Calma??
Hola amor mío, desde hace unos días la muerte no atrae mis pensamientos con la frecuencia que venía haciéndolo, la vida no ha cobrado sentido aún, pero la muerte pierde peso en el devenir diario.
Las noches siguen siendo frías y tristes sin ti, el despertar sigue siendo lo más duro, comenzar el día sabiendo que no te volveré a ver no es una buena forma de afrontar 14 o 16 horas de actividad.
Aún así, los días son distintos, amortiguados, desvaídos, faltos de intensidad, como si todo estuviese difuminado y atenuado, es complejo explicarlo, las sensaciones fuertes ya no existen tal como existieron cuando tú vivías.
Todo transcurre como en una película, sabes que ocurre pero no es tu vida, te genera sensaciones, pero son suaves, tenues, insignificantes, ajenas a mi.
Ardor guerrero, el término que se usaba casi a diario en la mili y que significaba mucho para mí, en cuanto a definir vivir con intensidad cualquier actividad, cualquier trabajo, cualquier acción, sentimiento o emoción; pues ya no hay ardor guerrero, las cosas se hacen, se atienden, se afronta cualquier dificultad, pero con la misma intensidad o emoción, como se vive pasar la aspiradora o preparar un café.
Ya veo la nueva dimensión o estado que alcanza mi nueva vida sin ti, una existencia que se puede sobrellevar, tolerar o soportar, pero que no aporta sal o ingredientes excitantes.
Es malo esto?, no lo sé, pero tampoco tengo control sobre ello, así que para que dedicarle mas tiempo.
Continúo y me mantengo a la espera, una espera involuntaria, una espera que no sabe qué ha de llegar, cómo, cuando o de la mano de qué o quién. Pero es una espera sin ansia, tensión ni pasión; una espera que poco aporta a causa de su indefinición, una espera que quizás sea fruto de una mala interpretación de la sensación y esas ganas de poner nombre a todo me impulse a llamarla así, o quizás sí, quizás espero algo, un milagro, una oportunidad de algo más, una revelación o un descubrimiento sensacional, quién sabe, son solo palabras, desechos de una mente destrozada por la enfermedad y el dolor, palabras sin sentido, que solo dejan salir lo que sea que se almacena y deposita en mi cabeza.
La palabra escrita, un guión sin fin, una historia infinita, la herramienta de la soledad, la válvula del dolor, el oyente sempiterno, el acompañante silencioso y fiel.
La palabra que todo lo soporta, que todo lo permite, que nunca interrumpe y que siempre entiende, aunque el resultado sea ininteligible, pero entiende lo que quiero decir, permanece fiel y me recuerda aquello que olvido, le da sentido al pasado y lo trae al presente con fidelidad, pero sin doble filo.
Ya desvarío, como siempre, simplemente te quería pedir perdón, porque parece ser que voy aceptando tu pérdida, que voy mutando, me convierto en un ser inerte, en alguien que puede continuar, que puede superar lo insuperable y no lo entiendo, no puedo comprender esta adaptación, no quiero aceptarla y sin embargo es algo que ocurre al margen de mi.
Lo siento amor mío.
Te quiero mi niña, mi princesa, mi amor
