Otro maldito domingo
Amor mío, hace días que no te escribo y no es por que no quiera o por que no lo necesite, solo me falta tiempo y tranquilidad, últimamente ambos escasean en mi vida y a pesar de ello me sigues faltando cada segundo de cada día, me faltas en cada respiración que me obligo a realizar.
El trabajo y la casa y los niños apenas me dejan unos minutos para estar con mi dolor y contigo, estos días solo hemos tenido los minutos previos al sueño, el momento más duro de la jornada, nuestra habitación silenciosa, la cama vacía, tu ausencia, ese momento que antes, cada noche, compartíamos en absoluta intimidad y perfecta sincronía, cuando charlábamos sin prisas uno junto al otro, en contacto permanente, mi pierna contra la tuya o tu brazo contra el mío, donde la complicidad alcanzaba el grado máximo, donde nuestra unión era perfecta, el momento para disfrutar el uno del otro, o simplemente el momento para abrazarnos y dormir, un sueño dulce y cálido; yo siempre te abrazaba a ti, tu cuerpo encajado en el mio como tallados a medida, mi brazo rodeando tu pecho y mi rostro junto a tu cabello, juntos incluso dormidos!!!!
Como lo echo de menos , lo daría todo por hacerlo una última vez y que esa fuese nuestra despedida, acabar nuestra vida tal y como la vivimos, juntos y entregados.
Hablo contigo todas las noches en voz alta, sin obtener otra respuesta que la soledad y el dolor; la amargura y las lágimas rompen mis palabras y cierran mi garganta y de nuevo esperanza, esperanza de que puedas estar oyéndome, en ese otro plano de la existencia donde no exista el dolor, que solo percibas mi amor, aunque desde allí no puedas enviarme alguna señal.
Este dolor, esta ausencia, este vacío… son insuperables y me temo que aunque quizás llegue el día en que pueda convivir con ello de alguna forma, no seré yo, será un resto de mí, agostado, exangüe y vacío.
Espero no cruzarme con otra persona que pueda despertar en mi interés alguno, espero y deseo quedar incapacitado para amar, pues solo pensar que alguien pueda ocupar tu lado de la cama o de nuevo compartir conmigo lo tu me entregaste, me enferma, me hace sentir sucio y traidor y me hace sentir pavor, sería imperdonable y espero no cometer ese atentado contra tu memoria, nuestra memoria.
Necesito verte y sentirte, miro tus fotografías e intento recuperar recuerdos que ya no están ahí, pero me esfuerzo en recordar, aun así, tu caminar, tu sonrisa, tu voz, pero esos recuerdos no están, solo queda lo perpetuado por medios artificiales, he hecho muchas copias de seguridad, no puedo permitirme una catástrofe digital y que se desvanezaca del todo tu recuerdo.
El día a día es muy duro, necesito compañía, pero tu sabes que cuando vivías yo no era muy hablador, ahora ya ni eso, antes llenabas tú los silencios, compensabas mi falta de palabrería, pero ahora esa carga debe recaer en otras personas y no tengo fuerzas para seguir causando daño a los demás, solo me apetece hablar de ti, aunque siempre sea a través de la niebla del llanto y la congoja, lamentar lo perdido, ensalzar tus virtudes y nuestra comunión, pero eso no es fácil de escuchar, ni para mí fácil de contar, a pesar de que es lo único que me sale, pero todo el mundo no es capaz de recibir este tipo de carga, la necesidad de consolar y ayudar desvirtúa la compañía muchas veces, por que es dificl de explicar, pero a veces solo escuchar ayuda, a veces solo comprender que este dolor simplemente debo soportarlo sin importar el tiempo ni la intensidad, que no es necesaria la esperanza de que se atenuará o incluso se volverá sordo y romo, que no es necesario que nadie me convenza de que es temporal y que todo mejorará.
Lo siento cariño, siento casi haber olividado nuestra vida juntos. Sí mantengo el recuerdo cuando te reías de mí llamándome Dr. Mateo, por la serie que nos gustó tanto y que tu me identificabas como ese personaje de ficción, pero es que me es tan difícil relacionarme!!!, muchos piensan que los desprecio al no aceptar su «ayuda», pero no los desprecio ni a ellos ni su ayuda, simplemente no la acepto por que no me sirve y no sé ser educado o civilizado adornándolo, nunca pude perfeccionar mi hipocresía, nunca supe como hacerlo y es una habilidad tan extendida.
Necesito tantas cosas para cubrir o intentar compensar tu ausencia, para pagar mi deuda, para escribirte todo lo que tengo que escribirte, necesito tiempo, necesito soledad, necesito compañía y por encima de todo te necesito a ti.
No consigo nada, no soy capaz de organizar este infinito barullo de ideas y tareas que me acosan y asedian, necesito tiempo para mí, necesito tiempo para dedicártelo a ti, lo necesito más que el agua o el alimento, pero no consigo proveerme de él.
Hay tanto por hacer!!, pero no puedo empezar, el dolor solo me deja espacio para el lamento, necesito sacarlo de mi a diario, antes de que me llene y me ahogue en él. Ese dolor tan deseado, que me acerca a ti, es también un ladrón de tiempo que me aleja de mis deseos y no soy capaz de controlarlo aún.
Vivo permanentemente en una encrucijada sin señalización, sin capacidad para elegir un camino, sin posibilidad de averiguar donde conduce cada camino y sin poder adivinar cual es el mas adecuado.
Vivo como un zombie sin hambre, vagando de un lado para otro sin objetivo alguno, siempre en movimiento, siempre sin destino, siempre solo e incomunicado.
Son tantas cosas que hacer, que soy incapaz de priorizar adecuadamente y cuando dejo mis obligaciones contigo sin atender, recrudecen los asaltos, pero aun así tengo tantas cosas que hacer… soy un simple mortal, cargado de banalidades, obligaciones y responsabilidades que tiran de mi o me empujan lejos de lo que deseo.
Tú, mi amor, eras para mí y sigues siendo lo mas importante, poco importa que ya no estes aquí y sin embargo no puedo sustraer tiempo suficiente para dedicarte a ti y lo lamento tanto…
Sé que tu lo entiendes y lo disculpas, pues siempre estuviste en segundo plano, aceptaste que el trabajo, mi trabajo, estuviese en primer lugar, por encima de ti y no sabes cuanto me odio y me aborrezco por ello, tenía el mayor tesoro de todos y lo tenía arrinconado en una estancia casi abandonada, he malgastado tanto tiempo tuyo, mío, nuestro…
Que necio he sido y que lamento mas tardío e inútil. Tener todo lo que cualquier persona necesita en casa y salir a buscarlo todo los días, dedicando los mayores esfuerzos a conseguir dinero para comprar la felicidad, la felicidad amor mío me la dabas tú, con tu apoyo, con tu sonrisa, con tu cariño, con tu paciencia, con tu presencia, la felicidad ya estaba en casa, viviendo entregada a mí, dándomelo todo sin esperar nada a cambio, que ciego he estado.
Debo compensarlo todo, aunque sea en soledad, aunque me lleve el resto de mi vida, esto si lo tengo claro.
Debo escribirte, debo detallar y contar nuestro amor, describir tu belleza como ser humano y debo hacerlo ya, en cuanto se mitigue algo la culpa y remita un poquito el dolor, debo aclarar y ordenar mis ideas y debo hacer algo de la calidad y el tamaño de tu luz interior.
Aun no sé como lo haré, pero debe ser precioso, digno de ti, que haga justicia a tu grandeza, que este a la altura del dolor que tu ausencia causa, que refleje tu hermosura, que plasme cuan puro era tu amor y valore tu perdida en su justa medida.
Noto que ya estoy divagando, me noto la cabeza febril, estoy congestionado y no puedo seguir recibiendo dolor, debo pensar en lo bonito que fue vivir contigo, llorar pero esta vez por la alegría de lo vivido y no de pena por lo perdido.
Te quiero Mi Niña, Mi Princesa, Mi amor.