación así, no ante un desconocido.

Aunque por otro lado, no me preocuparía por el daño que siempre pienso que causa explicar y presenciar mi situación, por que el receptor en este caso sería un simple recipiente temporal, preparado para la ocasión. Aún así dudo de mi capacidad para hacerlo e incluso de la capacidad del recipiente.

Nuestra única experiencia no sirvió de nada, no quiero volver a escuchar date tiempo, la vida es así, lo superarás poco a poco, no lo soporto en mis conocidos, no quiero imaginar cuanto puede molestar que te lo recomiende alguien que además cobra por ello.

Tengo tantas dudas sobre las posibilidades de éxito y sobre si quiero verdaderamente que ocurra, que es un asunto que solo atrae mas estrés a mi vida, justamente lo que mejor me viene ahora mismo.

Nuevas causas perdidas que se suman a tu ausencia amor mío, creo que quizás lo mejor sea recurrir a la química y estar adormecido el máximo tiempo posible, aunque tampoco puedo hacerlo, las obligaciones necesitan una mente despierta y la mía ya ni tan siquiera eso alcanza a ser.

De nuevo mas preguntas que respuestas, solo «dibujo» o esbozo mis pensamientos en estas lineas, para darle forma al leerlas o simplemente para sacarlas de la cabeza y dejar espacio a las que vendrán después.

Transcurrido todo este tiempo, ya ni siquiera me veo libre para expresar lo que me gustaría, o hacerlo de la forma que me gustaría, ahora el saber que puede ser leído, interpretado y/o malinterpretado, me cohíbe y ejerce coacción sobre mi capacidad de comunicación. No lo pensé cuando empecé esta catarsis, pero ahora recae cierta responsabilidad sobre mí, que me obliga a medir mis palabras y eso ya no es lo que deseaba, es un daño colateral que desvirtúa lo que escribo, pues a pesar de ser sincero nunca estará completo, siempre será una versión censurada.

Voy a recoger a nuestros hijos y hoy comeremos fuera, intentaré poner un poquito de alegría en este rato que comparto con ellos, aunque sea volátil, aunque sea efímera. Todo por ti, todo por ellos.

TE AMO MI NIÑA, MI PRINCESA, MI AMOR.

42 Visitas totales
29 Visitantes únicos
Total Page Visits: 404 - Today Page Visits: 1

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *