Domingo 29 de noviembre de 2020

Resentimiento y resignación.

Hola amor mío, como se podría esperar, esta siendo un fin de semana de mierda, pero este además está cargado de resentimiento y resignación, con todo y con todos.

No comprendo como podemos querer ser ciegos, no entiendo por qué deseamos no ver las cosas, no hay más motivo que egoísmo puro, nos mentimos una y otra vez, para alcanzar la tranquilidad de consciencia, para justificar nuestros comportamientos dolosos, para autorizar nuestros actos dañinos para los demás y poder perpetuarnos en nuestros procederes egoístas.

Odio que podamos manipularnos nosotros mismos para perseguir objetivos mezquinos, para satisfacer necesidades inexistentes o innecesarias, simplemente para robar tiempo y desperdiciarlo en nosotros.

Cuan injusta es la vida, cuan injusta es la existencia, que cantidad de recursos mas desproporcionada dedicamos a cosas nimias y que nada aportan en nuestras vidas, cuan alejada queda la coherencia de nuestros comportamientos “humanos”, que poca sabiduría hay en nuestras decisiones.

Lucho una y otra vez contra tanta injusticia, pero el resultado una y otra vez es ninguno, poco sirve dedicar energías a intentar aportar luz a estos comportamientos, a estas actitudes… a estas personas.

La autoceguera es un estado de bienestar nada despreciable, no hay consciencia más tranquila que aquella que duerme, y nos hemos vuelto expertos en cantar nanas a nuestras consciencias, en contar cuentos que la inducen al sueño, cuanta dedicación e investigación, en hallar medios que concluyan con este resultado, que sintetiza este sabio refrán “ojos que no ven corazón que no siente”, cuanta verdad eran capaces de comprimir nuestros lerdos antepasados en unas palabras al alcance de cualquiera.

Sí, rodeado de egoísmo es muy duro atravesar una tempestad, cada cual protege lo suyo, se resguarda lo mejor posible, aunque eso implique no echar una mano en aras del bien común.

¿Por qué siempre caigo en estas crisis? ¿por qué no consigo resignarme? Llevo años comprobando que es axiomático en y para esta sociedad, ¿por qué ahora que estoy tan falto de recursos me afecta tanto? Debo resignarme y sin embargo no paro de sufrir crisis muy severas, incluso acompañadas de dolor físico, quizás esto también sea axiomático e inevitable para mí.

Lo pienso una y otra vez, reflexiono sobre ello cada noche, tras cada día de mierda y decenas de comportamientos desleales, llego a la conclusión verdadera e importante, resignación, nada puedo hacer por cambiar nada y/o a nadie, es algo que ha quedado evidenciado, tras miles de crisis, charlas, enfados, voces, sermones, peleas, gritos desaforados, es un fin inamovible, pero…

Lo siento cariño mío, tu tampoco te resignabas con facilidad, a veces te hundías igual que yo, había injusticias tan flagrantes e incorregibles que solo quedaba sufrirlas y resignarse, aunque a veces la rebeldía tomase el control y enardeciese nuestros actos, pero cuan poco duraba esa llama, siempre abocada a la extinción, nada más iniciarse la combustión.

Hoy estoy, como siempre, sumamente cansado, deseoso, como siempre, de que llegue la noche.

Hoy, de nuevo busco hallar la paz en la resignación y la sumisión, de nuevo me calmo cuando acepto la fragilidad de mi poder, de nuevo mi llama se apaga y el ardor desaparece. Asumo mi papel de vencido y derrotado continúo el camino.

Hoy me siento triste y tierno, necesitado, como siempre, de ti.

Espero que estas lagrimas que ya se vierten acaben de calmarme, que terminen de extinguir el fuego que, como siempre, me consume.

Hoy sería un buen día para estar abrazados sin decir palabra, tu rostro en mi pecho y mis brazos rodeando tus hombros.

Hoy vida mía, sería un magnifico día para que continuases viva o, para que yo estuviese muerto.

Hoy amor mío, un nuevo día transcurre en el paraíso.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Sábado 28 de noviembre de 2020

Hola vida mía, llevo días queriendo acercarme a ti un ratito, escribirte algo, pero no me salen las palabras, estoy espeso e ininteligible, he escrito un par de veces, pero era algo inconexo y sin sentido.

Me siento extraño, disociado, ajeno a mi mismo, no te digo al entorno.

Solo me siento vivo, cuando me enfrento al monitor, cuando te traigo a mi lado, solo se que esto es real, cuando me embarga el dolor y me asola la desesperación al escribirte, solo esto me da consciencia de la magnitud de mi situación, el resto del tiempo solo tristeza, pasividad, pesadez y decaimiento,

Lo siento princesita, hoy es solamente un día mas en el paraíso, uno de esos días para tumbarse y esperar que pase rápido.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Sábado 21 de noviembre de 2020

 

Una vida sin ti?

Hola princesita!, llevo todo el día rompiéndome a pedacitos, parar y desmoronarse es lo mismo, me haces tanta falta!!.

Necesito tus abrazos más que nada en el mundo, necesito sentir tu cuerpo menudo, acurrucarnos juntos en la cama y abrazarte, es tan difícil afrontar cada día sabiendo que siempre acaba en una noche infinita!!.

Este tormento diario es una vida sin ti amor mío.

Cuando llega la oscuridad caen todos los escudos, ocupan sus dominios el vacío y la soledad, mis compañeros inseparables.

No quiero seguir con esto, no puedo, te necesito a mi lado.

Te quiero mi niña, mi princesita, mi amor.

Domingo 15 de noviembre de 2020

 

15 meses después. Intento verte como fuiste.

Hola vida mía, han pasado ya quince meses desde que perdimos la gran batalla de nuestras vidas. Quince meses de continuo dolor, de angustia incesante, de soledad absoluta. Quince meses de profunda reflexión, quince meses para pensar en ti, como eras, para pensar como vivíamos, como fue nuestra relación.

Hoy, un día mas en el paraíso, es un buen día para hablar de ti, es un buen día para decirte lo que nunca te dije con palabras, aunque si con hechos y miradas, para contarte lo que vi en ti, lo que me enamoró de ti y encarceló mi corazón para siempre, lo que me convirtió en tu voluntario prisionero.

Hoy amor mío, recordaré todo lo hermoso que había en ti, pues no había nada malo, todo lo que te hizo especial, todo lo que convirtió la molestia de una adolescente persistente en el amor de mi vida, lo que me llevó a conocer el amor verdadero y alcanzar la felicidad, esa felicidad que todos buscamos, aun sin saberlo, y pocos hallan.

Sí, hoy es un buen día, para vencer una vez mas al dolor con dolor, la tristeza con alegría pasada, la soledad con el recuerdo, sí, hoy es el día de rememorar una vida feliz en tu compañía.

No tengo demasiados recuerdos, vistos como fotografías o escenas de película, pero las sensaciones cubren todo ese vacío que provocó mi enfermedad, 3 años han pasado ya; las sensaciones no han podido ser borradas o sobrescritas, quizás por su fuerza o quizás simplemente porque están en una zona alejada de la zona de la catástrofe, no lo sé, pero doy gracias por ello.

Espero no olvidar jamás aquella rubia menuda, de pelo cardado y voluminoso, de sonrisa permanente y risa estruendosa, de cuerpo bien formado y curvas generosas, una chiquilla hermosa, que deleitaba la vista y alegraba el espíritu. Sí, mi princesita, ¡¡¡eras tan hermosa que dolía mirarte!!!, lamento no habértelo dicho cada día que estuvimos juntos, porque tu sola presencia iluminaba cualquier estancia en la que estuvieras.

Durante mucho tiempo me perseguiste cargada con todas estas virtudes y más que fui descubriendo poco a poco, invisibles para mí, pero siempre presentes, mucho tiempo dedicaste a intentar cautivar a un adolescente canijo y tontorrón, que no veía más allá de las páginas de los libros, que consumía como si no hubiese nada más, ajeno al mundo maravilloso que se paseaba delante de sus narices, vestido con ropa ceñida y sonrisa deslumbrante.

Ahora 35 años después me viene a la mente, los atardeceres que paseábamos por el barrio, cogidos de la mano, solos, buscando la oscuridad y la intimidad, para entregarnos al deseo, a las caricias ansiosas, a besos voraces e interminables; recuerdo perfectamente la sensación de abrazar tu cuerpo pequeño y cargado de electricidad, sentir la piel tibia de tu espalda en la palma de mis manos, tu pecho contra mi pecho, tus labios presionando los míos casi con violencia, recuerdo ese ardor y esa impaciencia como algo doloroso y placentero, pues no podíamos culminar lo que nuestros cuerpos y nuestras mentes deseaban, pero maravilloso aun inconcluso, la unión en un solo ser atemporal y aislado del universo.

Fueron bonitos veranos, ojalá pudiese recuperar mas escenas de aquellos dias….

Todos pasamos en algún momento por este ansia que todo lo consume, que incendia el deseo y aviva los pasos; el verano era glorioso, te tenía cerca, pues pasabas mucho tiempo en el barrio, el invierno era mas duro, sin dinero ni para el autobús, había que dar largos paseos para ir a verte, interminables a la ida (con la necesidad acuciando y atosigando) y agotadores a la vuelta, lamentando el fin del tiempo de que disponíamos y agobiado por la lejanía de la próxima cita.

Aún así, aquello se convirtió en el motor de mi vida, la necesidad de verte y compartir nuestro tiempo me empujo brutal e inexorablemente a trabajar mucho, a ser buen empleado, a mejorar en mi puesto, a implicarme completamente, todo ello para alcanzar la independencia económica cuanto antes.

Cada vez más hermosa, la felicidad potenciaba ese brillo que siempre tuviste, ese esplendor que te rodeaba. Habías conseguido lo más difícil, que me fijase en tí, cautivarme ya fue tarea fácil.

Creo que conseguí hacerte muy feliz, sobre todo en aquellos tiempos, se percibía claramente en tus ojos, en tu sonrisa, en tus movimientos, cambió por completo tu forma de caminar, como hablabas, se percibía la potencia con que vivíamos nuestro amor, sin lugar a dudas estábamos hecho el uno para el otro.

Durante muchos años, antes, y también tras nuestro matrimonio, vivimos todo lo felices que se puede llegar a ser, con dificultades, con miedo algunas veces, sin apenas para comer, pero siempre juntos, apoyándonos el uno en el otro, alimentándonos de esa fuerza que aportaba el verdadero amor, se como suena, pero es como lo siento y no tengo dudas, jamás las tuve, habíamos nacido para vivir juntos. Tú me sacaste de mi burbuja y creo nunca te lo reconocí con palabras, aunque tu y yo sabemos que todo lo que hacíamos solo corroboraba una verdadera historia de amor, un cuento de hadas, en el que obviamente yo era el sapo que tuviste que besar, o fui la bestia que te esforzaste en comprender y amar, en despojar de ese aspecto desagradable y sacar l persona que se escondía dentro, tu también fuiste siempre el mismo personaje, el que se enamoraba del monstruo, tu eras la princesita..

Antes de casarnos vivíamos para reunirnos cada día, haciendo planes, pensando en el futuro, en la casa, en los niños, en los trabajos que íbamos a desempeñar, todo pensamientos acelerados, dotados de una energía bestial, nacida del amor, el ímpetu de la edad y el convencimiento absoluto que estamos ante nuestro amor verdadero, nunca tuvimos dudas de que nuestra relación era para toda la vida, lo teníamos tan claro que nunca lo dijimos en voz alta, la intensidad de nuestros encuentros y el tiempo compartido no dejaba lugar alguno para otra posibilidad, todo giraba alrededor de ese objetivo, estar juntos. no puedo dejar de repetirlo…

Estar separados era muy doloroso, no disponer de medios para comunicarnos en la distancia, alargaba los días y potenciaba el deseo, yo te escribía con frecuencia (he encontrado algunas de esas notas, atesoradas junto a tus mejores recuerdos y los regalos que te iba haciendo mientras avanzaba nuestra relación) tú, en cambio, te preparabas para cuando nos viésemos, te entregabas de una forma indescriptible, siempre alegre, los abrazos que me brindabas lo eran todo para mí, eran como una postal de enamorados abrazados de pie con un atardecer hermoso de fondo, así conseguías que fuesen todos los reencuentros, así hacías que separarme de ti fuese tan sumamente doloroso, tu contacto y tu presencia eras mas caros que el aire que respiraba, joder, no soy capaz de describir esa belleza que emanaba de ti, esas sensaciones que provocabas con una simple sonrisa, con una mirada, con un abrazo, eras tan dulce!!!

Fuiste lo mejor que ocurrió en mi vida, estar contigo es la influencia que ha hecho de mi lo que soy, a todos los niveles, humano, emocional, profesional.

Cuando éramos jóvenes conseguiste sacarme de mi vida de ermitaño, lograste que aprendiese a amar un simple paseo cogidos de la mano, a desear cada día que amanecía, a ansiar la vida, a esperar lo mejor y luchar por ello, a defender lo que merecía la pena. Fuiste el catalizador que convirtió una vida cualquiera en una vida de ensueño, una existencia gris y anodina en una vida plena, llena de color y esperanza, me diste una vida que debía ser vivida al máximo, al límite de sus posibilidades.

Siempre fuiste de ese tipo de personas tan especiales, máxime en tu juventud, que de forma permanentemente  estaba sonriente y alegre, como diría tu hijo David, “eras un ser de luz”, pero sobre todo eras tan hermosa, sin ser una mujer especialmente guapa, tu belleza era superior a todas las que había a tu alrededor, esa conjunción de alegría, con esa sonrisa maravillosa, unos ojos realmente preciosos y ese cabello tan bonito te hicieron irresistible para mí y consiguió que solo estar contigo me hiciese sentir plenamente vivo.

Pero no solo era tu aspecto y tu cuerpo, que durante más de 30 años me excitaron más que ningún otro estimulo, sino también tu actitud, tu forma de afrontar la vida, las situaciones adversas, los proyectos, tu relación con los demás, era todo lo relacionado con tu forma de vivir, tan humana, tan sensible, tan generosa, lo que me maravillaba día a día, siempre eras alguien a emular, a escuchar, a tener en cuenta, tu comportamiento siempre era el mas bonito, tu actitud siempre positiva, tu capacidad de trabajo, tu infatigable constancia y entrega, todo en ti era idílico, todos tus actos destilaban amor y compromiso.

Definitivamente eras un maravilloso ser de luz, no puedo tener dudas en este sentido, muchos años con el mismo comportamiento, solo indican y concluyen que eras alguien especial, a pesar de la elección de pareja que hiciste, algo que siempre me sorprendió, a lo que no me pude negar mucho tiempo, dejándome atrapar en tu luz, como la inevitable atracción  que obliga a la polilla a acercarse a un foco en medio de la noche mas oscura.

Tu sonrisa era sensacional, al igual que tu inocente forma de pensar, sin llegar a ser infantil, a todo le dabas un toque de ingenuidad, todo desinterés y generosidad. Con que facilidad has renunciado siempre a parte de tu comida, cuando percibías que alguno de tus hijos quería un poco más y ya no quedaba, con que naturalidad hacías ver que ya no tenias gana, para que aceptasen esa porción de pizza o ese filete tan codiciado, que fácil fue siempre para ti renunciar a algo en beneficio de los que amabas!!! Te salía sin pensar, sin dedicar un solo segundo a pensar en ti, ser la segunda en tus decisiones era una constante, una habilidad o una virtud, siempre había alguien por delante, tus hijos, yo, algún amigo, renunciar para ti nunca fue algo ocasional, lejano o difícil.

Ahora pienso a cuantas de tus anteriores pasiones renunciaste para posibilitar esa vida tan maravillosa que vivimos juntos. Te encantaba bailar, a mi no, nunca supuso un problema, yo jamás te llevé a bailar y tu nunca me lo reprochaste, asumiste esa nueva realidad como tuya de forma instantánea; también te gustaba mucho salir hasta tarde y divertirte sin limitaciones (sin necesidad de alcohol), a mi no tanto y siempre aceptaste mis horarios en sustitución de los tuyos, ahora veo con que facilidad sacrificaste tantas cosas que constituyeron tu anterior vida, asumiste todo sacrificio sin queja alguna, en aras de perpetuar nuestra relación, no recuerdo haber hecho yo concesiones de ningún tipo, fuiste tú la que se incorporó a mi vida en lugar de crear una nueva que pertenecieses por igual a los dos.

También recuerdo, con un cariño especial, como apoyaste mi decisión de crear nuestra primera empresa, como te implicaste en el proyecto al mismo nivel que yo, como lo hiciste tuyo inmediatamente. Cuanta ilusión volcaste en aprender todo lo necesario para asumir el puesto que te tocaba. Ahora veo lo brutal de tu implicación, aprendiste en apenas una semana todo lo necesario para llevar tu sola la oficina, ¡qué capacidad!,¡¡ todo ello cuando llevábamos apenas 2 meses casados y nuestra situación era todavía desconocida para los dos, conseguiste llevar tu nueva vida, un nuevo hogar, gestionar una nueva economía, un negocio por conocer en otra ciudad!!! ¿Cuál fue tu respuesta ante esta nueva y compleja situación? Sonreír y crecer, lo que hiciste siempre ante cualquier nuevo reto o cualquier nueva necesidad. Con 23 añitos te convertiste en una increíble empresaria, solo necesitaste dos semanas!!!.

Sí, cualquier recuerdo que sale a la luz, solo aporta una visión de una mujer excepcional, una esposa, una madre y una compañera, inigualable, con capacidades sobrehumanas, una persona sin limitaciones, sin fronteras, si pensase que hay un dios, sería como tú, el ser mas perfecto y amable de toda creación.

Está siendo más difícil de lo que esperaba, estas pocas líneas me han llevado casi dos horas, de una intensidad brutal, debo parar aquí y seguir en otro momento, quizás esta tarde, quizás el próximo fin de semana, no sé cuando, probablemente cunado de nuevo esté preparado.

No es nada fácil recordar lo más bello de una vida, cuando apenas he podido convencerme de que lo he perdido para siempre.

Volveré en cuanto pueda.

Te amo, mi niña, mi princesita, mi amor.

 

Viernes 13 de noviembre de 2020

Hola vida mía, por aquí estoy de nuevo, deambulando cerca de ti.

Me gustaría tanto empezar el fin de semana, como tantos otros, ¡a tu lado!, tener dos días completos para estar juntos otra vez!, te echo tanto de menos…

Todo transcurre apaciblemente, entre tristeza y pesar, como si de una postal bucólica, campestre y cotidiana se tratase; las cosas pasan de forma tranquila, sin prisa, sin apenas presión, sin sensaciones de urgencia, todo se hace, pero ya nada tiene fecha limite ni las horas contadas, simplemente se desarrolla todo con calma, sin pretensiones a un ritmo sosegado.

Casi podría decirte que se ralentiza todo, casi un viaje astral, en el que puedo observar desde fuera como ocurre todo a mi alrededor, apenas sin mi intervención.

Me faltan tantas cosas, que no comprendo cómo es posible que pueda aun funcionar, en apariencia completo, pero vacío y desprovisto de propósitos en realidad.

Hoy, me siento totalmente laxo, algo que no había experimentado nunca de una forma tan vacua e insensible, es como intentar poner una mullida toalla de pie, es algo imposible, su carencia de elementos rígidos impide lograrlo, igual me pasa a mí, me siento como un trapo, inerte y blando, desprovisto de voluntad.

Hoy se está convirtiendo en un día anodino e inútil, como tantos otros, pero anormalmente extraño, hoy, el abandono reina a voluntad y ¿sabes qué? Hoy me parece bien no sentir nada, quizá sea una desconexión programada, puede que este mecanismo se haya disparado hoy, potencialmente por algún motivo, o quizás solo es cansancio, más probablemente, pero, aun así, aun húmeda por las lágrimas, esta languidez quizás me dé algo de paz, al menos hoy o al menos ahora.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Viernes 6 de noviembre de 2020

Solo pasaba por aquí.

 

Hola vida mía, hoy no tengo nada especial que contarte, solo me empuja la necesidad de simular una vez más que estamos juntos, que estás a mi lado y podemos entablar una conversación insulsa e insignificante, únicamente sentarme a tu lado y como hacíamos tantas veces, relajarme junto a ti y sentirte cerca, imaginar que estamos aburridos uno junto al otro, enredados en el sofá, cada uno inmerso en sus cosas, pero firmemente unidos en lugar de irremediablemente separados.

Hoy solo pasaba por aquí… me pareció buena idea hacerte una visita de cortesía, sin pretensiones ni mayor aspiración que traerte a mi lado.

Lo sé, no es poca cosa, pero aun así es egoístamente un acto simple, de amor en estado puro, de necesidad descarnada, mirar tu fotografía sonriente en una pantalla, mientras escribo en la otra, me separa unos instantes de mi malhadado estado, me libera un poco de mi apatía y me prepara para la noche y el fin de semana.

Eras tan hermosa…, eras tan especial…, solo el vacío que ha quedado tras tu partida puede igualar tus cualidades como persona, como mujer, como madre y compañera.

Mami, siempre fuiste dueña de mi persona y mi destino, ahora, sin ti, solamente soy un triste perro sin dueño, que vaga triste y cabizbajo, siempre alrededor de la sepultura de su amado dueño.

Descansa en paz amor mío, al menos queda la certidumbre de este deseo inútil, pues la muerte siempre es mejor que la existencia que sufriste tus últimos días, aunque he de serte sincero yo hubiese pasado el resto de mi vida atendiéndote tal y como estabas, hubiese renunciado a toda humanidad por un egoísmo atávico, si hubiese podido, a pesar de tu sufrimiento, te habría mantenido a m i lado, pero el cáncer fue más sabio y humano que yo y, cuando la vida dejó de serlo, te libró de semejante condena.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Miércoles 4 de noviembre de 2020

La vida es un asco.

Hola amor mío, sé que tu jamás habrías permitido que pensase algo así, enseguida me habrías hecho ver las cosas buenas y el lado hermoso de la vida, pero tú no estás y la vida es un verdadero asco.

Hay veces que cuando llega la noche, solo apetece morir y dejar de molestar con la mera existencia, los días son demasiado largos y excesivamente duros, pero se hacen insoportables, cuando solo recibes muestras de rechazo, gestos de desagrado y parece que mi presencia es una molestia inevitable, un mal menor.

Siempre predico que no debemos dejar que los demás tomen el control de nuestras emociones, pero yo ya he perdido por completo el control de las mías. Todo me afecta en exceso, mis valores y principios cambiaron radicalmente aquel día por la mañana, veo que son muy distintos del resto de personas, que no hay convergencia en el enfoque de las cosas, cada uno va a la suyo, no importa a quien pisen si les acerca a sus deseos o cubre sus necesidades. El egoísmo campa libremente.

Se ha acabado el dialogo y el consenso…

Hoy tenía muchas cosas que contarte, pero ya no puedo.

Estoy tan cansado…

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Domingo 1 de noviembre de 2020

Un sueño feliz, un regalo precioso.

Hola amor mío, esta noche he soñado contigo.

Ha sido un sueño maravilloso, lleno de consciencia, una bella oportunidad para el reencuentro. No sé como empezó, pero de buenas a primeras apareces en la habitación donde estaba, con el pelo muy corto pero abundante, creo que el mismo corte que te hiciste cuando el cabello comenzó su caída y tomaste la primera decisión real de tu enfermedad, decidiendo cortarte tu precioso cabello con lágrimas en los ojos, nada mas vernos, los dos sonreímos con una alegría espontanea y potente, los dos sabíamos que se trataba de un sueño, los dos reconocíamos que tú ya no estás entre los vivos, pero ambos apreciamos el regalo de poder vernos y sentirnos de una forma extraña y natural a la vez, así que nos abrazamos y nos besamos sonriendo como adolescentes, ¡¡¡y lo sentía todo tan real!!, por fin volvía a verte y a sentirte después de tanto tiempo, aprovechamos esos minutos y nos entretuvimos y deleitamos simplemente con el embriagador contacto, sintiendo el cuerpo el uno del otro, acariciándonos, tu espalda recostada sobre mi pecho, mis brazos envolviéndote y saboreando tu pequeño cuerpo, tu piel suave, viviendo con intensidad unos segundos regalados, todo ello sin hablar,

Ha durado muy poco, o poco es lo que recuerdo, pero la sensación de felicidad permanece a la luz del día.

¿por qué hoy un regalo tan caro?, no lo sé, pero ojalá se repitiese cada día, ojalá cada noche volvieses a visitarme, a darme tus besos y ofrecerme tu compañia y tu cuerpo unos minutos. Ojalá pudiese provocar estos encuentros.

La vida esta llena de ojalás y quizás.

Gracias amor mío.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.