La eterna batalla entre amor y razón.
Hola vida mía, es sorprendente como los cambios se siguen produciendo, al principio de forma casi imperceptible, pero con el tiempo voy viendo, cada día, como se van consolidando y me han vuelto a transformar en otra persona, más firme, más real, más… solitaria.
Sigo teniendo pequeñas revelaciones, pero ahora veo claro que no son más que simples manifestaciones de esos cambios que voy sufriendo, vienen acompañadas de sueños, sueños en los que va ocurriendo lo que poco a poco la transformación consigue o persigue, esa mutación mental que me hace girar hacia otras emociones, otras necesidades, otros abandonos.
Es imposible dejar de pensar en ti, llenar el vacío que tu marcha dejó, no sentir esa fuerte añoranza que minuto a minuto me acompaña cada día, sigue siendo muy difícil salir de casa, entablar relaciones, hablar o reunirme con otras personas más allá de lo necesario, mi permanente soledad se ha vuelto algo ordinario y natural, se ha convertido en mi modus vivendi y ahora que el dolor es menos lacerante, esa soledad no solo es tolerable, sino que casi siempre es aceptable y en algunos momentos agradable.
Ahí es donde la transformación es mayor, aunque, de forma incoherente, viene acompañada de pensamientos dirigidos a la búsqueda de otra pareja, alguien que palie tu ausencia, que vuelva a dar sentido a mi vida, que cubra esa necesidad de amor que quedó relegada al olvido, son quizás los pensamientos más duros, se sitúan justo por detrás del recuerdo de tu desaparición, hoy, curiosamente aunque no casualmente, soñaba que estaba en un casting, con una cita a ciegas, todo muy televisivo, todo muy de «realitys» pero de nuevo las coincidencias, que no casualidades, mi cita era una persona de Montilla y que también se llama Mari Ángeles.
Otra muestra más de esa transformación que parece hacerse sitio a pesar de mí, a empujones, a codazos, apartando cualquier ideal que aún impulse mi corazón.
Otra prueba de que corazón y mente siempre andan de pelea, no son capaces de alinearse, un corazón, alma o ser, romántico, cargado de sentimientos y emociones, humano y visceral y un cerebro frío, calculador, desprovisto de empatía y que solo persigue sus objetivos al margen de cualquier otra consideración.
Sí, el corazón martiriza y el cerebro presiona, esa desavenencia me vuelve errático y me desorienta, a veces pienso que tengo derecho a otra vida, pero por el momento se impone el cariño, el amor y la fidelidad a tu recuerdo princesita.
Son demasiadas carencias que cubrir y pocas ganas de hacerlo, voy usando sucedáneos y por el momento funcionan.
Cada día me es más fácil continuar sin descanso, no parar en todo el día, estar sentado apenas el rato de la comida o la cena, siempre en marcha, mas actividad para agotar energías, para que no haya remanentes al llegar la noche, nunca he leído tanto, jamás he hecho tanto ejercicio, jamás pensé que no volvería a dormir una siesta tras la comida y sin embargo todo esto es lo cotidiano, totalmente aceptado y ya difícil de cambiar, una nueva rutina, una nueva neuro programación, la forma de combatir tu ausencia y suplir las necesidades que quedaron permanentemente desatendidas.
Ahora estoy más tranquilo, te cuento esto que tanto me perturba y hacerlo en voz alta me permite verlo con perspectiva, me ayuda a reconocer que solo soy un triste y desdichado hombre que, muy a su pesar, debe continuar, aunque sea un camino como el de un mulo en un molino, siempre en marcha, pero dando vueltas alrededor de un eje inamovible, marcando con cada nueva vuelta mejor ese camino, creando un profundo surco, que a su vez va levantando barreras a los lados que refuerzan la imposibilidad de salir de él.
El conocimiento, o mas bien la comprensión es poder o mas bien liberación, entender las cosas genera muchas opciones, o al menos puedo verlas con mas claridad, no importa cuantas lagrimas empañen mi visión, la percepción es nítida, como un día soleado tras una noche de lluvia intensa.
Te sigo queriendo y necesitando más allá de lo soportable, pero esta infranqueable barrera de dolor y angustia no impide que todo fluya, que todo se vaya regenerando a su ritmo, lento y sostenido, que todo vaya cambiando a pesar de si mismo, que la evolución se siga produciendo.
No puedo negar ni desoír a este maldito cerebro, tan bien programado a través de miles de años de evolución, pero hay una parte de mi que se niega y combate ferozmente, busca mecanismos, herramientas y armas para combatir sus infectas argumentaciones, genera opciones, o hace mas ruido para silenciar sus discursos. A la luz del día es mas fácil, cuando el sol domina el corazón vence, pero cuando llega la noche, cuando solo queda el cuerpo inerme e inmóvil, cuando las acciones se acaban y la actividad finaliza, en ese momento, en ese momento el corazón sucumbe inexorablemente, el dolor se vuelve en contra y cambia de bando, se intensifica y desvirtúa todo lo que durante el día era válido y coherente. Con la noche llega la incertidumbre y la duda.
Pero ya ha amanecido, un nuevo ciclo se inicia, el bucle ha finalizado otra vuelta completa.
Amanece un nuevo día en el paraíso.
Gracias por escucharme vida mía, gracias por estar siempre ahí para mí.
Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.
