Martes 15 de junio de 2021

Punto de no retorno

Hola vida mía, me agoto, me muero.

Me voy quedando sin fuerza, la fuerza vital está ya casi consumida, noto como merma con cada anochecer, cada día es todo más gris, más atemporal, más insípido e inapetente.

La calma y la apatía se han apoderado de todos mis actos, la fuerza física me sostiene, pero al igual que un ordenador, sin sistema operativo, solo hay un cursor estático y parpadeante, una leve señal de existencia, un simple recordatorio de lo que podría ser pero no es.

Estoy tan cansado…

No se que hacer con mi existencia, no hay donde agarrarse.

Lo siento vida mía, nunca sufrí una pérdida así y no sabia que el fuego podría consumirme sin arder siquiera, casi dos años sin ti. DOS AÑOS. ¿esto es lo que me espera hasta que realmente se acabe todo?

Pienso mucho en ti, pero ya apenas me apetece escribir, solo deseo que los días desaparezcan veloces, que el avance hacia mi ocaso sea más rápido, que el fin venga a mi encuentro.

Me pongo pequeños objetivos, pero desisto casi antes de empezarlos, apenas hay cuatro cosas que me sujetan a esta vida, pero noto como esos hilos se van volviendo mas finos con el paso de las semanas. A veces miro atrás y veo como el trayecto recorrido está sembrado de cosas y personas abandonadas, no siento pena ni remordimiento por haber ido despojándome de todo lo que me hizo persona contigo.

Deseo cambiar, darme permiso para un reinicio, autorizarme a vivir, pero creo que ya rebasé el punto de no retorno para esas licencias.

Solo quiero descansar, dejar de sufrir esta herida permanentemente abierta, dejar de echarte de menos, dejar de intentar aceptar que no volveré a ver tu sonrisa o sentir tus besos y abrazos.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.