Domingo 12 de mayo de 2024

¿ALGUNA VEZ CAMBIARÁ ALGO?

Hola princesita, siguen acumulándose los días, meses y años, continúan sumando y abultando la cuenta, pero apenas me alejan de aquella mañana de amarga despedida.

Pronto hará cinco años de tu partida, el dolor se ha vuelto crónico, pero no por ello mas llevadero o menos agudo, siento los mismos deseos, los mismos anhelos e incluso sufro las mismas carencias e impedimentos desde hace casi 5 años, sin apenas cambios, con algo menos de intensidad, pero todo se mantiene como el primer eco de una serie interminable de repeticiones del grito a todo pulmón lanzado a un abismo, que es devuelto infinitamente.

Cuanto cansa esta impotencia o inapetencia, cuán difícil es tomar una decisión cuyas consecuencias pueden ser una “mejora” anímica, un acercamiento a la normalidad, una disminución del dolor, un nimio paso hacía la vida.

Que difícil diferenciar debilidad de fortaleza, ¿cómo discernir que es valentía y que es miedo?, ¿Qué empuja hacia una opción u otra? ¿Qué motiva la elección? ¿el valor de continuar o el miedo a recaer?

No soy capaz de ver que hay mas allá de cada elección, no sé si actúo con libertad, consciente de lo que hago o secuestrado por mi permanente pavor.

Cada decisión es de suma transcendencia o no, pero para todas he de montar un comité de expertos para que la estudie como si vital fuese, pero creo que es solo miedo a continuar, un intento de retrasar todo, para bien o para mal.

En días tan luminosos y esperanzadores me sumerjo en la nostalgia y el desánimo, ¿no debería ser al revés?

Estoy tan cansado…nada es lo que debería ser y es tan fatigoso ir a la inversa continuamente…

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.