Domingo 20 de septiembre de 2020.

El tiempo es eterno.

Hola princesa, han pasado mas de 13 meses desde que te marchaste, puede parecer mucho tiempo , pero no lo siento ni mucho menos como algo lejano.

Lo pienso y me bloqueo, 13 meses viviendo sin ti, sin verte cada día, trece meses de continuo desafío a la cordura, trece interminables meses.

Una vez más, solo y arruinado por el dolor, no sé qué hacer con mi malhadado tiempo: limpio, cocino, veo la tele, vuelvo a limpiar, vuelvo a cocinar, vuelvo a ver la tele, pero el día transcurre a cámara lenta, me hace falta tiempo para hacer todo lo que debo y sin embargo me sobra cada segundo que transcurre en soledad; me duele la garganta, me escuecen los ojos y no hay nada que consiga alejar mi pensamiento ni un instante de ti, no hay nada que mitigue esta angustia permanente; el tiempo se vuelve eterno e infinito, se ralentiza y alarga cada día, convirtiendo cada minuto en un agujero insondable imposible de escalar.

Cualquier domingo a esta hora (16.30h), estaríamos tumbados en el sofá, cómodamente enredados, yo seguramente sesteando y tu viendo alguna de tus series, algo anodino y sencillo, ahora un lujo al que nunca volveré a tener acceso.

Los días son interminables y tu ausencia inabarcable, inconmensurable y de ninguna manera soportable.

Me siento a escribir porque no veo alternativas, solo deseo tumbarme, dormir un rato y que el tiempo pase por encima de mi, sin tocarme, como una rápida nube que me sobrevuele sin verter una gota de lluvia, anónima y silenciosa, pero no puedo, lo único que deseo es lo único que no puedo hacer.

Un leve descanso ahora y la noche se volvería infinita; hay que agotar cada segundo de cada día, de forma consciente, de forma presencial, dejarme sucumbir al sueño durante el día sería entregarme indefenso a la noche infinita, la que no perdona, la que se regodea en el insomnio, la que retiene los segundos y retrasa el sueño, la noche es mi peor enemiga, la pesadilla de los débiles, es la hora en la que sucumbimos a aquello que a duras penas mantenemos a raya durante el día, aquello que asoma continuamente a mi consciencia apenas rozándola, como un movimiento subrepticio en el limite de mi campo de visión.

La noche solo me acompaña con su soledad, su silencio y sus duros pensamientos, la temo y la necesito, pero debo llegar rendido a su encuentro, llegar fuerte significa una larga, costosa e infructuosa batalla.

La noche siempre llega cargada de dolor, de culpa, de arrepentimiento, viene bien pertrechada, dispuesta a disolver la poca humanidad que voy reuniendo durante el día, presta a hurgar en las heridas, a retrasar el bálsamo del sueño, a concentrar y potenciar el oscuro veneno de la soledad.

La noche es invencible, es el enemigo imbatible.

La noche… la noche soy yo.

Se acaban las vacaciones de verano, por fin. No han sido días gratos, no han generado bonitos recuerdos, no han servido a su función ni han aportado nada valioso. Nuevo tiempo malgastado, tiempo dedicado a ver crecer la hierba, un periodo fútil e inútil.

Cuantas cosas habríamos hecho juntos, cuanto habríamos disfrutado de un tiempo exclusivo, para nosotros, nuestros hijos, nuestros amigos…

Estos días recluido en casa, casi he sentido que andabas por otras habitaciones, inmersa en tus/mis quehaceres, a punto de encontrarnos en el siguiente pasillo, a punto de oírte llamándome para echarte una mano en lo que anduvieras haciendo, que crueldad tan grande, sentirte a la vuelta de la puerta y a la vez saber que era imposible, que solo se trata de un nuevo juego maligno de mi cerebro, el picor en el miembro amputado, sabes que ya no está y aún así lo sientes tan real!!!!. Puto resto de vida.

Ya pasó la era de la división de las jornadas, los meses o las épocas, las horas se han vuelto lineales, planas, iguales las unas a las otras, sin divisiones, sin jalonar, sin diferenciar.

La vida se ha vuelto un continuo deambular sobre una línea recta pintada en un folio blanco infinito, sin paisaje, sin distracciones, sin nada… sin ti.

Como no, hoy un día mas en el paraíso.

Te amo mi niña, mi princesa, mi amor.

Lunes 14 de septiembre de 2020

Necesito

Hola amor mío, un nuevo lunes amanece ya, un nuevo y largo día, un largo día para echarte de menos, un largo día lleno de horas eternas en las que tu no estás y yo casi tampoco.

Hoy un nuevo día para necesitarte, sí, para necesitarte, pues tu ausencia genera miles de necesidades, necesidades que jamás se verán satisfechas, miles de necesidades que tu cubrías sin darnos cuenta, porque necesito que alguien me mire como lo hacías tú, necesito a mi esposa, mi compañera, mi amante, mi amiga, mi ama de casa, la alegría de mi vida, necesito la seguridad que tu me dabas, saber que siempre estabas ahí, me garantizaba un hogar a mi vuelta, una casa cálida, una compañia grata, el alimento siempre dispuesto para mi cuerpo y mi alma, sí, todo «mi» porque tu eras «mi» vida, el motivo de «mi» existencia, tu eras mía y yo era tuyo, no como una pertenencia o una propiedad, sino como un brazo o una pierna de nuestros cuerpos, éramos el uno del otro, como un miembro extra, formábamos parte del otro, simple y naturalmente formábamos una sola unidad, que ocupaba dos cuerpos, perfectamente sincronizados, locamente enamorados, dos cuerpos un solo destino.

Hoy, otro puto día en el paraíso, otro puto y largo día sin ti.

Te quiero amor mío, mi niña, mi princesa, mi amor.

La felicidad

Sábado 12 de septiembre de 2020

Otro puto día mas en el paraíso

Hola amor mío, hoy solo te cuento que esta soledad que queda tras tu partida es la mayor carga que se pueda soportar, de nuevo solo, con tu ausencia, sin ganas de continuar, pero sin posibilidad de renunciar.

Obligado a correr esta maratón infinita en que acaba convirtiéndose cada día, sin fuerzas, sin ganas, sin meta ni destino.

Un esfuerzo inútil y estéril, al que es imposible escapar.

Un día más intento huir a esta hecatombe, un día más la única salida es salir de casa e intentar agotar el día.

Un días suplicando que el sueño me alcance pronto y que el despertar al nuevo día sea lo mas tarde posible.

Te quiero mi princesita!!!

Martes 8 de septiembre de 2020

Hola amor mío, es sorprendente como se ha ido produciendo lentamente una gran transformación en mí. Tú mejor que nadie sabías lo impaciente que he sido siempre, aún cuando no había causa alguna para serlo. Ese persona va desapareciendo  poco a poco, la calma y la parsimonia se van apoderando de mis acciones, de mis pensamientos, de mis movimientos; la ira, la prisa y la desazón me abandonan, dejan en su lugar la apatía y el desinterés. provocando ese cambio.

Te echo tanto de menos!!!

Esta gran necesidad de ti, esta terrible e inmensa necesidad de ti, es la necesidad de tener un objetivo en la vida, un objetivo grande y real, algo que dé sentido a mi vida, a cada acción, a cada segundo, a cada inhalación. Mi objetivo era estar contigo, compartir contigo todo el tiempo posible, mantener tu presencia cada instante que fuese posible, alargarlo infinitamente.

Tú eras mucho más que una cara bonita, una sonrisa preciosa, un cuerpo deseable, una compañia infalible, una compañera infatigable, una amiga fiel, tu eras mi imagen en el espejo, mi sombra al caminar, el aire que entraba en mis pulmones, el alimento que me nutría, tú eras la existencia misma, el origen y el fin de todo mi universo.

Todo ha desaparecido contigo, no siento casi nada, nada ilusiona mas allá de unos minutos, nada es atractivo mas allá del primer impacto, nada atrae a mi corazón, nada fija un deseo de forma permanente, nada es capaz de sustituir ni un 1% de tu presencia.

Bonita forma de empezar un día festivo.

Pero como obviar, que si estuvieses aquí, nos habríamos levantado perezosamente, te habría preparado el desayuno, mientras tú ruidosamente vaciabas el lavavajillas, sin prisa y con placer hubiéramos disfrutado del desayuno, de nuestra compañia y hubiésemos hecho planes para el día, planes de limpieza por supuesto, pero estaríamos preparados para afrontar un día juntos, dedicándonos casi en exclusiva el uno para el otro.

Pero.. Hoy no ha ocurrido nada de esto, ni volverá a suceder, como pensar que es posible enfrentar una y otra vez cada mañana semejante verdad, no es posible y sin embargo, aquí estoy lamentando mi fortuna 13 meses después, un tiempo interminable, una época infernal y sin embargo este tiempo transcurrido no es nada frente a lo que queda por llegar.

El futuro nunca llega, el pasado ya no existe, el presente lo es todo, porque siempre estamos instalados en el segundo actual, y no es un presente halagüeño, vivir siempre este segundo no es el gran objetivo de mi vida, ni jamás podrá serlo en una vida sin ti.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

Sábado 5 de septiembre de 2020

Vuelva a la casilla de salida

Hola amor mío, los días son largos y tristes, lo que me hace temer la próxima llegada de los meses fríos y oscuros. probablemente aportarán algo mas de oscuridad a mi padecer, a mi ya oscurecida alma.

De forma continua me viene a la mente lo poco que afecta al resto tu desaparición, tontamente pienso que yo no me comportaría así, pero luego reconozco que es mentira, que con total seguridad yo actuaría como ellos en caso de invertirse los papeles, es incomparable la posición en que queda el ser querido, el que más ha vivido con la persona ausente, el que más tiempo habría compartido con ella, el que tenía por delante un futuro, proyectos, deseos, una vida conjunta, a lo posición que adopta el amigo o el familiar lejano, no tiene nada que ver, no es posible equiparar absolutamente nada.

Sí, me miento cuando digo que yo actuaría de otra forma, por que yo sería uno mas del resto del planeta, igual que ellos lo son ahora, te extrañan, te añoran, sienten tu ausencia, pero su vida ha sido lacerada de refilón, la mía ha sido destruida por un ataque nuclear, con un impacto directo.

Me cuesta arrancar y venir a dedicar unos minutos a escribir estas sandeces. No porque no lo desee, sino porque últimamente pienso-escribo, es pensar como en tercera persona, pensar de forma literaria, recrear una conversación o la redacción de un texto de forma mental, sobre todo por las noches, pienso lo que me gustaría escribirte, pienso hacerlo al día siguiente, pero luego olvido esas maravillosas palabras, esos pensamientos íntimos y dolorosos, esas frases tan ilustrativas, cuajadas de ejemplos y metáforas. Creo que es un nuevo mecanismo de defensa que ha diseñado mi sabio subconsciente, que me parapeta detrás de estas nuevas rutinas, desvía mi atención con nuevos procesos, son simplemente distracciones para intentar externalizar de alguna manera lo que siento, de disfrazar mi sentir, sobre todo cuando llega el final del día, el momento de la soledad absoluta, la hora de enfrentarse a la verdad, el momento en que el vacío  toma forma y un peso aplastante, el momento en el que debo buscar el sueño y estoy totalmente indefenso.

Por la mañana siempre me encuentro de nuevo en la casilla de salida.

Sí, por la mañana he olvidado lo que pensé-escribí la noche anterior, aunque cada día el pensamiento es el mismo, con distintas palabras o expresiones, pero con el mismo fondo, esa tristeza que me envuelve y embota, que me devora, que oprime mi pecho y mi cabeza, ese vacío que ha quedado en mi corazón y en mi mente y que es tan visible, que impregna y destiñe todo cuanto me rodea u ocurre.

Ayer volví a revisar mi viejo móvil, intentando encontrar fotografías olvidadas, videos en los que aparezcas o hables para poder mantener vivo el recuerdo de tu dulce voz, encontré uno de 2014, pensé, lo que pienso tan a menudo, que debo dedicar tiempo a recopilar todos estos valiosos retazos de nuestra vida, todos estos recuerdos de incalculable valor que jalonaron nuestra existencia, pero es tan doloroso, que no soy aun capaz de afrontarlo, quiero hacerlo….

En estos meses no dejo de ver mis errores, mis carencias, las oportunidades que dejé pasar, las cosas que hice mal, las que no hice bien, la cantidad de tiempo que desperdicié, en el trabajo, con otras personas, en actividades que hacía sin ti, todo me parece ahora un gasto intolerable e inasumible, grito cada día por una segunda oportunidad, sufro por no poder tener un día mas contigo para compensar todo aquello que hice mal, para decirte todo lo que nunca te dije o te repetí pocas veces, me ahoga saber que jamás tendré esa oportunidad, que tendré que contentarme con pensar que hubo días en los que conseguí hacerte feliz, en que hubo momentos insustituibles.

Debo y deseo pensar que tu sabías cuanto te amaba, aunque no te lo dijese cada hora de cada día. Debo y deseo pensar que nunca te arrepentiste de la decisión, que tomaste 35 años atrás, de amarme solo a mí y de compartir tu vida conmigo, que no te equivocaste en la decisión más importante de tu vida, que valió la pena y que fue acertada.

Solo pensar esto me ayuda a sobrevivir cada día que paso sin ti, a afrontar cada vuelta a empezar.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor