Jueves 23 de abril de 2020

Calma??

Hola amor mío, desde hace unos días la muerte no atrae mis pensamientos con la frecuencia que venía haciéndolo, la vida no ha cobrado sentido aún, pero la muerte pierde peso en el devenir diario.

Las noches siguen siendo frías y tristes sin ti, el despertar sigue siendo lo más duro, comenzar el día sabiendo que no te volveré a ver no es una buena forma de afrontar 14 o 16 horas de actividad.

Aún así, los días son distintos, amortiguados, desvaídos, faltos de intensidad, como si todo estuviese difuminado y atenuado, es complejo explicarlo, las sensaciones fuertes ya no existen tal como existieron cuando tú vivías.

Todo transcurre como en una película, sabes que ocurre pero no es tu vida, te genera sensaciones, pero son suaves, tenues, insignificantes, ajenas a mi.

Ardor guerrero, el término que se usaba casi a diario en la mili y que significaba mucho para mí, en cuanto a definir vivir con intensidad cualquier actividad, cualquier trabajo, cualquier acción, sentimiento o emoción; pues ya no hay ardor guerrero, las cosas se hacen, se atienden, se afronta cualquier dificultad, pero con la misma intensidad o emoción, como se vive pasar la aspiradora o preparar un café.

Ya veo la nueva dimensión o estado que alcanza mi nueva vida sin ti, una existencia que se puede sobrellevar, tolerar o soportar, pero que no aporta sal o ingredientes excitantes.

Es malo esto?, no lo sé, pero tampoco tengo control sobre ello, así que para que dedicarle mas tiempo.

Continúo y me mantengo a la espera, una espera involuntaria, una espera que no sabe qué ha de llegar, cómo, cuando o de la mano de qué o quién. Pero es una espera sin ansia, tensión ni pasión; una espera que poco aporta a causa de su indefinición, una espera que quizás sea fruto de una mala interpretación de la sensación y esas ganas de poner nombre a todo me impulse a llamarla así, o quizás sí, quizás espero algo, un milagro, una oportunidad de algo más, una revelación o un descubrimiento sensacional, quién sabe, son solo palabras, desechos de una mente destrozada por la enfermedad y el dolor, palabras sin sentido, que solo dejan salir lo que sea que se almacena y deposita en mi cabeza.

La palabra escrita, un guión sin fin, una historia infinita, la herramienta de la soledad, la válvula del dolor, el oyente sempiterno, el acompañante silencioso y fiel.

La palabra que todo lo soporta, que todo lo permite, que nunca interrumpe y que siempre entiende, aunque el resultado sea ininteligible, pero entiende lo que quiero decir, permanece fiel y me recuerda aquello que olvido, le da sentido al pasado y lo trae al presente con fidelidad, pero sin doble filo.

Ya desvarío, como siempre, simplemente te quería pedir perdón, porque parece ser que voy aceptando tu pérdida, que voy mutando, me convierto en un ser inerte, en alguien que puede continuar, que puede superar lo insuperable y no lo entiendo, no puedo comprender esta adaptación, no quiero aceptarla y sin embargo es algo que ocurre al margen de mi.

Lo siento amor mío.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor

Domingo 19 de abril de 2020

Nunca hay tiempo suficiente

Hola amor mío, ayer mientras lloraba en la ducha y tenia una de esas conversaciones internas contigo, reconocí algo que ya sabía, pero que he estado esquivando todo este tiempo, estas conversaciones, al igual que estas lineas, no son conversaciones contigo, son conversaciones conmigo.

Ayer acepté que estas conversaciones son «simplemente» otro mecanismo para tenerte cerca, otro medio para conseguir mantenerte viva, una defensa ante la hecatombe de tu ausencia, un canal para decirte todo lo que no te dije o todo lo que jamás te diré, una vía de comunicación directa entre mi mente y la tuya

Se que es una ficción, pero aún así ayuda tanto!!!

Imaginar, creer y sentir que me oyes, que me sientes, que me comprendes, que estás aún a mi lado me mantiene cuerdo, aunque paradójicamente sea una locura, la ficción ayuda a sobrellevar la realidad por muy mala que ésta sea.

Pero, también es posible que esta ficción personal deje de serlo al desearla, al creer en ella, al mantenerla viva y activa, no tiene por que se ser una ficción si la siento tan real, si es capaz de desatar los mismos sentimientos y emociones que puede desatar un simple martillazo o un corte en un dedo, yo la vivo tan real como un dolor físico, respuesta a algo físico, ¿acaso puede haber irrealidad en algo que me hace sentir vivo?

Ayer, cuando en los informativos leían escritos de familiares a sus fallecidos por Covid, comprendí que tenemos que despedir a nuestros seres queridos, no una, sino mil, cien mil, millones de veces, porque se quedan tantas cosas sin decir, es tan rápida la muerte, aunque tarde meses en abrir su puerta para llevarse a nuestros seres amados!!!.

Hay tantas cosas que no te dije, porque estaban implícitas en nuestra relación, porque emanaban de mis actos, porque se correspondían con mi comportamiento, pero aún así, ahora me arrepiento de no habértelas dicho cada día, de no haberlas acompañado de sonrisas, caricias, besos o abrazos e incluso, por que no, de lágrimas de agradecimiento.

Escribir estas lineas, pensar en ti o darte las buenas noches al final de cada día, es algo necesario, no se durante cuanto tiempo, pero debo hacerlo, para sentirte cerca, para sentirme bien, para no sentirme culpable, porque sé que hago lo correcto, porque el dolor y la aflicción me invaden, pero son una sensación pacificadora, sanadora, porque te mantengo a mi lado, porque te hago permanecer en este mundo, aunque ya nadie más pueda verte.

Hoy es un día más en el paraíso y también un día más de una vida sin ti, a pesar de todo será un día más vivo, un día más que levantarme, de preparar comidas, estar con tus hijos e incluso trabajar, un día más para añorarte y amarte, un día más para continuar, un día más sin ti, un día más en soledad, pero a pesar de todo ello un día más.

Yo seguiré escribiéndote, hablando contigo, dándote las buenas noches cada día, como si estuvieses viva, aunque sea una ficción o un mecanismo de defensa, pero tú amor mio, tú solo debes impedir que me olvide de ti.

Te amo mi niña, mi princesa, mi amor

Sábado 11 de abril de 2020

Sigo aprendiendo a vivir sin ti.

Hola amor mío, acabo de interrumpir mis labores caseras, he sentido la necesidad de contarte algo, de explicártelo antes de que olvidarlo, vivir sin ti es imposible pero hay dos cosas que ademas lo vuelven insoportable, la soledad en la que siempre estoy sumido, con la radio como acompañante perenne, y el revivir una y otra vez la consciencia plena de que no volveré a verte, es implacable, no importa lo ocupado que esté, el cansancio que arrastre, la máxima abstracción que pueda alcanzar, no importa nada de lo que esté haciendo, pues en cualquier momento, al terminar, al ver un objeto, al realizar una acción cualquiera, al escuchar una canción o simplemente pararme, es inmediato sobreviene siempre ese pensamiento, «ya no te volveré a ver, no volveré a sentirte, a abrazarte, a besarte, a hablar contigo, ver una peli, dar un paseo, un roce descuidado, un pensamiento positivo, dormir abrazado a ti».

Es imposible, vivir sin ti, pero aquí estoy, ocho meses después y casi nada ha cambiado, al menos en mí, porque la vida continúa, cada uno sigue a lo suyo, el mundo sigue girando, no importa que yo no quiera seguir subido a él. solo yo me mantengo en el mismo punto donde me dejaste, clavado en ese instante de adiós irreversible, en ese agujero negro que es tu ausencia, solo yo vivo y revivo, día tras día, hora tras hora, aquellas ultimas horas, como si no hubiese mas horas que contar, el tiempo se ha convertido en un reloj de arena que se reinicia con cada giro de los vasos.

Como siempre, no sé que hacer, no se que quiero hacer, no se lo que conviene hacer, o quizás sí, pero me lo niego una y otra vez, no puedo retomar la vida sin más, no se hacerlo, es imposible.

Mi capacidad de decisión ha quedado reducida, al trabajo y a las labores cotidianas.

Maldita sea, si es ley de vida, perder a quienes amamos, ¿por qué no estamos preparados para continuar?¿por qué tanto sufrimiento?.

Estoy tan cansado…

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.

4 de abril de 2020

El dolor es infinito y la desesperación también.

Hola amor mío, es tan difícil continuar sin ti, siempre te digo lo mismo, pues no experimento cambio alguno que me lleve a pensar o sentir otra cosa.

Hoy, mientras recogía, he vuelto a ver los estuches de tus tres gafas, esas gafas con las que siempre apareces en las fotografías, esas gafas con las que siempre estabas tan hermosa, esas gafas que ya no hallaran nunca más tus bellos y luminosos ojos tras ellas.

Hoy vuelvo a sentir un dolor infinito, un dolor que jamás acaba ni remite, siempre al acecho, escondido tras cualquier objeto cotidiano, tras una canción, un olor, una prenda o cualquier rincón de casa, un dolor omnipresente que me arrebata el ánimo una y otra vez. Han pasado ya más de ocho meses y tu ausencia es tan inconmensurable como el primer día.

Hay veces que miro tus fotografías y siento un momento de alegría, pero inmediatamente es superpuesta por la pena y la aflicción, las bonitas fotografías son sustituidas por dolorosos momentos en lo s que sufrías tu enfermedad o pensamientos que me traen, al momento, el dolor que debiste sufrir y la resignación y entereza con lo que lo viviste, hubiese preferido que te quejases más, que perdieses la paciencia, que me gritases, que me pegases, que llorases igual que hacia yo a escondidas, deberías haberme contado todo, no reservarte nada, pero no lo hiciste, nunca en mi presencia. jamás te desmoronaste ni hablaste de morir, ni una sola vez. ¿Cómo pudiste ser tan increíblemente fuerte? por ti, por mí, por nuestros hijos. ¿Cómo puede alguien ser tan fuerte, tan consciente, tan admirable?

Así fuiste tú, hermosa desde el principio hasta el fin. un ser especial, una mujer excepcional, la compañera ideal. Nunca estuve a tu altura y jamás lo haré.

Lo siento amor mío.

Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor.