Viernes 17 de julio de 2020

Hola amor mío, que raro y distinto es vivir cada día, arrastrándome por los minutos sin ti, viendo tus fotografías sin vida y añorándote en cada rincón y a cada segundo que se desliza sin oficio ni beneficio, viviendo sin vivir y sin paladear nada, dejando transcurrir el tiempo, que resbale sobre mí, como si fuese agua de ducha que cae de la cabeza a los pies, que no deja rastro pasados apenas unos minutos.

El dolor ya no me desgarra a crueles puñaladas una y otra vez abriendo continuamente heridas que nunca han cerrado, no, ahora es más un puño que oprime mi dolorido corazón, que mantiene una presión estable e infatigable, una presión incomoda, de la que a veces no soy consciente, pero que siempre está presente y que atenaza todo acto por trivial que sea.

No, el dolor ya no es mi compañero inseparable, incluso el dolor sucumbe al tiempo, la soledad y el desánimo lo han expulsado de sus dominios, el vacío campa a sus anchas y lidera ahora el grupo de la desolación.

Palabras bonitas y sin sentido que pretenden explicar unos sentimientos inexplicables, que puede que ayuden a exteriorizar esa ira acumulada, ira que sigue a la impotencia y frustración, por no haber podido hacer nada, por no haber nada posible que hacer, por haber errado el camino que tomé.

Era una decisión no consciente, para la que no estaba preparado.

Siento, en la distancia y la vida en el pensamiento, que atendí la enfermedad, pero no lo suficiente a mi paciente, mi princesa, mi amor.

Se han quedado tantas cosas por decir, tantas conversaciones obviadas, por miedo, por esperanza, por autentico terror, quizás pensara que, diciendo las cosas en voz alta, confirmábamos el diagnostico, que si hablábamos de ello sería más real e inevitable, no creo que llegue a saber por qué eludíamos hablar de tu enfermedad más allá de los síntomas, aunque presiento que solo era cobardía por mi parte y afán de protegerme por la tuya.

No existen segundas oportunidades reales, no es una segunda oportunidad que te aperciban en el trabajo por una falta y te permitan continuar en tu puesto, al carajo, no, una segunda oportunidad es deshacer una acción y reiniciar el proceso, volver a afrontar una situación como si fuese la primera vez, una segunda oportunidad es retroceder en el tiempo y poder escoger de nuevo cuando estas en la intersección donde erraste al tomar la decisión, pero eso no es posible, solo en la cabeza de cada uno, pero eso solo añade daño y desazón.

Pronto un año sin ti, un año sin vida mas allá de la automatización de los procesos naturales, un año interminable y fugaz, un año más en el paraíso amor mío.

Te quiero mi niña mi princesa, mi amor.

Te quiero mami.

Domingo 12 de julio de 2020

Hola amor mío, cada vez tardo mas en pasarme por aquí, aunque ello no significa que haya dejado de pensar en ti, te tengo en mente todo el día, aunque el dolor no arrecia como lo hacía semanas o meses atrás.

Quiero contarte cosas, pero últimamente no encuentro el momento ni la forma, a pesar de que todo mis pensamientos se han convertido en un pseudo diálogo, realmente un monólogo, en el que pienso/escribo lo que me viene a la cabeza, siempre relacionado contigo y conmigo, con la vida a la que me acostumbraste a tener y disfrutar, lo que presentíamos como algo natural, el devenir lógico de las cosas, dos personas que se aman, que desean estar juntos, donde cada día se producía  un esperado reencuentro, donde la vuelta a casa tras el trabajo era el momento mas estimulante del día, me acostumbraste a pensar que sería algo estable, permanente, infinito…

Ahora llego a casa y me espera una construcción vacía y muerta.

Un día más en el paraíso.

Casi un año ya, sin lo mas hermoso de mi existencia, casi un año… no pensé que pudiera aguantarlo, dudaba continuamente de mi capacidad para superar el peor de los desastres y aquí me tienes, muerto pero vivo, «indemne» y seco, transformado, vaciado, insensibilizado y deshumanizado, pero sigo en el camino, interminable, sombrío y solitario, mi peregrinación hacia ningún lugar.

Es tan duro saber que nadie te espera, que nadie te busca, que nadie ansía tu compañía o tus abrazos. ¿Qué existencia es esta? ¿qué valor tiene una “vida” así? ¿para qué volver una y otra vez? ¿ para que ir una y otra vez? ¿para qué intentarlo una mil veces?

Estoy tan cansado!!!.

Intento mirar al frente, al horizonte, pero no veo nada, es como estar en una habitación hermética y oscura, no hay luz, no importa donde dirija la vista, ¿cómo hallar motivación o fijar un objetivo cuando al final de cada día, haga lo que haga, por muy largo y duro que sea solo hay vacío y soledad, una cama grande y un sueño que no llega?

Soy débil, no puedo con esta carga, me hunde y sepulta, no puedo llevarla, arrastrarla o echar la a un lado, o quizás no quiero y aún no lo he descubierto.

Toda una vida juntos no puede terminar en un segundo, es imposible, si intentas para un coche, un tren o un avión en un instante los destruyes, los comprimes, los arrugas, pierden su elegante forma y aplastan todo lo que llevan dentro, supongo que lo mismo ocurre con las personas o al menos conmigo.

¡¡¡Quedaba tanto por hacer!!!, por vivir, por perseguir, por conseguir, quedan tantos sueños inconclusos, deseos que ya jamás podrán hacerse realidad.

No entiendo como es posible, levantarme cada día para entregarme a esta vida que queda tras tu partida. Es incomprensible, no soy yo.

La muerte es paciente y taimada, imposible escapar de ella,  a todos nos abraza  y sin embargo no la incluimos en ninguna ecuación, ni la valoramos a la hora de tomar nuestras decisiones diarias, que necios, al final llega y nos arrebata todas nuestras posesiones, nuestro futuro e incluso nuestro pasado, porque ¿Qué es el pasado sino anécdotas para compartir en el presente con quien amamos por encima de todas las cosas?…

Actuamos siempre tan tarde…

Cuanto he criticado los estudios en los que se preguntaba a moribundos de que se arrepentían,  que cosas deberían haber hecho y no hicieron, por pensar que era una pregunta amañada, casi sin entenderla. Es una pregunta cruel e inhumana, porque solo cuando La Parca se hace visible, ponemos las cosas en valor absoluto, solo en ese momento conocemos todas las respuestas, percibimos con nitidez la diferencia entre lo transcendental y lo superfluo, solo al borde del trance que acaba con todo adquirimos la plena sabiduría, cuando ya de nada sirve, cuando no cabe ni la posibilidad de transmitir ese conocimiento.

Como siempre tarde.

Te amo Mami, mi niña, mi princesa, mi amor.