27 de octubre de 2024, 1905 días de una vida sin ti

Hola mi amor, ya han llegado los días cortos y oscuros, fríos y lluviosos, días lóbregos y tristes, el tiempo y clima idóneo para que se acicale mi soledad y salga a pasear libremente a todas horas.

Los días se siguen haciendo eternos, aún más los días de descanso, sigo intentando levantarme tarde para acortar la vigilia, pero entre mis traumas y elementos externos es muy difícil conseguirlo.

Hoy, mientras desayunaba, me vino a la mente lo fácil que me resulta asumir sacrificios actualmente, lo sencillo que es habitualmente soportar lo me viene mal dado y seguir hacia delante, sin entrar en discusiones, conflictos o enfrentamientos; no siempre, pero la mayor parte del tiempo lo asumo y acepto sin vacilación, no es que no me importe o duela, pero la razón sigue siendo una posesión a la que nadie está dispuesto a renunciar. Continuamente veo como, muchas personas, se aferran a ella y pervierten las situaciones para inclinar la balanza, es duro presenciarlo, pero prefiero evitar el enfrentamiento, asumo el coste de miles de pequeñas injusticias y todo fluye mejor. Esto no quiere decir que todo pueda pasar sin lucha, hay actos, decisiones, palabras o tendencias que me llevan a la confrontación, pero ciertamente acabo cediendo en la mayor parte de las ocasiones, una vez compartido mi punto de vista, sin imponer cambios.

No obstante, creo que, emocionalmente, es la mejor posición posible, al menos temporalmente, pues es la opción que menos desgasta, aunque a largo plazo damos alas a los demás para seguir con comportamientos poco razonables, egoístas e injustos, pero, a la vista está, la vida no es perfecta y el ser humano es el ser mas imperfecto de las especies que pueblan este planeta.

Obviamente, cada comportamiento inadecuado e injusto deja una semillita, que si se abona lo suficiente puede prosperar, crecer y florecer y crear un problema en la relación, toxicidad e incluso aversión, pero ya arrancaremos esa mala hierba cuando aparezca o cuando su tamaño impida ver a través de ella.

Estoy muy cansado, cada día más cansado, se van sumando demasiadas nuevas cargas cada mes, aumentando el lastre que debo llevar a todas horas conmigo.

Es tan sumamente difícil continuar sin un objetivo que renueve y recargue mi escasa energía, que aporte nutrientes, que reinicie el sistema cuando da señales de error. Solo hace falta un buen motivo, uno nada más.

Me he vuelto mecánico y rutinario, la zona de confort ha engullido todo lo que me rodea y salir de casa ya no es una opción, salvo para las rutinas diarias, trabajo, compra, ejercicio.

A veces lo deseo, pero el esfuerzo de combatir la inercia me parece superior al beneficio de romper la rutina, el bucle se refuerza y blinda, cada vez más difícil de combatir, es mucho más simple ser estático y caer en el inmovilismo, ahora si que se puede aplicar el refrán mas vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, el fantástico eslogan de los vagos.

Noto como la regresión se implanta y aumenta, sin que sea capaz de combatirla, sin que encuentre algo a lo que agarrarme para que no me arrastre.

Soy un cobarde, me he rendido y busco excusas para justificar mi derrotismo, se que no las hay, soy yo quien ha dejado de luchar, quien se abandona al frío adormecedor, entumecedor y anestésico, el frío es la salvación, el frío todo lo amortigua y silencia. El frío es liberación.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

 

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