Ocho días sin mi niña, mi princesa, mi amor.
De nuevo he dormido toda la noche, solo antes de conciliar el sueño pienso en tí, casi siempre en los últimos momentos de tu vida.
Son las 9.00h y me he levantado pensando en las lavadoras que tengo que poner, no puedo perdonarme que mi primer pensamiento no haya sido para tí. ¿acaso es tan fácil prescindir de la persona que lo es todo para mí?
No puedo creer ni aceptar que este maldito cerebro, que lleva tanto tiempo descontrolado, ahora empiece a hacer su trabajo, precisamente ahora que yo no quiero que haga esto. Necesito el dolor, mientras duela te mantendré a mi lado.
Ayer por la tarde volví a ver las fotografías y encargué nuevos lienzos, necesito verte por todas partes, en cada habitación, tengo tanto miedo de olvidar tu cara y tu sonrisa!!. No sé si es consecuencia del derrame, la edad o que nunca tuve la capacidad, pero mi memoria es una mierda, intento recordar y no consigo traer lo que quiero, tendré que leer algo especializado, por si puedo trabajar y conseguir mejorar la memoria.
Para llevar 30 años juntos no tenemos demasiadas fotografías.
Oir tu nombre es muy doloroso, cuando lo mencionan los demás me emociono inmediatamente y acabo llorando, noto como mi voz ha cambiado, parece insegura y frágil, como de alguien de mas edad.
El salón se ha convertido en tu santuario, con tu collage, con tus cenizas, todo lo que a ti te gustaba, en la misma disposición; han sido 6 meses y sobre todo los últimos días en los que incluso dormíamos aquí, viviendo todo nuestro tiempo juntos en esta estancia, siempre de vigilia, siempre juntos. Centenares de horas juntos , cada uno en un sofá, con continuo contacto visual, agarrados de la mano, repleto de horas de charlas insulsas, de proyectos que no se podrían acabar, de conversaciones de amor, de repasar recuerdos e intentar extraer alegría donde ya no había, esperando juntos la llegada de tu muerte, en un vano intento de que el tiempo pasase con el minimo sufrimiento posible. Albergando aún una loca esperanza de que no llegase lo inevitable.
No he estado a la altura, simplemente he dejado pasar el tiempo, debería haber hecho algo más, sé que mi compañía era muy valiosa para tí, pues al igual que en mi enfermedad, solo estar con quien tanto amas consuela y hace llevadera la enfermedad aunque no la minore.
Hoy escribo y solo tengo humedecidos los ojos, finalmente parece que la vida llama a la vida y no tendré que hacer un gran esfuerzo para continuar como si de un mal sueño se tratase.
Sí, hoy parece que este maldito cerebro ha decidido ponerse a trabajar y además lo hace bien, maldito CABRON, hoy parece que anula el dolor, que controla la exposición a los recuerdos.
Me preocupan los niños, parece como si el dolor aún no los hubiese alcanzado.
- David aguanta bien, presencia la mayor parte de mis arrebatos de tristeza y amargura, me abraza y acaricia en silencio y oye mis quejas por tu pérdida. Ha tomado el control y establece turnos con sus hermanos, para que no esté en ningún momento solo en casa ni duerma solo. Que gran sensibilidad y muestra de madurez!!!
- Pablo creo que busca consuelo fuera de casa, quizás en su novia, la mayor parte del día permanece en su habitación, solo, con el móvil, no sé si sigue entrenando, aunque sí que sale con sus amigos por las noches, cuando la temperatura permite hacerlo.
- Laura parece no ser consciente de la desaparición de su madre, sigue taciturna, no la he visto llorar, ni entristecida, sigue saliendo con sus amigas siempre que puede. No sé si esta afrontando el duelo así o que aún no ha sido alcanzada por la ola de dolor. No sé que decirle, no me atrevo a sacar el tema, por que no sé si lo tiene asumido, hoy creo que sacaré el tema para ver como reacciona.
Mi vida, te echo de menos varias veces al día, me muevo como un zombi, lento y abstraído, intento hacerte consultas, pero cuando vuelvo la cabeza para buscarte o hablarte caigo en la cuenta de nuestra pérdida. Me asomo al salón intentando percibirte más, miro el móvil con tu preciosa fotografía, la de tu 50 cumpleaños, estas tan hermosa, tan radiante, se te ve feliz, con una magnífica sensación falsa de salud pero repleta de alegría y felicidad. Es una de tus mejores fotografías;
En tus mejores fotografías siempre estas en compañía de tu hija, se aprecia cuanto la amabas, irradias felicidad en todas ellas, complicidad y amor; revelaré algunas fotos para dárselas a los niños, fotografías con cada uno de ellos, para que no te olviden, para que siempre te tengan presente y tengan presente cuando los amaste.
Que pelo más precioso el tuyo, que manos mas dulces y bonitas, tu sonrisa y tus carcajadas lo más agradable y simpático del mundo, cuantos buenos momentos, cuanta felicidad en compañía, cuán poco necesitábamos para divertirnos, un simple paseo, un ratito en la piscina, una bolsa de pipas y una serie…
Siempre te ha gustado mucho estar con la gente, no solo con la que amas, con todo el mundo, siempre te parabas a charlar unos minutos con cualquiera, dedicándole tu tiempo y tu sonrisa, siempre dando la mejor versión de tí, incluso a personas hipócritas, que te insultaban y maltrataban a tus espaldas, sin que tú hubiese hecho nada para desatar ese comportamiento cobarde y ruin, tú no eras capaz de albergar rencor, ni capaz de actuar con mezquindad, aun después de haberlo sufrido en tus carnes.
Los últimos meses, tras la operación, antes de conocer la fatalidad de tu destino, hablabas con todos, hacías planes de futuro con un objetivo, la reunión de la familia, te habías propuesto reconciliarnos a todos, olvidar afrentas pasadas y establecer un nuevo estatus de felicidad y comprensión, pensabas reunirnos a todos en torno a ti, aprovechar tu enfermedad para erradicar los malos rollos entre todos, crear una nueva familia, sólida, cohesionada. Te diste cuenta y me hiciste ver que las personas son lo único importante en la vida, que hablar es lo primordial, resolver esas pequeñas cuitas antes de que se conviertan en obstáculos insalvables era prioritario.
No te ha dado tiempo a ponerlo en marcha amor mío, sin tí quedará solo como un deseo precioso, pero inalcanzable; yo no me veo con fuerzas para afrontar semejante reto, tu siempre eras capaz de vivir en tu mejor versión, incluso en situaciones adversas, como durante tu enfermedad, durante la que seguías pensando en los demás y como les afectaba a ellos mas que en ti misma; yo no puedo, no sin tu ayuda, no sin tu presencia, soy transparente y el disgusto atraviesa mis facciones y no se de que hablar ni que responder cuando hablo con quien no estoy cómodo. No obstante una parte de ese proyecto si ha cuajado, pues mi relación con Paco y M.ª José se ha estrechado muchísimo. Ellos se han convertido en mi sostén, tanto durante la enfermedad como ahora tras tu partida, han realizado un esfuerzo enorme, visitándonos todos los días, tanto en el hospital como en casa, varias veces al día, asumiendo una inmensa carga de buen grado y con generosidad durante todo este maldito trance. Ahora tras tu marcha han redoblado sus esfuerzos, han dejado a un lado su dolor para ayudarme a soportar el mío, me permiten ser egoísta con ellos y abusar de su cariño sin un mal gesto, sin mostrar señal alguna de cansancio por la pesada carga que soportan, vienen a menudo, me dedican muchas horas al día, ahora mismo son la única compañía que tolero, con ellos puedo hablar tanto de dolor como de cualquier tema liviano. Ellos conocen la magnitud de mi dolor, ellos viven también el suyo, no me dicen chorradas ni me dan consejos estúpidos para superar el dolor, eso es algo muy valioso, ya no soporto al resto de la gente, que no para de hacer la misma pregunta precocinada y vacía de como me encuentro, si realmente quisieran saberlo solo tendrían que mirarme y recordar como era nuestro amor, eso debería ser suficiente para cualquiera para intuir como me siento y no querer hacérmelo revivir para su consuelo.
Estarías tan orgullosa de tu hermano y M.ª José, llorarías de alegría si pudieses ver como me ayudan., como me tratan.
Debes saber que una parte de tu mayor proyecto te salió perfecta, tu has sido el catalizador que ha conseguido este reencuentro.
Hoy 12 de octubre transcribiendo esta carta a la web, sí que he llorado sin cesar, reviviendo lo que escribí hace casi dos meses y apreciando en toda su dimensión lo que embargado por el dolor intentaba plasmar en el papel.
Hoy amor mío el dolor es constante y quizás mayor que entonces, por que hoy ya no vivo un sueño sino una pesadilla sin fin y soy consciente de que ya no podré despertar de ella nunca.
Te amo mi niña, mi princesa, mi amor.