Domingo 10 de agosto de 2025 a 2192 días de tu último beso

Hola vida mía, seis años cuentan tu partida, 6 años que multiplicados por las 4 vidas supervivientes suman 24 años de ausencia, vacío, soledad, aislamiento, dolor, necesidades imposibles de satisfacer, profunda nostalgia, desazón continuada, desorientación…

6 años relatan un viaje no deseado, doloroso, incómodo, cargado de carencias, cargado de penas, ensombrecido por la falta de un futuro cierto.

Son tantos años de daños, de sufrimiento…

El tiempo todo lo cura, cierto, aunque incompleto, pues solo cura al final, cuando todo acaba, cuando el tiempo toca su fin, cuando se agota, cuando la vida abandona la carne, el ser se desvanece y la existencia y la vivencia acumulada se entierran o se incineran, desaparecen para siempre, momento en el que se inicia otro ciclo, un bucle que pasa a la siguiente generación, que pasará el testigo a la que venga después, la vida y la muerte generación tras generación, alegría y pesar, amor e ira, carne y cenizas, polvo al polvo.

6 años, 6 años…

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor

 

Sábado 2 de agosto de 2025


Hola mi amor, hoy sería un nuevo día de celebración, tu santo, una buena excusa para salir a comer todos y pasar un rato juntos bajo una sola idea, la celebración de la vida.

Han pasado ya 2184 días sin tu sonrisa, con pocos motivos para celebrar la vida.

52.416 horas sin oír el continuo trajinar mientras haces las tareas cotidianas, sin ver tu bello rostro, sin sentir tu cálido cuerpo.

188.697.600 de segundos de silencio, vacío y soledad.

Los números nunca mienten, dimensionan las cosas, muestran el tamaño, hacen visible y cuantificable lo invisible, lo inabarcable, el tiempo, el dolor, el vacío, la soledad, el amor.

Es curioso, pasear por cualquier estancia y ver que todo está igual, el tiempo transcurre bordeando la casa, sin apenas penetrar en ella y producir sus efectos, sus cambios, mas allá de un desgaste inapreciable a simple vista.

Sigo levantándome cada mañana, sólo, como un autómata, con un amplio listado de tareas que cumplir, impulsado por los hábitos, por la responsabilidad, por la inexorable obligatoriedad de continuar a pesar de todo.

Cada día igual al anterior, cada noche un anticipo de la que está por venir, cada fracción de tiempo tan vacío y falto de sustancia, sabor y color como los anteriores.

Que incomprensible y falto de sentido es todo, que instinto mas absurdo la supervivencia, que estupidez vivir a toda costa, que impulso irresistible de mantener la vida aun en condiciones extremas, indeseables e imposibles. Un único dictado, sin contexto, sin excepciones, sin factores que influyan en su cometido, un instinto infalible, invariable, rígido y supremacista, por encima de cualquier otro código genético, rey de reyes, la última voluntad, el fin mismo de todo.

Te echo tanto de menos mi amor.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.