Hola amor mío, que raro y distinto es vivir cada día, arrastrándome por los minutos sin ti, viendo tus fotografías sin vida y añorándote en cada rincón y a cada segundo que se desliza sin oficio ni beneficio, viviendo sin vivir y sin paladear nada, dejando transcurrir el tiempo, que resbale sobre mí, como si fuese agua de ducha que cae de la cabeza a los pies, que no deja rastro pasados apenas unos minutos.
El dolor ya no me desgarra a crueles puñaladas una y otra vez abriendo continuamente heridas que nunca han cerrado, no, ahora es más un puño que oprime mi dolorido corazón, que mantiene una presión estable e infatigable, una presión incomoda, de la que a veces no soy consciente, pero que siempre está presente y que atenaza todo acto por trivial que sea.
No, el dolor ya no es mi compañero inseparable, incluso el dolor sucumbe al tiempo, la soledad y el desánimo lo han expulsado de sus dominios, el vacío campa a sus anchas y lidera ahora el grupo de la desolación.
Palabras bonitas y sin sentido que pretenden explicar unos sentimientos inexplicables, que puede que ayuden a exteriorizar esa ira acumulada, ira que sigue a la impotencia y frustración, por no haber podido hacer nada, por no haber nada posible que hacer, por haber errado el camino que tomé.
Era una decisión no consciente, para la que no estaba preparado.
Siento, en la distancia y la vida en el pensamiento, que atendí la enfermedad, pero no lo suficiente a mi paciente, mi princesa, mi amor.
Se han quedado tantas cosas por decir, tantas conversaciones obviadas, por miedo, por esperanza, por autentico terror, quizás pensara que, diciendo las cosas en voz alta, confirmábamos el diagnostico, que si hablábamos de ello sería más real e inevitable, no creo que llegue a saber por qué eludíamos hablar de tu enfermedad más allá de los síntomas, aunque presiento que solo era cobardía por mi parte y afán de protegerme por la tuya.
No existen segundas oportunidades reales, no es una segunda oportunidad que te aperciban en el trabajo por una falta y te permitan continuar en tu puesto, al carajo, no, una segunda oportunidad es deshacer una acción y reiniciar el proceso, volver a afrontar una situación como si fuese la primera vez, una segunda oportunidad es retroceder en el tiempo y poder escoger de nuevo cuando estas en la intersección donde erraste al tomar la decisión, pero eso no es posible, solo en la cabeza de cada uno, pero eso solo añade daño y desazón.
Pronto un año sin ti, un año sin vida mas allá de la automatización de los procesos naturales, un año interminable y fugaz, un año más en el paraíso amor mío.
Te quiero mi niña mi princesa, mi amor.
Te quiero mami.
