Sábado 18 de junio de 2022

Hola princesita, las vacaciones terminan, no han sido como esperaba, demasiadas complicaciones inesperadas, todo se ha retorcido y alargado mas de lo aceptable.

Hoy casi, a pesar de haber tomado la mañana de descanso, termino lo que tenía pendiente, estas altas temperaturas lo dificultan todo, aun así, estas dos semanas me he esforzado al límite, he llegado a terminar algún día agotado y hundido emocionalmente, las severas complicaciones y tener que afrontarlas sin ayuda ni compañia ha sido algo desolador, por fin termina este embrollo.

Ha sido duro retomar hábitos que siempre compartíamos cuando llegaba el verano, muy duro estar haciendo algo, en lo que tu estabas cerca prestando tu apoyo, sabiendo que no te podría llamar para ayudarme, ni te vería, sonriente y satisfecho al finalizar la labor.

Una dureza que sabía que se produciría, pero que no ha impedido que algunos días solo quisiera terminar y acostarme.

Ya está prácticamente terminado, no tan bien como me hubiese gustado, pues es imposible hacerlo todo sin ayuda y cargado de tareas, interrupciones e injerencias.

Por fin terminan estas “vacaciones”, espero que la vuelta a la cotidianeidad sea beneficiosa, que sea capaz de aportar algo de esa paz que últimamente me acompaña con más frecuencia.

Ahora estoy tranquilo, de nuevo conviviendo con mi tristeza, pero intentando hacer cosas alegres, compartir con otras personas, relacionarme e insistiendo en recuperar algo que es irrecuperable, al menos en su totalidad, pero quizás sí lo suficiente para no seguir sintiendo esta amargura continua.

Los días siguen pareciéndome especialmente largos, se hace difícil estar tanto tiempo activo cada día, es un esfuerzo inmenso, pero solo consigo a través de la intensidad y del agotamiento terminar el día y conciliar el sueño.

Intento verter menos lloriqueos en los oídos de los que aún me escuchan, quizás con ello pueda ir reduciendo este angustioso dolor, quitarlo del primer plano podría ser posible, aunque sin ayuda externa es lento y tortuoso.

Tengo “tiempo” y más aguante del que jamás pensé que tendría, por lo que supongo que está a mi alcance, no está exento de un arduo trabajo, pero si soy capaz de reconocerlo como una necesidad, como una opción, como una alternativa, ya he abierto un poco esa puerta, ya solo es cuestión de tiempo que pueda apreciar luz por la rendija abierta y me atreva a atravesarla y salir a su encuentro, sea lo que sea que habite al otro lado.

Estoy sumamente cansado, creo que mañana iré a verte, tras depositar mi voto estaré un ratito contigo, charlaremos frente a frente, aunque no hay nada nuevo que contarnos, no hay cambios que comentar, no hay encrucijadas en las que valorar y escoger destinos, pero espero que estar un poquito junto a ti sea capaz de aliviar mi carga.

Te echo tanto en falta…

Nunca pensé que algo así pudiera ocurrir, ni que su impacto fuese tan duradero, supongo que son situaciones a las que nunca dedicamos un segundo, pues no son agradables ni productivas, no más allá de organizar papeles y gestionar patrimonio, pero gestionar la cordura de uno no es algo que se pueda planificar, no he sido consciente jamás de que podían ocurrir cosas tan extraordinariamente aciagas, hechos a los que todos estamos expuestos, pero aun así, ¿cómo iba a pensar en semejante escenario? Impensable absolutamente.

Estoy agotado y empiezo a sentir dolor de cabeza, mucha presión interior, debo desconectar, hoy estoy especialmente sensible, han sido 15 largos días que ya tocan a su fin pero que reclaman su pago.

Te veo mañana.

Te quiero mi niña, mi princesita, mi amor.