Hola mi amor, fin de semana largo, previo a unas pequeñas vacaciones.
Toca aprovechar ese tiempo para realizar mejoras, limpieza, ordenar e intentar desechar cosas. Esto último será un intento vano de avanzar, ya he echado un vistazo al vestidor y solo he sacado 3 pares de zapatos viejos (míos) y algunas cajas vacías, he revisado por encima tus cajones y perchas y no he tocado nada, aunque no he sentido la aprensión de mirar su contenido ni pasar la mano por las prendas.
Puede que esté cerca el día que sea capaz de empaquetar y donar tu ropa, a veces pienso como sería el día después, imaginar todo tu espacio vacío es lo que me impide tomar la decisión, pensar que podría ser una expulsión, que podría suponer un sentimiento de culpa aún mayor, que quizás socavase mi actual frágil estabilidad emocional.
Pero no me engaño, aunque a veces lo piense, no creo que sea capaz de dar ese paso, o al menos de una sola vez, deberá ser algo gradual, alguna prenda de vez en cuando, o algunas prendas alguna vez, hay mucha carga emocional solo en el espacio que ocupa, si mirase cada prenda por separado, activando imágenes, recordando momentos o sensaciones me sería imposible hacer nada, cada prenda u objeto tiene emociones adheridas, momentos felices, entrañables, vinculadas a la vida que echo en falta.
Pero eso no será hoy, ya veremos para cuanto da una semana. No me pongo metas en este asunto, han pasado casi 4 años y no hay necesidad de cambiar nada por el momento, así que ya veremos.
Hasta ahora estaba tranquilo, con la necesidad de escribirte algo, pero temeroso al saber que hacerlo traería al frente ese dolor que siempre acecha en el fondo de mi mente, rehúyo estos momentos, pero también me genera ansiedad darte la espalda, siento que debo hacerlo, creo que necesito hacerlo, aunque también quiero creer que deseo hacerlo, no sé qué me empuja, pero aquí me tienes siguiendo un protocolo que establecí para un proceso que quizás haya cambiado y deba ser revisado. Quizás…
Siento que he estabilizado algunos aspectos de mi vida, que he aceptado otros y que tengo desatendidos muchos más, pero el balance me permite continuar cada día sin pensar en la muerte, tampoco en la vida, pero ya no juzgo el valor de mi existencia, la doy por válida y actúo persiguiendo algunas metas, pequeñas pero muy concretas.
Los días se van alargando y son más luminosos, esto ayuda mucho a mejorar mi estado de ánimo, lo cual redunda en una mejor relación con los demás, me permite mantener cierta estabilidad emocional, que, aunque suelo estar aislado, facilita mucho terminar cada día casi entero y sin apenas sufrimiento. Triste pero activo, callado pero comunicativo, separado pero incluido.
Quiero seguir avanzando, no por mí, pero si por ellos, percibo que mi mejoría les ayuda cada día, les aleja un poquito del daño de tu ausencia y es algo que me gusta sentir, compartir cada vez más tiempo, hacer alguna que otra cosa juntos, diseñar proyectos entre los 4, tomar decisiones juntos.
Lo que más me duele es la cantidad de cosas de la que estarías muy orgullosa y te harían inmensamente feliz que no has podido compartir ni ellos recibir ese amor al que tenían derecho por muchos años más.
Te quiero mi niña. mi princesa, mi amor.
