Sábado 30 de julio de 2022

Hola princesita!!, últimamente he vuelto a sufrir cambios importantes, aquello que mi cabeza deseaba y mi corazón temía está ocurriendo.

Una persona está entrando en mi vida, es algo cargado de incoherencias, pues me alegra y me apena, lo deseo y a veces lo rechazo, me hace sentir bien y a la vez lo vivo como una traición.

Entiendo que, siendo como soy, pueda ser normal, que haya un enfrentamiento entre mi yo racional y el emocional, pues si algo tengo claro es que me hallo dividido, dos partes irreconciliables, pero que pueden convivir la mayor parte del tiempo.

Comprendo que es algo natural, que era una situación posible, que aun sin buscar podría encontrar, ahora veo con claridad que debo intentar unir esas dos partes, alinear mis dos yo y conseguir que aquello que ocurra sea analizado con la mayor objetividad posible, debo rechazar pensamientos falsos, negativos y que realmente no provienen de mi, sino de esa parte enfermiza que debe ser erradicada.

Se abre un nuevo camino, inundado por una bonita luz y bordeado de nuevas y positivas sensaciones, no debo permitir que el loco que llevo dentro enturbie esa visión y oscurezca esta posibilidad.

Quiero controlar todo lo que pasa por mi cabeza, quiero hacerlo porque se que es lo correcto, porque es lo natural, porque no supone ninguna afrenta ni perjuicio real para nadie.

Estoy confuso, aunque la ruta esta claramente trazada y no albergue dudas al respecto, es algo inesperado y como tal me ha sorprendido sin preparación alguna.

Es un nuevo reto que acepto plenamente.

Te quiero mi niña, mi princesa mi amor.

Viernes 29 de julio de 2022

Hola princesita!!, en esta época recuerdo las vacaciones que disfrutábamos en verano, las dos familias siempre juntas, como una sola.

Fueron días muy satisfactorios y repletos de alegría y amor, días de compartir, días cargados de generosidad donde todos vivíamos la compañía como el mejor regalo posible, donde compartir el tiempo y el espacio era el deporte mas placentero del mundo, días en los que verte sonriendo en bikini era el mejor espectáculo que podría presenciar.

Días hermosos cargados de hermosos momentos.

Te echo tanto de menos, sigue doliendo tanto la “ridícula idea de no volver a verte”…

A veces me entretengo subiendo las escaleras, mirando tus fotografías y recordando o intentando recordar el momento encapsulado al que pertenecen, me desoriento y mareo, me supera de nuevo la cruda sensación de pérdida, la inevitabilidad vuelve a tomar su peso y el vacío vuelve a requerir toda mi atención.

Son momentos sobrecogedores, ver tu rostro alegre y sonriente y ansiar tu contacto, sabiendo que nada puede volver a ser lo que fue, que su recreación es imposible, que un retroceso a mejores tiempos jamás se producirá, en esos momentos me falta el aire, se me encoge el pecho y siento una presión invisible que me comprime y asfixia, se apodera de mi el terror y la angustia de volver a aquellos meses donde solo el dolor y la soledad existían, donde todo era oscuridad y vacío.

Pero esas fotografías son importantes, son muy valiosas, fijan tu existencia a este plano, anclan tu presencia a mi presente, me infligen cierto daño, pero a su vez me permiten sanar, tu visión me empuja a seguir adelante, sabiendo que tú, incluso en tus peores momentos, siempre has deseado lo mejor para todos, anteponiéndolo a tu bienestar, esas fotografías son un acicate para intentar seguir tus pasos, ser positivo, ser generoso, ser feliz, aunque es sumamente difícil, pues en ti era natural y espontáneo y yo debo buscarlo y forzarlo.

Te quiero mi niña, mi princesita, mi amor.

Viernes 15 de julio de 2022

Hola mi bella princesita, se inicia un nuevo fin de semana, a diferencia de decenas de fines de semana anteriores, cargado de actividades, una promesa de buen talante, de agradable compañía, de ratos divertidos, una promesa de sentir algo de felicidad, de vivir como lo hacíamos antes tú y yo, en compañía, disfrutando de otras personas, compartiendo momentos vitales.

No está exenta de dolor esta perspectiva de diversión, siento como esa diversión, ese placer de la compañía es un fruto prohibido para mí, me cuesta aceptarlo sin reservas, como algo natural, como el resultado de la vida, sobre mi planea el vértigo de tu ausencia, la sensación de culpa.

Sigo tranquilo y sereno, se consolida como mi nuevo estado natural, estoy cómodo en mi nuevo papel.

La paz que trae la aceptación de lo inevitable me ha cambiado por completo, me he atrevido incluso a dar consejos al respecto, casi me siento vivo.

Algunas cosas han sufrido un metamorfosis profunda y radical, lo que ha propiciado otros cambios, no se si mi cambio de estado ha propiciado el acercamiento a otras personas y potenciado mi rehabilitación o si ha sido el intento de acercarme a otras personas lo que me ha cambiado a mi, pero es cierto que a principio de año, cuando me otorgué permiso para dejar que la vida fluyera, todo empezó a cambiar a mi alrededor; a veces me siento como la persona que era contigo, me sorprendo con una frecuencia inusitada sonriendo y teniendo momentos de felicidad, todo ello en el marco de tu ausencia, incluso teniendo días de especial flaqueza donde las lagrimas siguen anegando mis ojos.

Aun no se si estoy preparado para renacer, no se si seré aceptado tras ese renacimiento, me da mucho miedo ser repudiado como renacido, como siempre, alguna incertidumbre acompaña mis pasos, no hay blancos y negros exclusivamente y mi pensamiento y emociones se difuminan en una infinita paleta de colores, turbándome y desorientándome.

Seguiré andando este nuevo camino, un viaje que logra poner una dirección en el GPS, una dirección que aun no soy capaz de nombrar, pero un objetivo, al fin y al cabo, un destino que perseguir y quizás alcanzar.

Me gustaría estar contigo, contarte todo lo que siento, contar con tu comprensión y aprobación, saber que este camino es el correcto, que no desembocará en otra hecatombe, tu solo querrías lo mejor para mí, pero eso no es suficiente apoyo para eliminar la tortuosidad de mis pensamientos, para reescribir los profundos códigos que han trazado mi deriva estos casi tres años.

Te echo tanto de menos.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.